Recién llegados y minorías juzgan peor la inmigración
Recién llegados y minorías juzgan peor la inmigración
Un nuevo informe analiza los resultados de una encuesta, según la cual el porcentaje de los nacidos en Canadá que apoyan la inmigración en sus niveles actuales asciende al 58 por ciento, en comparación con el 54,9 por ciento entre los recién llegados y las minorías visibles. Las mujeres, los jubilados, las personas con estudios inferiores a la educación secundaria, los desempleados y los simpatizantes del Partido Conservador son también menos favorables a la inmigración.

El estudio se basa en un análisis de la encuesta de Environics Focus Canada llevada a cabo en noviembre de 2010
El Popular. Toronto.- Los inmigrantes recién llegados y las minorías visibles son menos propensos a apoyar la inmigración que el resto de los canadienses, según revela un estudio realizado por el Instituto de Investigación de Política Pública (IRPP, por sus siglas en inglés) publicado este martes. Entre los menos favorables a la inmigración, según el informe, se encuentran también las mujeres (con respecto a los hombres), los jubilados, las personas con estudios inferiores a la educación secundaria, los desempleados en busca de trabajo y los simpatizantes del Partido Conservador.
En general, no obstante, el apoyo de los canadienses a la inmigración sigue siendo alto y se ha mantenido estable durante los últimos años, a pesar de que ha sido un periodo marcado por la recesión económica, la amenaza del terrorismo, los informes negativos sobre algunos grupos específicos de inmigrantes y casos como la llegada reciente de inmigrantes en situación de ilegalidad a las costas de la Columbia Británica.
“El multiculturalismo es una parte fundamental de la identidad canadiense, tanto como nuestros parques naturales, nuestro sistema de sanidad pública o la bandera”, indicó el autor del informe, Jeffrey Reitz, profesor de la Escuela Munk de Asuntos Globales de la Universidad de Toronto, en declaraciones recogidas por la edición digital del diario Toronto Star.
Reitz ha examinado los sondeos anuales realizados en Canadá por tres grandes empresas encuestadoras desde el año 1975, y ha llegado a la conclusión de que la mayoría de los canadienses (más del 50 por ciento) han apoyado siempre los niveles de inmigración a lo largo de los años, salvo en 1982, un año de fuerte recesión económica.
Sin embargo, el profesor también encontró que el porcentaje de los nacidos en Canadá que apoyan la inmigración en sus niveles actuales asciende al 58 por ciento, en comparación con el 54,9 por ciento entre los recién llegados y las minorías visibles.
Según explica Reitz, los recién llegados de países en desarrollo tienden a tener valores sociales conservadores, lo que explica por qué este grupo tiende a apoyar más la agenda política conservadora: “Los partidos conservadores son, tradicionalmente, menos entusiastas en lo que respecta a la inmigración y al multiculturalismo. Su estrategia durante las pasadas elecciones federales fue buscar el apoyo de los inmigrantes apelando a valores sociales conservadores”, añade.
De acuerdo con la encuesta de 2010 en la que se basa el estudio, el 82 por ciento de los canadienses considera que la inmigración tiene un impacto positivo en la economía. Sin embargo, sólo el 68 por ciento de los desempleados comparten la misma opinión.
Aquellos que consideran que los impuestos son importantes para mantener la calidad de vida canadiense también son más pro-inmigración que los opositores del Estado de bienestar.
El apoyo a la inmigración es significativamente mayor en las provincias del Atlántico (62,5 por ciento), Quebec (61,8 por ciento) y las praderas (62,8 por ciento), que en Ontario (53,5 por ciento), Alberta (54,4 por ciento) y la Columbia Británica (57,4 por ciento).
“Cuando se tiene una gran cantidad de inmigrantes en un área, las personas pueden verse intimidadas y pensar que ya tienen suficientes y que no necesitan tantos”, explicó Reitz.
En el análisis de las actitudes hacia la inmigración en relación con otros valores sociales y económicos, Reitz encontró que “la educación es la característica personal más importante relacionada con el apoyo de los niveles actuales de inmigración”.
Casi el 70 por ciento de los que completaron los niveles actuales de la Universidad de Ottawa apoyan la inmigración, en comparación con sólo el 43 por ciento de aquellos con educación secundaria o menos.
Por otra parte, el 63 por ciento por ciento de los hombres encuestados que recoge el informe del Instituto de Investigación de Política Pública están a favor de la inmigración, un porcentaje que es 10 puntos mayor al registrado en el caso de las mujeres.
Además, siete de cada diez estudiantes y trabajadores independientes dieron su apoyo a la inmigración, mientras que la mitad de los jubilados y de los trabajadores a tiempo parcial quieren menos inmigrantes.
Dos elementos importantes a la hora de crear un sentimiento favorable hacia las personas que deciden emigrar a Canadá, según el estudio, son la creencia de que la inmigración supone un importante beneficio económico y, por otro lado, el orgullo de formar parte de un país multicultural. Ambas percepciones se refuerzan mutuamente y, asimismo, tienen raíces más amplias.
La percepción de un beneficio económico, frecuente en todas la regiones menos en Quebec, refleja el optimismo económico general y el éxito económico personal. Aquellos partidarios del multiculturalismo, que lo consideran importante para la identidad canadiense, son significativamente más propensos a apoyar los altos niveles actuales de inmigración. No obstante, muchos canadienses opinaron que preferirían que los inmigrantes se integraran en la sociedad en lugar de formar comunidades separadas.
El estudio de IRPP evaluó las tendencia recientes en la actitud de los ciudadanos canadienses y posteriormente examinó las raíces sociales y económicas de apoyo a la inmigración a gran escala, basándose en un análisis de la encuesta de Environics Focus Canada, llevado a cabo en noviembre de 2010.