Imitar nuestros movimientos, ¿un mensaje erróneo para nuestras mascotas?
Imitar nuestros movimientos, ¿un mensaje erróneo para nuestras mascotas?

Muchos animales cogen malas conductas debido a que adoptan los gestos y formas de actuar de los humanos
Nuestras mascotas, como les he contado muchas veces, utilizan como medio de comunicación un lenguaje basado fundamentalmente en movimientos y posturas, cada musculo de su cuerpo realiza una acción determinada para transmitir un mensaje a quien tiene enfrente, y este lenguaje lo aprenden desde cachorros, pero se va haciendo más rico el idioma a medida que pasa el tiempo y ellos van creciendo.
Para y por eso tienen en general casi todos los animales tan desarrollada la vista. Por un lado es fundamental a la hora de conseguir su sustento diario y protegerse de sus agresores, pero por otro observar como base de la comunicación es fundamental, esto ayudado por sus rápidos reflejos que les permiten en fracciones de segundo asumir diferentes posiciones corporales que difícilmente podríamos ejecutar nosotros.
Bueno, como su lenguaje es eminentemente corporal deben aprenderlo y retenerlo. Esa observación del entorno es guardada dentro de sus cerebros como fotografías consecutivas, si pudiésemos llamarlo de esa manera, son unos cineastas fantásticos capaces de almacenar cada movimiento por cuadros igual como lo hace un rollo de película, y es así como su forma de comunicarse con quienes les rodean es imitando las posturas del cuerpo de los miembros de la manada con la cual conviven.
La coprofagia que es el nombre científico que se le da al habito de comer excrementos, es bastante habitual en los caninos pequeños ya que sus primeras observaciones del entorno lo sitúan captando y memorizando los movimientos de su madre y ella para mantener el nido limpio se come sus residuos hasta que sus hijos no son lo suficientemente capaces de caminar para hacer lejos del nido o correr para protegerse frente a un peligro.
Otra conducta que mucho les agrada es cuando mamá le lengüeteaba su barriga, de inmediato abrían sus patitas mirando hacia el cielo y se quedaban tranquilos, si bien mamá lo hacía para estimular su organismo y ayudarlos a evacuar ese placer no termina ahí lo siguen practicando con sus hermanos y después de adultos lo hacen con nosotros inclusive nos muestran sus barrigas para que los acariciemos. Ahora bien, todas las otras conductas o movimientos que realizan son imitación de lo que ven. Ése es su lenguaje, el que a medida que crecen perfeccionan cada vez mas.
En el caso de la coprofagia como no es una conducta habitual de los adultos rápidamente la olvidan y es por eso que en nuestros hogares con el tiempo la dejan de practicar, no obstante si ven que alguien de la manada la ejecuta, la seguirán practicando o si nosotros como amos realizamos una mala acción o mensaje dentro de su aprendizaje puede que acrecentemos ese mal hábito.
Como ejemplo: si a mi cachorro, que intento enseñarle a que haga sus necesidades en determinado lugar, pero no sé cómo hacerlo y según por ahí me contaron cada vez que vea un excremento en el suelo, debo introducirle la nariz en él y darle un golpe con un diario o algo que produzca sonido, única manera efectiva de que aprenda, además de recoger sus residuos y mostrárselos diciéndoles “no”, fuerte y enojado, lo más probable es que si nos detuviésemos a observarle el día completo y filmarlo, muchos de ellos mantienen la coprofagia aun por miedo y si no por imitación.
Si es así, nuestro cachorro no entendió para nada el mensaje de su amo. Sólo vio que su líder llego a casa; antes siquiera de saludarlo lo tomó por las narices, se las metió en sus excrementos, le pegó, la recogió, se la mostró y con un tono de voz muy fuerte le dijo “no”, se la llevó y escondió. Está claro para nuestra mascota que esas cosas feas que yo hago, si mi amo las ve me pega y se enoja conmigo, así es que mejor me las cómo y asunto arreglado, además hago lo mismo que él, recogerla y esconderla, pero como no puedo meterla en la basura porque no encuentro la forma, no puedo hacer otra cosa para esconderla que tragármela.
Así pasa no sólo con esta conducta si no con muchas, si mi amo es violento y grita, yo ladro fuerte. Si sus juegos son bruscos lo más probable es que los de su mascota lo sean, en general gran parte de las conductas asumidas por nuestra mascota resultan ser imitación de nuestros propios movimientos. Existe un juego que ustedes pueden realizar con sus amigos, coloquen una música fuerte en casa y mirándolo fijo y directo colóquense a bailar moviendo mucho su cuerpo, verán como de inmediato su perro reaccionara y buscara hacer también movimientos rápidos como parte de esa imitación de la rutina, algunos inclusive avivados por nosotros mismos pareciera que bailaran, y no es otra cosa que intentar seguir tus movimientos.
Esto de la imitación nos puede ayudar mucho a la hora de enseñarlos, realicemos un movimiento indicándole lo que queremos que haga, premiémosle cuando lo realice y verán que con el ejercicio constante del mismo movimiento nuestro amigo cumplirá el mandato sin siquiera pronunciar palabra, jugamos a la mímica con él: sólo gestos y entenderá mucho mejor tus ordenes. Recuerda: no es otra cosa que practicar su propio lenguaje.
Por último, en lo que a imitación se trata, para muestra un botón. Acaba de morir Charlie, un simio que fumaba cigarrillos, conducta adquirida al tratar con los humanos. Este amigo, si bien no murió a causa del cigarrillo, ejemplifica claramente el concepto de la imitación factor fundamental en la conducta de nuestras mascotas o animales.
Que pasen una buena semana y hasta la próxima…