Vuelven a casa los primeros supervivientes latinoamericanos del crucero
Vuelven a casa los primeros supervivientes latinoamericanos del crucero

Milton Paredes (c), su esposa Edelmira (i) y su hija Milet esperan en un vehículo luego de aterrizar en el aeropuerto internacional Jorge Chávez procedentes de Italia, en Lima (Perú). La familia Paredes sobrevivió al naufragio del crucero Costa Concordia en aguas del centro de Italia. Foto: Raul Garcia / Efe
Efe. Lima / Tegucigalpa / Santiago de Chile / Buenos Aires.- Los primeros supervivientes latinoamericanos del naufragio del crucero “Costa Concordia”, ocurrido el viernes en Italia, han empezado ya a llegar a sus países.
Según datos de los Gobiernos de la región, en el crucero viajaban como pasajeros más de un centenar de latinoamericanos (de Brasil, Argentina, Perú, Venezuela, Chile, Cuba, México, Ecuador, Colombia, República Dominicana y Uruguay), que en su mayoría está bien y en proceso de regreso a sus países de origen.
Llegan a Lima los primeros peruanos
Este martes llegaron este a Lima en un vuelo comercial los primeros peruanos que viajaban en el barco naufragado y fueron recibidos efusivamente por sus familiares en el aeropuerto internacional Jorge Chávez.
La familia conformada por Milton Paredes (53 años), Edelmira Paredes (46) y Milet Paredes (21), pasajeros del “Costa Concordia”, fue esperada ansiosamente por sus seres queridos, quienes les llevaron flores para darles la bienvenida y calificaron de “milagro” que estén sanos y salvos.
Los sobrevivientes también fueron recibidos por miembros de la Cancillería peruana, quienes los trasladaron presurosamente a casa de sus familiares pues los viajeros son originarios de la ciudad de Cuzco.
Al llegar al terminal aéreo y durante un breve encuentro con los periodistas, el ingeniero electrónico Milton Paredes se excusó de dar declaraciones: “Discúlpenme, son 21 horas que no hemos dormido y estamos muy cansados”.
Edelmira Paredes, quien fue rescatada por su hija Milet, es la que se encuentra más delicada de salud, pues tiene una triple fractura en las costillas producto del esfuerzo físico que hizo para salvar su vida, según confirmó a los periodistas su cuñado Samuel Paredes.
“Felizmente mi sobrina estaba al lado de su mamá (durante el naufragio) porque en la oscuridad no se ve dónde cayó uno y dónde cayó el otro; pero felizmente pudo ayudarla para que llegara a la orilla”, afirmó Samuel Paredes.
Asimismo, señaló que la empresa del crucero ha asumido todos los gastos de transporte de sus familiares, quienes se trasladaron de Italia a España para después llegar a Perú.
Unas 4.229 personas se encontraban en el “Costa Concordia” al momento del naufragio y hasta el momento se han reportado 11 fallecidos y 22 desaparecidos.
Uno de los fallecidos fue el peruano Thomas Costilla Mendoza, quien era miembro de la tripulación y tenía una amplia experiencia trabajando en cruceros.
Según dijeron fuentes del aeropuerto a Efe, su hermana Madeleine Costilla viajó hoy junto a su esposo a Italia para agilizar los trámites para repatriar su cuerpo.
Además, entre los desaparecidos se encuentra la peruana Erika Soria, de 26 años, quien era camarera de bar de la embarcación y fue vista por última vez en una de las lanchas de rescate.
Un hondureño relata que hizo lo que estuvo a su alcance
El marino hondureño Armando Flores, superviviente del naufragio del crucero Costa Concordia, dijo que “por voluntad de Dios está bien” y que hizo lo que pudo evacuando pasajeros.
“Hemos pasado momentos muy difíciles” e “hicimos lo que estuvo a nuestro alcance”, relató Flores en comunicación telefónica con Radio América en Tegucigalpa.
Flores, originario de La Lima, norte de Honduras, dijo que desde hace 14 años ejerce como marino y que los 17 hondureños que trabajaban en el crucero que naufragó el viernes pasado están bien y reciben ayuda de autoridades de la embajada de su país en Italia.
Agregó que el accidente en el barco ocurrió el pasado viernes a las 21.40 hora de Italia y que él estaba en el restaurante, donde tuvieron que “evacuar mucha gente”.
“El problema es que el capitán dijo: ‘No hay problema, es un problema de generadores, todo esta controlado'”, pero la situación era más grave, dijo Flores, quien considera que si el capitán hubiera dicho en verdad lo que ocurría, en la hora que transcurrió desde el accidente hasta el momento en que se empezó a evacuar, “mucha gente se hubiese salvado”.
“Pasó una hora y dieron los siete sonidos, seis cortos y uno largo, que es emergencia general, y a los cinco minutos dijeron: ‘Abandonen el barco’, pero no el capitán, el capitán ya estaba afuera. Nosotros, toda la tripulación, hizo lo que pudo, lo que nos han implementado, hicimos lo que estuvo a nuestro alcance”, acotó.
Otro de los marinos hondureños supervivientes del naufragio del Costa Concordia, José Germán Vides, dijo a la misma emisora, que se siente “agradecido con Dios por haber pasado esta odisea”.
“Gracias a Dios que todos los hondureños estamos a salvo. A mi familia (le digo) que no se preocupe, que estoy bien”, expresó Vides, quien dijo además que en los años que lleva como marinero en la compañía del buque naufragado es “la primera vez” que vive una experiencia de tal naturaleza.
“Uno agarra (adquiere) experiencia en sus entrenamientos, en la supervivencia en el mar, eso le ayuda para socorrer a otras personas, porque esa es mi labor en el barco, también pertenezco a un cuerpo de seguridad que transporta personas heridas o en shock”, dijo Vides.
Aunque no precisó de qué región de Honduras es originario, indicó que ahora desea estar con su familia.
La cónsul hondureña en Roma, Giselle Canahuati, dijo que los 17 marinos de su país que iban a bordo del buque naufragado gozan de buena salud y que todos “están deseosos de regresar a Honduras”.
Las únicas pérdidas que han sufrido son materiales, como objetos personales y “sus ahorros que habían depositado en el barco”, subrayó.
Canahuati dijo además que la representación diplomática de Honduras en Italia trabaja para lograr que la empresa propietaria del barco naufragado le reconozca sus perdidas a los 17 marinos hondureños, quienes podrían retornar a su país el próximo fin de semana.
Chilenos denuncian la nula reacción de los oficiales
Una familia chilena de cinco miembros que sobrevivió al naufragio llegó también este martes a su país y denunció la “nula reacción” de la oficialidad del barco tras el accidente y su ineptitud para operar los equipos de emergencia.
“No hubo reacción de la oficialidad e incluso los botes salvavidas no sabían como bajarlos, cortaban (las cuerdas) con hachas, por lógica supongo que las cuerdas de un barco no se cortan con hachas”, aseguró en el aeropuerto de Santiago Claudia Fehlandt, que viajaba en el crucero junto a su esposo, Ernesto Trincado, y sus tres hijos.
El Costa Concordia, con más de 4.000 personas a bordo, chocó contra una roca que rompió su casco y se volcó a corta distancia de la isla de Giglio, con un balance hasta ahora de once muertos y 24 desaparecidos.
Claudia Fehlandt dijo que el bote salvavidas al que lograron subir, “se dio vuelta”, por lo que debieron volver al barco, encaramándose. “Había partes donde uno aplastaba a la gente, todos estábamos aplastados, los botes de arriba caían sobre los de más abajo, mi hija apenas podía respirar; así (debimos) volver al barco para ahí empezar a escalar”, relató.
“Todos estábamos aplastados”, dijo a los periodistas y subrayó que estaban “todos (los pasajeros) igual de desamparados”, al ser preguntada si habían percibido alguna discriminación por su condición de latinoamericanos.
Unas personas “lograron acercar unos botes a la parte ya escorada del barco y saltamos adentro, con bastante miedo porque se golpeaban y todo, era un bote chico y llegamos a la playa a las 02.30 de la mañana (del sábado)”.
Por su parte Ernesto Trincado relató: “el momento más crítico fue cuando debimos tomar una decisión, ahí Felipe (su hijo) toma el liderazgo del grupo y dice que lo que tenemos que hacer es subir a lo que esté como cubierta, que en ese caso era el costado del barco que al ladearse queda como cubierta eso”.
“Ahí tomamos la decisión de tirarnos al agua, como estamos cerca (de la costa), tendríamos que nadar unos 300-400 metros y llegábamos, pero (finalmente) nos arreglamos bien” y no fue necesario nadar, relató.
Su esposa señaló en tanto que ” no entiende como en el año 2012 puede pasar algo así”. “Yo no soy experta, pero los radares detectan una roca de ese tamaño”, agregó.
“No sé si había alguien o no en el puente de mando, pero no hubo reacción de la oficialidad y al no haber reacción de la oficialidad del barco, difícilmente los demás, los pasajeros, podían hacerlo”, añadió.
En ese contexto, dijo que hubo tripulantes que se preocuparon de la evacuación de los pasajeros, pero con una notoria falta de especialización: “El hombre de seguridad era el mismo que era el cocinero, o que era el barman. Evidentemente no tenían claro lo que tenían que hacer”, afirmó.
Felipe Trincado, uno de los hijos de la pareja, señaló por su parte que “ningún oficial dio órdenes, los subalternos decían que esperaban órdenes que nunca llegaron”, por lo cual los pasajeros debieron ayudarse entre ellos para salir del barco.
La familia, que fue recibida en Santiago por funcionarios de la Cancillería chilena, dijo que está evaluando eventuales acciones legales contra la operadora del crucero.
“Estamos evaluando, esto (el viaje), no hemos tenido tiempo para ordenar todo. Entre los pasajeros se hablaba de que era necesario tomar acciones, pero no sabemos como funciona”, dijo al respecto Claudia Fehlandt.
Colombianos, ecuatorianos, argentinos, dominicanos, brasileños…
Fuentes oficiales informaron el lunes de que uno de los 20 colombianos, entre tripulantes y pasajeros, que iban a bordo del barco está hospitalizado, pero que sería dado de alta en las próximas horas, mientras algunos de los turistas de ese país ya fueron trasladados a su residencia en España.
La cancillería ecuatoriana informó, por su parte, que los dos ecuatorianos que viajaban en el barco accidentado están “fuera de peligro” y fueron trasladados a sus lugares de residencia.
Y portavoces oficiales confirmaron que los 18 pasajeros argentinos están a salvo, entre ellos cinco menores de edad y una jueza de 72 años, quien al llegar hoy a su país relató cómo sobrevivió al naufragio al saltar del buque y nadar varios metros hasta la costa.
“No tenía más remedio que tirarme al mar. Salté con 30 o 40 personas que nos quedamos sin botes salvavidas”, sostuvo la magistrada María Inés Lona.
La cancillería dominicana, que confirmó que siete de sus ciudadanos (cuatro turistas y tres tripulantes) viajaban en el Costa Concordia, aseguró que su estado es “normal” y que dos de ellos ya recibieron la documentación para regresar al país.
Y sobre los 53 brasileños, los consulados de Brasil en Roma y Milán informaron que están bien y, en su mayoría, volaban ya hacia su país o tenían previsto hacerlo en las próximas horas.
Además de relatar la experiencia, muchos latinoamericanos han denunciado que los responsables de la embarcación les mintieron sobre lo que estaba sucediendo.
“Empezamos a correr para llegar arriba y ahí nos dijeron que fuéramos al camarote. Nos aseguraban que no era más que un desperfecto técnico”, afirmó Jonathan Balaban, pasajero argentino.