El mando al capitán del crucero: “¡Vuelva a bordo! ¡Ahora!”
El mando al capitán del crucero: “¡Vuelva a bordo! ¡Ahora!”
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Un barco de la guardia costera italiana navega junto al crucero "Costa Concordia", semihundido en la costa de la isla de Giglio, Italia. Foto: Massimo Percossi / Efe

El capitán del Costa Concordia, el mayor crucero italiano, naufragado en el mar Tirreno frente a las costas de la isla de Giglio, Francesco Schettino, es detenido en Grosseto, Italia. Foto: Enzo Russo / Efe
Agencias / Redacción.- La prensa italiana transcribió este martes las conversaciones entre el capitán del crucero “Costa Concordia”, Francesco Schettino, de 52 años, y la Capitanía de Puerto, que desvelan que el comandante del navío abandonó el barco tras el accidente sin cumplir su obligación de coordinar el desembarco de los náufragos.
Según las transcripciones, a las 21.54 horas locales (20.54 GMT), con el barco ya encallado frente a las costas de la isla del Giglio, en el centro de Italia, el capitán aseguraba que todo estaba bien y que se había tratado de un problema técnico.
El diario Il Corriere della Sera indica que Gregorio María De Falco, de la Capitanía, preguntó a Francesco Schettino a las 00.32 horas locales (11.32 GMT) cuántas personas quedaban a bordo, y el comandante tuvo que reconocer que no estaba en el crucero.
Esta es la traducción de la transcripción de su conversación, en sus pasajes más significativos:
De Falco: “Soy De Falco, de Livorno, ¿hablo con el comandante?
Schettino: “Sí, buenas noches, comandante De Falco”.
De Falco: “Dígame su nombre por favor”.
Schettino: “Soy el comandante Schettino, comandante”.
De Falco: “¿Schettino? Escuche, Schettino. Hay personas atrapadas a bordo. Ahora vaya con el bote salvavidas a la proa del barco donde hay una escalera de seguridad, suba y coordine la evacuación. Debe estar a bordo. Me informa de la cantidad de personas que están allí. ¿Queda claro? Estoy grabando esta comunicación, comandante Schetino…”.
Schettino: “Le digo una cosa…”.
De Falco: “Hable en voz alta. Ponga su mano cubriendo el micrófono y hable en voz alta, ¿de acuerdo?”.
Schettino: “En este momento el barco se inclina…”.
De Falco: “Entiendo. Escuche: Hay gente que baja del barco por la escalerilla. Usted debe recorrer esa escalerilla en la dirección opuesta, se sube al barco y me dice el número de personas que tiene a bordo. Me dice si hay niños, mujeres o personas que necesitan asistencia. Me dice el número de cada una de estas categorías. ¿Está claro? Mire, Schettino, usted quizá se ha salvado del mar y ha abandonado el barco pero yo puedo hacerle mucho daño, le puedo meter en un verdadero lío. Vaya a bordo, cojones”.
Schettino: “Comandante, por favor …”
De Falco: “No, por favor… Ahora va a bordo y me informa”.
Schettino: “Voy por uno de los lados a bordo de una lancha de rescate. Estoy aquí, yo no voy a ninguna parte, yo estoy aquí”.
De Falco: “¿Qué está haciendo, señor?”.
Schettino: “Estoy aquí para coordinar los esfuerzos de ayuda”.
De Falco: “¿Qué coordinación va a hacer desde allí? Lo que tiene que hacer es subir a bordo y coordinar el rescate, ¿o se niega?”.
Schettino: “No, no, yo no me niego”.
De Falco: “¿Se niega a subir a bordo? ¿Por qué no va? “.
Schettino: “No voy porque hay otro barco delante …”.
De Falco: “Vaya a bordo, es una orden. Usted abandonó el buque, ahora yo estoy a cargo. ¡Vaya a bordo! ¿Está claro? ¿No me ha oído? Vaya, y me llama directamente cuando llegue. Tengo a un socorrista ahí”.
Schettino: “¿Dónde está su socorrista”.
De Falco: “Mi socorrista, en la proa. Ya hay muertos, Schettino, hay muertos”.
Schettino: “¿Cuántos cadáveres hay?”.
De Falco: “No sé… Escuché. Usted tiene que decirme cuántos hay, Cristo”.
Schettino: “Pero te das cuenta de que es de noche y aquí no vemos nada…”.
De Falco: “¿Quiere irse a casa, Schettino? Está oscuro ¿y quiere ir a casa? Suba a la proa del barco por la escalerilla y dígame qué se puede hacer, cuánta gente hay y lo que necesitan. Ahora”.
Schettino: “Estoy con el segundo de abordo”.
De Falco: “Pues suban ambos entonces”.
Schettino: “Quiero subir a bordo, simplemente que el otro buque salvavidas se detuvo”.
De Falco: “Ahora vaya a bordo, vaya a B-O-R-D-O! Y dígame de inmediato cuántas personas están ahí”.
Schettino: “Bueno”.
De Falco: “¡Vaya! ¡Ahora!”.
El comandante aseguró que volvería, pero tanto testigos como los investigadores que llevan el caso, afirman que nunca volvió y que le vieron coger un taxi hacia un hotel.
La actuación del capitán ante el accidente del crucero es otra de las grandes incógnitas que muchos de los pasajeros supervivientes de la catástrofe no se explican. Tampoco lo entienden los expertos en navegación consultados.
El excapitán de la marina Juan Balcázar aseguró al diario español 20minutos.es que “el capitán del ‘Costa Concordia’ sabía que el barco no se iba a hundir al quedarse encallado en las rocas”. “Debió haber evitado que los pasajeros se tiraran al agua y haberlos dirigido junto con la tripulación hacia el lado de babor (la parte izquierda del buque) que era la que estaba sobre la superficie del agua”, añadió, “para ser rescatados desde allí”.
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