Una de las hijas de los Shafia “llegó a pensar en el suicidio”
Una de las hijas de los Shafia “llegó a pensar en el suicidio”

Rona Amir Mohammad (izq) y Sahar Shafia, en una de las fotos presentadas en el juicio. La imagen, obtenida del teléfono móvil de Sahar, fue tomada el 26 de junio de 2009, durante el viaje que la familia Shafia realizó a las Cataratas del Niágara, tan solo unos días antes de que se descubriesen los cadáveres en el Canal
El Popular. Toronto.- Dos de las hijas adolescentes del matrimonio Shafia contaron a los profesores de su escuela y asistentes sociales juveniles, meses antes de morir, que eran maltratadas física y psicológicamente en casa por su padre y su hermano mayor, y una de ellas consideró el suicidio, según se puso de manifiesto este miércoles en el juicio que se celebra en Kingston por los presuntos crímenes del Canal.
Mohammad Shafia, de 58 años; su esposa Tooba Mohammad Yahya, de 41, y el hijo de ambos, Hamed Mohammad Shafia, de 20, se enfrentan a cuatro cargos de asesinato premeditado. Están acusados de haber dado muerte a tres hermanas adolescentes, hijas de Mohammad Shafia y Tooba Mohammad Yahya (Zainab, de 19 años; Sahar, de 17, y Geeta, de 13), y a la otra esposa de Mohammad Shafia (se trataba de un matrimonio polígamo), Rona Amir Mohammad, de 50 años de edad.
Los cuerpos de las cuatro mujeres fueron hallados en un auto sumergido que fue encontrado en junio de 2009 en una esclusa del Canal Rideau, en Kingston. La Policía no descartó la posibilidad de que se trate de un crimen de honor. La hija mayor de la familia habría tenido una relación con un joven paquistaní, contraviniendo los deseos de sus padres, de origen afgano, quienes, según la Fiscalía, desaprobaban el comportamiento de las adolescentes y que estas tuvieran novios.
Los acusados se han declarado inocentes y alegan que se trató de un accidente. La acusación mantiene que el accidente se simuló para encubrir los cuatro asesinatos. El juicio comenzó en Kingston a mediados de octubre.
En su discurso de apertura ante el jurado el mes pasado, los fiscales detallaron cómo el personal de la escuela de protección a la juventud donde acudía Sahar, la hija mediana, había advertido dos veces sobre la situación de la joven después de escuchar a la chica hablar sobre cómo vivía en su hogar.
El director de la escuela de Sahar afirmó este miércoles que en mayo de 2008 la chica, que entonces tenía 16 años, había contemplado la idea de suicidarse y que a su madre no le importaba. El centro de Juventud y Familia Bathaw envió a una trabajadora social, Jeanne Rowe, para que ayudara a la muchacha.
Rowe testificó este miércoles y dijo que cuando llegó a la escuela de Sahar en Montreal y vio a la chica, ésta estaba visiblemente molesta, ya que no quería que la trabajadora social hablara con sus padres. “Tenía mucho medio de que sus padres descubrieran el informe” sobre sus problemas, afirmó Rowe. “No quiso explicarme por qué, solo quería volver a casa”, añadió.
La trabajadora social también afirmó que cuando se reunió con Sahar, la chica negó todas las acusaciones que la escuela había hecho llegar a los asistentes sociales juveniles.
De acuerdo con su declaración, Rowe volvió a ver a Sahar dos días después de su primer encuentro. La adolescente se presentó vistiendo un hiyab (pañuelo islámico que cubre el pelo), prenda que antes había rechazado llevar, y dijo que las cosas habían mejorado en casa. Entonces Rowe llegó a la conclusión de que las denuncias iniciales tenían fundamento, pero que no era necesario apartar a Sahar de su hogar.
En junio de 2009, el personal de la escuela puso una segunda denuncia, ya que Sahar tenía un novio y los padres desaprobaban la relación, según explicaron los fiscales. La joven dijo al personal de la escuela que tenía miedo por si uno de sus hermanos se lo contaba a su padre, después de que ella hubiera sido vista con su novio en un restaurante antes de que su padre regresara a Canadá tras un viaje a Dubai.
Este segundo informe donde se denuncia el temor de Sahar se realizó 25 días antes de que las adolescentes fueran encontradas muertas. Un mes antes del hallazgo, un oficial de policía acudió al hogar de los Shafia en respuesta a una llamada al 911.
El oficial dijo este martes ante el tribunal que las chicas reportaron haber sido golpeadas en la cara por su hermano y su padre, quienes también les tiraron del pelo, ya que las muchachas habían llegado tarde a casa. El oficial afirmó que vio una marca alrededor de los ojos de una de las chicas.
El agente de policía dijo que quería presentar cargos pero que terminó llamando a los servicios de protección de menores, quienes entrevistaron a todas las jóvenes delante de su padre. La fiscalía dijo que las chicas estuvieron llorando en silencio y que luego se retractaron de las acusaciones de abuso al mismo tiempo que decían que querían vivir en un hogar de acogida. La policía y el personal de protección decidieron no presentar cargos y cerraron el caso.
Ver también: