Ford: Popularidad en picado tras un año de alcalde
Ford: Popularidad en picado tras un año de alcalde
Con el apoyo ciudadano caído hasta el 37 por ciento, el alcalde de Toronto es el segundo menos popular de Canadá, solo por delante del de Montreal. Ford, no obstante, se mostró orgulloso del trabajo realizado desde que fue elegido hace doce meses y aseguró estar convencido de que sería elegido de nuevo si se celebrasen elecciones ahora.
El Popular. Toronto.- El alcalde de Toronto, Rob Ford, dijo este martes, en el primer aniversario de su elección como primer edil del Ayuntamiento, que está convencido de que tanto él como sus partidarios en la corporación municipal volverían a obtener la confianza de la mayoría de los votantes de la ciudad en el caso de que se celebrasen elecciones hoy.
“Éste es un equipo fenomenal, y puedo decir con orgullo que hemos hecho más en un año que ningún otro gobierno”, dijo Ford durante una rueda de prensa, en la que estuvo acompañado de los presidentes de las juntas y los comités que ha nombrado a lo largo de estos doce meses.
El alcalde rechazó las críticas en el sentido de que su administración no ha conseguido el cambio que los ciudadanos esperaban: “Dondequiera que voy, la gente me dice ‘sigue así, mantened este rumbo’, indicó, refiriéndose a encuentros que había tenido con ciudadanos por la mañana. “Voy a por mi café en Tim Hortons y la gente dice ‘continuad así, estáis haciendo un trabajo fantástico’. Estamos trabajando, y sé que si hubiese una elección hoy, todos seríamos reelegidos”, recalcó.
Las encuestas, sin embargo, no parecen serle tan favorables. Un sondeo realizado por la empresa Forum Research Inc. entre ciudadanos de las 15 ciudades más grandes del país, y publicado este lunes, revela que la popularidad de Ford se ha hundido en el presente mes de octubre hasta el 37 por ciento, lo que, además de marcar un nuevo mínimo, le convierte en el segundo alcalde menos popular de todo Canadá, solo por delante del alcalde de Montreal, Gérald Tremblay.
La popularidad del alcalde, no obstante, varía según las zonas de Toronto. La nota más alta, un 42 por ciento, la obtiene en North York y Scarborough, mientras que la más baja, solo un 30 por ciento, corresponde a Toronto-East York.
A los residentes también se les preguntó si volverían a elegir a su alcalde actual para un nuevo mandato. En el caso de Ford, menos de uno de cada tres encuestados respondió afirmativamente.
El principal problema para Ford, en cualquier caso, no es tanto que el índice sea bajo como el hecho de que ha ido disminuyendo de un modo constante y acelerado. En febrero su popularidad llegaba al 60 por ciento; en junio era del 57 por ciento, y en septiembre había caído al 42 por ciento.
La encuesta fue realizada entre unos 6.700 residentes de todo Canadá. El margen de error oscila entre el 3 por ciento y el 6,8 por ciento, variando de acuerdo con el tamaño de la muestra en cada ciudad en particular.
Al frente de la lista volvió a situarse la veterana alcaldesa de Mississauga, Hazel McCallion, quien obtiene el respaldo del 78 por ciento de sus conciudadanos, a pesar de los recientes escándalos, derivados de un presunto trato de favor a la empresa de su hijo.
Desde que fue elegido el 25 de octubre de 2010, gracias principalmente a su promesa de acabar con los ‘chollos’ en el Ayuntamiento (el famoso “gravy train”), Rob Ford ha contabilizado tanto éxitos como fracasos.
La última victoria se la apuntó este mismo lunes por la noche, cuando el Consejo Municipal aprobó su plan para privatizar el servicio de recogida de basura en la mitad Oeste de la ciudad.
Poco después de su elección, Ford utilizó su considerable capital político para cancelar el plan de transporte público de su predecesor en el cargo y para eliminar el polémico impuesto de matriculación de vehículos. Sin embargo, su promesa expresa de reducir el gasto de la ciudad en miles de millones de dólares sin tocar los servicios ni reducir el personal pronto hizo aguas.
Los planes del Ayuntamiento para reducir el déficit han marcado el año, con polémicas propuestas que han incluido desde la privatización del zoo y la reducción de los servicios de limpieza de nieve, hasta recortes de cientos de puestos de trabajo en el Ayuntamiento, eliminación de plazas de guardería o el cierre de bibliotecas públicas y teatros municipales.
El alcalde ha dado marcha atrás en algunas de las iniciativas más controvertidas (como la referente a las bibliotecas públicas, por ejemplo), pero el debate originado y las protestas de los ciudadanos han erosionado gravemente su imagen.