Cada día nos sorprenden más los animales
Cada día nos sorprenden más los animales
No está muy claro en la Historia si fue el hombre quien se acercó primero a los animales para sociabilizar con ellos o fue al revés. Según avanzan los estudios científicos realizados en el mundo, tiendo a pensar o inclinarme por la segunda opción: fueron ellos quienes dieron este primer paso y hasta el día de hoy lo siguen dando, sea la especie que sea.
Atrás queda ese concepto de que los únicos inteligentes en este planeta somos los humanos. Más bien pertenecemos a una especie bastante desvalida y frágil, ya que somos incapaces de sobrevivir sin la ayuda de los demás. Un niño necesitara de su madre largos años, más de lo que cualquier ser de otra especie necesita para poder ser autónomo y autodependiente, el periodo de aprendizaje se alarga por casi 20 años en algunos casos o lo supera, y de ahí en adelante sin la ayuda de los demás es bastante difícil o casi imposible vivir.
Conocemos poco o casi nada de la naturaleza, si por casualidad sufrimos algún accidente que nos produzca una herida y estamos en medio de la selva o el campo sin la ayuda de un medico, lo más probable es que esta se nos infecte. Eso nos complicaría para cazar por ejemplo. En definitiva para cualquier actividad debemos de prepararnos y tener los elementos necesarios para sobrevivir.
A diferencia del humano, nuestros amigos del reino animal sí saben qué hacer cuando se enfrentan a cualquier problema que se les presenta en la vida, saben qué cosa comer o tomar para solucionar sus dolencias. Su cuerpo les protege de las inclemencias del tiempo. Su orientación y olfato son únicos. Sus oídos son capaces de escuchar a distancia. La oscuridad de la noche no les dificulta el andar, pues ven con poca luz sin problemas. Aprender a desenvolverse en la vida tampoco es problema, su curso de aprendizaje es rápido y se transmite casi automáticamente entre madre e hijo, cuestión de días en algunos casos, o incluso horas para lanzarse a volar o nadar y deambular de forma independiente.
Eso me lleva a pensar que están mucho mejor preparados que los humanos. Si quisieran podrían tranquilamente vivir sin nosotros, cosa que al revés resultaría bastante difícil, ya que ellos hoy nos hacen la vida grata como animales de compañía. Pero también nos ayudan a descubrir más sobre este mundo. La ciencia ha descubierto que son sumamente útiles para sanar muchas de nuestras enfermedades. Los utilizamos como rescatistas, policías, bomberos, guardias, obreros, enfermeros o asistentes, psicoterapeutas, ayudantes para las personas minusválidas… Uno de los últimos estudios sobre animales que me ha sorprendido se ha desarrollado en un hospital de Toronto, en Canadá. Algunos genes derivados del comportamiento animal son los mismos que posee el ser humano en el caso de enfermedades como el autismo, de ahí que la comunicación entre ellos con las personas que padecen dicha enfermedad es sumamente ventajosa, para que decir cuanta energía positiva descargan los delfines o caballos que permiten restablecerse a muchos humanos que padecen de ciertas anomalías. En definitiva, ya dejaron de ser tan solo animales de compañía o para observarlos en un zoo, más bien se están transformando en seres fundamentales para nuestro desarrollo.
De ahí que las políticas proteccionistas respecto de la conservación de las especies deben hacerse cada día más estrictas. No estamos solo cuidando al gato, perro o ave porque es lindo tenerlos en casa, sino que protegemos a esas especies que aún tienen mucho que enseñarnos y entregarnos para alargar y sanar nuestras vidas. Este aprendizaje que realizan los científicos es muy importante para dimensionar sus reales capacidades. En fin, creo que ellos fueron en definitiva quienes se acercaron a nosotros consientes de cuánto podían aportarnos, cosa que como humanos ni siquiera sospechábamos y nuestra obligación es protegerlos.
Cada ser que vive en este planeta, existe porque su misión en la vida es fundamental para otros, y muchos de ellos requieren necesariamente de lo que le provee el vecino para subsistir. Nosotros como humanos y los más desvalidos dentro de las especies animales necesitamos mucho de lo que las otras especies nos proveen. Seamos bien agradecidos y no nos creamos los amos del planeta. Utilicemos nuestros conocimientos para desarrollar más recursos que nos permitan alargar nuestras vidas y hacer que todos los habitantes del mundo puedan vivir en armonía y paz, legado obligatorio a transmitir a las futuras generaciones.
Amigos, hasta la próxima semana