La Policía usó una pistola Taser para contener a un niño porque era “peligroso”
La Policía usó una pistola Taser para contener a un niño porque era “peligroso”

El jefe Peter Lepine, del Departamento de Policía de West Vancouver, durante la rueda de prensa celebrada este lunes
El Popular. Vancouver.- El jefe del Departamento de Policía de West Vancouver, Peter Lepine, dijo este lunes en un comunicado de prensa que los oficiales de la Policía Montada (RCMP) consideraron “violento” y “peligroso” para él mismo y para los demás al niño sordo de 11 años al que contuvieron con una pistola Taser el pasado mes de abril.
Lepine afirmó que los oficiales podrían haberse negado a usar la pistola de descargas eléctricas, pero que entonces el riesgo de la situación se hubiera incrementado hasta tal punto que el niño podría haberse herido a sí mismo o a la gente de su alrededor, o posiblemente obligar a los oficiales a usar la fuerza letal para evitar un mal mayor.
“Puedo asegurarle que todos los involucrados en el incidente original, así como la investigación, son plenamente conscientes y sensibles al hecho de que la Policía estaba tratando con un niño”, escribió Lepine. Sin embargo, “en última instancia, la edad del niño era secundaria ante el hecho de que su detención se consideró necesaria con el fin de impedir que causara daños corporales más graves o incluso la muerte” de alguien, afirmó el agente.
“Si los oficiales no hubieran decidido a tomar una acción abierta para aprehender al niño de forma rápida, es probable que hubieran sido objeto de duras críticas por permanecer con los brazos cruzados mientras el niño se perjudicaba a sí mismo o a alguien más”, puntualizó Lepine.
El jefe del Departamento de Policía de West Vancouver fue duramente criticado por justificar las acciones de los oficiales al uso el arma en un niño, pero sin explicar el por qué. Este lunes, Lepine declaró que se publicó un informe detallado, después de que se consultara con otras agencias la revisión de los hechos y con la Asociación de Libertades Civiles de Columbia Británica.
Lepine explicó que la Policía recibió una llamada el 7 de abril, a las 5:30 de la tarde, donde se les comunicaba que un adulto había sido apuñalado por un niño de 11 años en el grupo de viviendas residenciales Prince George. Los oficiales afirmaron que el niño tenía problemas auditivos, pero que los audífonos que llevaba se habían dañado en un incidente anterior.
Antes de que la Policía llegara al lugar, el menor se había refugiado en una de las residencias con una botella de vino y un cuchillo. En el informe de Lepine también señala que el niño tuvo acceso a otras armas.
La Policía fue advertida de que el joven era “extremadamente propenso a arrebatos violentos, durante los cuales mostraba una fuerza extraordinaria para su edad y tamaño con lo que presentaba una amenaza viable para su propia seguridad, así como la seguridad de los adultos que trabajaban de calmar el exabrupto” del niño, señalaba el informe.
Durante la investigación independiente de las acciones de la RCMP, Lepine dijo que los investigadores de West Vancouver buscaron la opinión de un “experto reconocido en el tema” en el ámbito policial, que concluyó en que las decisiones de los oficiales fueron “adecuadas a la situación y de acuerdo con su formación y políticas existentes”.
“Fue claro para mí que los oficiales involucrados respondieron a un incidente potencialmente mortal de una manera adecuada, mesurada y profesional”, concluyó Lepine. La Comisión de Quejas Públicas contra la RCMP y de vigilancia de los niños de Columbia Británica han lanzado sus propias investigaciones y la RCMP está realizando una revisión interna. Dos oficiales de la policía fueron puestos bajo licencia administrativa después del incidente, pero regresaron a sus funciones a finales de junio.