La CIJ decide este lunes sobre la delimitación marítima entre Chile y Perú
La CIJ decide este lunes sobre la delimitación marítima entre Chile y Perú
Bruselas.- La Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya se pronuncia este lunes sobre los límites marítimos entre Chile y Perú, una discordia que dura décadas y culminó en 2008 con una denuncia por parte del país andino ante el Tribunal internacional.
Lima, que argumenta que ese límite nunca ha sido fijado ni por acuerdo ni de ninguna otra manera, ha pedido a la CIJ que la delimitación sea determinada según establece el derecho internacional.
En particular, pide que la frontera marítima sea fijada en una línea equidistante a las costas de ambos países y que se reconozcan sus derechos soberanos de 200 millas marinas.
Si se reconocieran esas reivindicaciones, Perú ganaría 35.000 kilómetros cuadrados de mar que hasta ahora están bajo soberanía chilena.
Chile, en cambio, defiende que la frontera marítima quedó establecida en el paralelo a través de una declaración de 1952 y de un convenio de 1954, firmados por ambos países y por Ecuador, que Perú respetó durante medio siglo, pero que ahora considera solo acuerdos pesqueros.
En base a esos acuerdos, Chile defiende que los límites marítimos quedaron fijados en el paralelo 18º 21′ 03” Sur.
Perú también solicita obtener soberanía sobre un triángulo de mar exterior que estaría dentro de las 200 millas marítimas de su zona económica exclusiva (ZEE), pero fuera de la de Chile, así como cambiar el punto terrestre desde el cual se proyecta el límite marítimo.
Actualmente, esa área, que abarca unos 28.471 kilómetros cuadrados, constituye una zona de alta mar, y Chile busca que mantenga ese status quo.
Ambos países han declarado en reiteradas ocasiones que acatarán el fallo que dará a conocer el lunes en La Haya el presidente de la CIJ, Peter Tomka, que es de carácter inapelable y de cumplimiento obligatorio para las partes.
El fallo que se conocerá mañana no afectará a la frontera terrestre, que quedó establecida en el Tratado de 1929, que tiene como árbitro al Gobierno de Estados Unidos, de manera que la CIJ no puede conocer el asunto.
El pensamiento mayoritario en Chile en las últimas semanas es que, con independencia de cuál sea finalmente el límite marítimo, no habrá gestos ofensivos por ninguna de las partes y las aguas se asentarán en un plazo relativamente corto.
“Nosotros estamos en la tranquilidad de que los dos países van a recibir eso (el fallo) con la serenidad que corresponde y obviamente acatando aquello que nos hemos comprometido y cumpliendo el proceso”, manifestó por su parte hace unos días el primer ministro peruano, César Villanueva.
Fallo de CIJ será favorable para Perú en cualquier escenario, según canciller
Lima.- La ministra de Relaciones Exteriores de Perú, Eda Rivas, afirmó que el fallo que emitirá este lunes la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) sobre el diferendo marítimo con Chile beneficiará a su país “en cualquier escenario”, según una entrevista publicada este domingo en el diario La República.
“El fallo será, en cualquier escenario, favorable para nosotros. Estamos convencidos de haber presentado argumentos muy sólidos durante el proceso, por lo que esperamos que sean acogidos por la corte”, declaró Rivas.
“Soy optimista y pienso que el fallo de la corte, que siempre es un derecho, acogerá nuestros pedidos. Sabemos que los fallos difícilmente le dan completamente la razón a una de las partes, pero soy consciente del trabajo realizado y de la buena defensa esgrimida a lo largo del proceso”, agregó.
Para Rivas, con la sentencia de la CIJ se concluye un proceso de seis años desde la presentación de la demanda, donde se definirá el “último límite pendiente” de Perú.
La jefa de la diplomacia peruana indicó que desde el momento de su lectura, el veredicto de la CIJ es “jurídicamente exigible y mandatorio para ambos países”.
“Hay que esperar a conocerlo y analizarlo para evaluar sus alcances y cómo vamos a ejecutarlo. Es de alto interés para ambos países ponerle punto final a esta controversia en el más breve plazo posible y pensar en la profundización de mecanismos de integración que ayuden al desarrollo de nuestros pueblos”, manifestó.
Según Rivas, las relaciones de su país con Chile tras el fallo solo pueden proyectar un “futuro mejor”.
“A lo largo de estos últimos años hemos logrado un nivel de relaciones inédito en nuestra historia. La presencia de Perú y Chile en la Alianza del Pacífico, así como en otros mecanismos de integración como APEC, Unasur, Celac, refleja la intención de nuestros países de proyectarse conjuntamente en el ámbito internacional, lo que traerá beneficios mutuos a futuro”, precisó.
En 2008, Perú demandó a Chile ante la CIJ para definir los límites marítimos en una línea equidistante a las costas de ambas naciones, con el argumento de que nunca han sido fijados.
Para Chile la frontera marítima fue definida en tratados firmados en 1952 y 1954, que Perú considera que solo son acuerdos pesqueros.
Ambos Gobiernos han declarado en numerosas oportunidades que acatarán el fallo que se dictará en La Haya, que es inapelable y de cumplimiento obligatorio para las partes.
Los pescadores de Arica, entre la incertidumbre y un optimismo moderador
Arica (Chile).- Los pescadores de la ciudad chilena de Arica esperan con incertidumbre y un optimismo moderado el fallo de la Corte de La Haya sobre los límites marítimos con Perú.
Las consecuencias que puede tener para el sector pesquero el desenlace de la demanda que Perú presentó en 2008 mantienen en vilo a los trabajadores del mar en esta ciudad del norte de Chile, situada a sólo 22 kilómetros de la frontera.
“El sector en litigio es justo donde nosotros trabajamos”, explica Manuel Guajardo, presidente de la Asociación de Armadores Pesqueros de Naves Menores de Arica.
El peor escenario para los pescadores ariqueños es que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) acoja el reclamo principal de Perú y establezca la frontera marítima en una línea equidistante entre ambos países, en lugar del paralelo que se ha aceptado durante los últimos 60 años.
Si eso sucede, las aguas donde faenan a diario se convertirán en mar peruano y los pescadores de Arica quedarán recluidos en un estrecho corredor de apenas ocho millas.
Los principales afectados ante este hipotético panorama son los pescadores artesanales, que trabajan en embarcaciones de tamaño pequeño y medio.
Uno de los principales gremios dentro de los artesanales es la Asociación de Armadores Pesqueros de Naves Menores, que agrupa a cerca de 50 embarcaciones con diez tripulantes cada una, más unas 200 personas de apoyo en el puerto.
Manuel Guajardo explica que estos barcos se dedican única y exclusivamente a pescar anchoveta, un pez de la familia de la anchoa que vive en las costas deChile y Perú y que se utiliza para elaborar harina de pescado y aceite.
Los pescadores de Arica capturan la anchoveta dentro de las primeras 15 millas de mar, una zona rica en nutrientes idónea para ese tipo de pescado.
Guajardo ha hecho números sobre el impacto que puede causar una nueva delimitación marítima a partir de una bisectriz entre los dos países y considera que la captura de anchoveta, que alcanza 120.000 toneladas al año, caería entre un 60 y un 70 por ciento, con lo cual el negocio dejaría de ser rentable.
El dirigente pesquero asegura que en el gremio se respira un ambiente de “relativa tranquilidad y relativa incertidumbre” en la víspera del fallo.
“Chile tiene fundamentos bien sólidos, como que por cerca de 60 años se ha respetado el límite del paralelo. Todos los países ribereños que dan al Pacífico tienen sus límites en el paralelo, entonces no tiene por qué ser diferente entre Chile y Perú”, cuenta en su pequeña oficina dentro del puerto.
Su inquietud se debe a que “puede pasar cualquier cosa” y al desconocimiento del voto de los 15 jueces de la CIJ, añade Guajardo.
Tratando de ponerse el parche antes de la herida, varios dirigentes gremiales se reunieron a principios de semana con el canciller y el ministro de Economía para solicitarle al Gobierno un plan de mitigación en caso de que el desenlace del litigio sea favorable a Perú.
Los pescadores proponen, entre otras cosas, ampliar la cuota de pesca, permiso para faenar en aguas más lejanas hacia el sur de Arica e impulsar la acuicultura para crear nuevos puestos de trabajo.
La resolución de la demanda peruana se ha convertido en la comidilla del puerto de Arica, un recinto pequeño y destartalado situado en el centro de la ciudad.
En la sede del sindicato de Buzos Mariscadores, a pocos metros del muelle, un grupo de hombres toma unos refrescos para combatir el calor y habla del tema con una mezcla de indignación y miedo ante la posibilidad de un fallo contrario a los intereses de Chile.
“Chile no se preocupó de defender los límites de los tratados que se firmaron”, dice uno de ellos en alusión a los acuerdos firmados en 1952 y 1954, que paraChile definieron la frontera pero que para Perú son solo tratados pesqueros.
La aparición de Arica en los titulares de las noticias y la repentina preocupación del Gobierno ha reflotado el resquemor por el sentimiento de abandono que tienen muchos ariqueños por parte de las autoridades, a quienes critican un excesivo centralismo.
“El Gobierno nunca se ha preocupado por Arica y ahora vienen a sacarse las fotografías”, lamenta a Efe Ricardo Condori, un buzo del sindicato.
Manuel Guajardo, de la Asociación de Armadores Pesqueros de Naves Menores, va un poco más lejos y trata de explicar el origen del problema.
“Lo que ocurre en Arica es culpa de los gobiernos de los últimos 40 años. El último presidente que tuvo una política geoestratégica para una región fronteriza como ésta fue el general Carlos Ibáñez del Campo”, señala.
El dictador Augusto Pinochet (1973-1990), recuerda Guajardo, “convirtió la ciudad en un fortín militar” y estableció una zona franca -libre de impuestos- en Iquique, un poco más al sur, lo que ahondó el estancamiento de Arica.
En su opinión, la región de Arica y Parinacota necesita un plan de desarrollo económico y social acorde con el papel estratégico que juega como zona fronteriza.
“Ahora es una buena oportunidad porque todo el mundo se preocupa por Arica. La mejor forma de hacer soberanía es poblando la ciudad y para eso hay que crear puestos de trabajo, solucionar el problema hídrico y la escasez de energía”, sostiene.


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