El militar acusado de espionaje permanecerá detenido
El militar acusado de espionaje permanecerá detenido
El subteniente de la Armada Jeffrey Paul Delisle, arrestado por revelar secretos gubernamentales “a una entidad extranjera”, renunció este martes a solicitar la libertad condicional y permanecerá bajo custodia policial hasta su próxima comparecencia ante la Corte. La Policía descarta que su actuación haya supuesto una amenaza para la seguridad pública.

El subteniente Jeffrey Paul Delisle es conducido por las autoridades a la salida de la Corte Provincial de Nueva Escocia, en Halifax, este martes. Foto: Eric Wynne / The Chronicle Herald.
El Popular. Redacción.- El militar canadiense detenido en Halifax bajo la acusación de filtrar secretos gubernamentales a “una entidad extranjera” renunció este martes a solicitar la libertad condicional, según informó su abogado. El arrestado permanecerá bajo custodia policial hasta su su próxima comparecencia ante el juez, prevista para el día 25 de enero.
Mientras, el ministro de Defensa, Peter MacKay, trató de restar importancia al incidente durante una rueda de prensa este martes en Ottawa, asegurando que los aliados de Canadá “no están preocupados en absoluto”: “Permítanme asegurarles que nuestros aliados tienen plena confianza en Canadá”, dijo.
El ministro se negó a confirmar o negar una serie de informaciones según las cuales Rusia es el país al que el militar detenido habría estado pasando secretos oficiales. “No voy a jugar al Cluedo”, dijo. [El Cluedo, o Clue, es un popular juego de mesa de misterio y crímenes].
El primer ministro, Stephen Harper, declinó asimismo hacer comentarios: “Al tratarse de un caso que afecta a la seguridad nacional, y que está en los tribunales, no voy a hacer declaraciones”, dijo durante una rueda de prensa en Quebec.
El militar detenido, Jeffrey Paul Delisle, de 40 años de edad y residente en el área de Bedford, en Halifax, es un subteniente de la Armada canadiense y un agente de Inteligencia que trabajaba en la capital de Nueva Escocia, sede de la mayor base naval en la costa atlántica de Canadá.
Documentos judiciales presentados el lunes indican que Delisle está acusado de abuso de confianza en el ejercicio de su puesto, y de pasar secretos a “una entidad extranjera o grupo terrorista”, en incidentes ocurridos entre julio de 2007 y el 10 o el 13 de enero de 2012.
Según la Policía Montada (RCMP), Delisle habría filtrado información considerada secreta por el Gobierno en varias ocasiones, en incidentes que tuvieron lugar en Kingston y Ottawa (Ontario), y en las propias Halifax y Bedford.
En cualquier caso, la RCMP ha descartado que su actuación haya supuesto una amenaza para la seguridad pública, ni siquiera en lo que se refiere en la privacidad de las comunicaciones.
A pesar de ello, la Policía advirtió de que “la investigación demuestra que Canadá no es inmune a la amenazas de entidades extranjeras que pretenden socavar la soberanía del país”.
Además, el comisario Bob Paulson informó a través de un comunicado de que es la primera vez que se formula una acusación de este tipo al amparo de la Ley de Secretos (Ley de Seguridad de la Información) que fue aprobada tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
Un abuso de confianza puede conllevar una pena de prisión de cinco años y una condena bajo la Ley de Seguridad de la Información puede acarrear cadena perpetua.
Fuentes cercanas a la investigación citadas por el diario The Globe and Mail señalaron que Delisle se unió a la reserva en 1996 y a las fuerzas regulares en el año 2001. El militar trabajó en Halifax hasta el año 2005 y luego fue trasladado al grupo de mando de Inteligencia de Defensa, en Ottawa, en 2006. En 2007 pasó a las oficinas del Estado Mayor Conjunto Estratégico, también en Ottawa, y en 2008 estuvo en el Royal Military College de Kingston. Más tarde se trasladó a la sede de las Fuerzas Conjuntas de Canadá, también en Kingston, antes de regresar a Halifax en 2010.
La Policía le detuvo el pasado viernes en su casa de Halifax, que comparte con su pareja y sus tres hijos. Vecinos dijeron a The Globe and Mail que las autoridades llegaron en vehículos sin identificación y que pasaron varias horas registrando y fotografiando la vivienda. Los testigos añadieron que se llevaron cajas y bolsas.
Los casos de espionaje son poco habituales en Canadá, a pesar de los ciberataques lanzados en 2011 contra dos ministerios económicos y de las declaraciones realizadas en 2010 por el exjefe de Inteligencia, quien acusó a varios políticos de estar al servicio de gobiernos extranjeros.
Hasta ahora el único caso confirmado era el de un hombre acusado de ser un espía ruso que llevaba viviendo más de una década en Canadá, de donde finalmente fue expulsado en 2006.