EL DIABLO anda suelto

EL DIABLO anda suelto

Por Ernesto Salayandía García

Juventud perdida

Como que nadie se quiere dar cuenta de la cruda y triste realidad que viven muchos niños e infinidad de jóvenes de todos los estatus sociales, sin olvidar al mundo de los mediocres adultos, viejos enanos, nacidos para perder, que no quieren o no pueden salir del pantano de arenas movedizas del alcoholismo y la drogadicción.- Desde los 8 años, los niños adictos inician su infernal carrera de las adicciones con el consumo de inhalantes, con la mona o el spook, sustancias toxicas conocidas como Cemento 5 mil, desengrasantes, pintura en aerosol, espray, gas comprimido, amoniaco, acetona, gasolina y un buen número de sustancias sumamente placenteras, se prenden de las clonas, clonacepan, mariguana, cerveza y cigarro, de ahí el mariguano, brinca, por su nivel de ansiedad a drogas de mayor impacto, como cocaína, heroína, morfina y ahora cristal compuesto de metanfetaminas y porquería y media, quien entra a este infierno, difícilmente logra salir bien librado, en su caminar, un adicto, como un borracho, tocan sus propios fondos y viven sus crudas consecuencias, somos, como almas gemelas, copias al carbón, solo cambiamos de escenarios, tiempos, personas y circunstancias, pero es lo mismo, para un Raramuri, que para un niño rico, o un menonita adicto, somos iguales, hombres y mujeres, víctimas de esta perra, maldita enfermedad perversa del alma, que no perdona, ni distingue, sexo, edad, religión o posición social, perra enfermedad que extermina la vida y la libertad, lesionando el amor genuino de padres y hermanos, robando la paz y armonía de la familia ,llenando de angustias, dolor y preocupaciones a esposa, madres e hijos, un marihuano, un drogadicto, es un ser ególatra, solo piensa en su mediocre manera de vivir, importándole un bledo el sentido común de la vida, se sale del contexto en todos los sentidos, convirtiéndose en un ser, aislado, neurótico, raro, solitario, con una autoestima nula, sin esencia y sin presencia, uno más, en las estadísticas de los drogadictos inútiles del mundo, propiamente, nacidos para perder. Mueren, como moscas, víctimas de la ignorancia, apatía y miopía del gobierno en sus tres niveles, federal, estatal y municipal.

Propiamente, son arrojados al precipicio por sus propios padres

El adicto nace, pre dispuesto, esta enfermedad emocional, física, mental y del alma, es genética, se trasmite de una generación a otra, es neurótica, contagiosa, burlona, progresiva, incurable, mortal, es de vida o muerte y el marihuano, el maniaco depresivo, el ludópata, el bulímico, el anoréxico, el obseso, el alcohólico, o el drogadicto, todos nacemos en un hogar disfuncional y es de ahí, donde crecemos y nos hacemos, primero, ingobernables, rebeldes, neuróticos, nos tornamos intocables, insoportables, somos irritables, no se nos puede decir nada , porque luego luego exploto, soy mecha corta, soy así, porque así lo aprendí, en un hogar disfuncional, no hay comunicación, afloran los gritos, el hostigamiento, las agresión verbal, los tonos, las provocaciones, el hostigamiento a través de las provocaciones, las correcciones a patrones de conducta, no hagas esto, no hagas aquello, así no, bájate de ahí, tu cállate y tantas frases que se pronuncian al día, son los hogares disfuncionales, verdaderas fábricas de adictos, de niños, drogadictos, de niñas candidatas a embarazarse en edades de 13 a 16 años , debido a que andan en los brazos de uno y de otro, porque la autoestima anda baja, por los suelos, hay que recordar que el lenguaje corporal, bueno o malo, las actitudes, los defectos de carácter, la personalidad, también es unas herencia e igualmente, se adquieren por contagio.

¿Cómo rescatar a alguien, que no quiere?

Me han tocado infinidad de casos, donde compruebo una y otra vez, que el adicto, no puede y definitivamente, no quiere, con la enorme desventaja, que todas las drogas, son por demás placenteras, en especial, el cristal, el reflejó de estos adictos, es un mecanismo de defensa, la negación, el considerar que la marihuana no daña, o que cuando quiera deja de consumir, la soberbia, la intolerancia y la agresión neurótica distinguen los niveles de la enfermedad, un borracho, por ejemplo, no permite que nadie le diga nada, siempre se enfurece y de esa manera se protege, no ve la manera tan estúpida que ha arruinado su vida y la de su familias, el pésimo ejemplo que le da a sus hijos, es en parte una personalidad enana, la del enfermo emocional, el marihuano, heroinómano, cocainómano, ludópata o cristalero, todos estamos cortados con las mismas trajeras con el filo de la mediocridad y esa es una fuerte razón de que el adicto qué entra a un proceso de tres meses en un anexo, salga, concluya y el mismo día se reviente y la razón es muy simple, el no quiso cambiar juicios y actitudes, la familia, siguió igual de enferma, los niveles de ansiedad subieron en lugar de bajar y el pensamiento psicótico, patológico, enfermizo, lo dominaron todo el tiempo, sigue haciendo lo mismo, esperando resultados, lo que le queda para entender que es víctima de una enfermedad perra, maldita, enfermedad perversa del alma, es tocare fondos, que algún día, le hagan antidoping y salga a flote su intoxicación, que lo corran de la escuela o del trabajo, que se torne agresivo y golpee a medio mundo, por supuesto que se quede en la ruina económica, emocional y espiritual, tal vez, así habrá de entender, pero como entenderá un joven que en casa lo tiene todo, que la agonía de su enfermedad es prolongada por su padres, es decir, no lo dejan tocar fondos, cómo entender, si no ha asumido sus consecuencias, y la razón, es porqué los padres no saben poner límites, no supieron imponer la autoridad y muchos, muchos de esos padres, son marihuanos, alcohólicos, neuróticos, entonces, cómo? Como ayudar   a un hijo, es como si un ciego, guiara a otro ciego. 614 256 85 20