Attawapiskat empieza a recibir ayuda entre el debate político
Attawapiskat empieza a recibir ayuda entre el debate político
La comunidad indígena del norte de Ontario, que hace aproximadamente un mes se declaró en estado de emergencia por un grave problema de escasez de viviendas e infraestructuras, comenzó a recibir este martes al personal de apoyo de la Cruz Roja y del Gobierno federal. Mientras, el primer ministro, Stephen Harper, dijo que era el momento de “actuar”, pero insistió ante el Parlamento en que Ottawa ha destinado ya “unos 90 millones de dólares” a esta reserva, una respuesta que el líder del partido Liberal calificó de “vergonzosa”.

Muchos de los residentes de Attawapiskat han estado viviendo desde hace unos dos años en tiendas de campaña y chabolas que carecen de calefacción, electricidad y fontanería. Esta imagen, publicada por CTVNews, está obtenida de un vídeo grabado por el parlamentario del NDP Charlie Angus
[mappress mapid=”18″] El Popular. Toronto / Ottawa.- Personal y funcionarios del Gobierno federal y de la Cruz Roja Canadiense empezaron a llegar este martes a la reserva indígena de Attawapiskat para tratar de dar respuesta a la dramática situación que vive esta remota comunidad de la bahía James, en el norte de Ontario, como consecuencia de la falta de viviendas y otras infraestructuras.
El primer ministro, Stephen Harper, hizo un llamamiento a “pasar a la acción” para solucionar la situación, mientras que el líder interino del Partido Liberal, Bob Rae, calificó la reacción de Ottawa ante la crisis de “vergonzosa”,
La reserva de Attawapiskat, de unos 1.800 habitantes, ha sido centro de atención informativa desde que, hace un mes, declarase que la falta de viviendas y el estado en que se encuentran muchas de las existentes constituye un auténtico estado de emergencia.
Muchos de los residentes de esta comunidad, perteneciente a la Primera Nación Cree, han estado viviendo desde hace unos dos años en tiendas de campaña y chabolas que carecen de calefacción, electricidad y fontanería. Según declaró su jefa, Theresa Spence, la comunidad necesita al menos otros 250 hogares.
La semana pasada, el Ministerio de Asuntos Aborígenes y del Desarrollo del Norte anunció que estaba negociando con la Nación Attawapiskat ayudas en este sentido. El Gobierno federal se ha comprometido ya a destinar un total de 500.000 dólares para la renovación y acondicionamiento de cinco casas que se encuentran vacías actualmente.
Según declaró este martes Stephen Harper, su gobierno “ha destinado ya unos 90 millones de dólares solo a los problemas de Attawapiskat”. “Eso supone cerca de 50.000 dólares por cada hombre, mujer y niño de la comunidad”, dijo el primer ministro en el Parlamento, durante un periodo de preguntas. “Obviamente, no estamos muy contentos de que los resultados [de esa inversión] no hayan sido los que se esperaban. Estamos preocupados por eso, y tenemos funcionarios estudiando el caso y actuando”, añadió el primer ministro.
El líder interino liberal, Bob Rae, respondió que lo que esa respuesta por parte del Gobierno sugiere es que Attawapiskat tiene la culpa de sus propios problemas. “Es una respuesta vergonzosa para un gobierno canadiense”, dijo.
Este acalorado debate en la Cámara de los Comunes se producía al tiempo que personal de la Cruz Roja Canadiense, la organización que está liderando los esfuerzos por socorrer a Attawapiskat, y la líder provisional del NDP, Nycole Turmel, llegaban, este martes, a la reserva .
Turmel declaró a la cadena pública CBC que se sentía “enfadada” por las “inaceptables” condiciones de vida que había observado en la comunidad, con al menos un centenar de personas viviendo en remolques y otras habitando en chabolas sin calefacción ni agua corriente.
“Estoy molesta con los dos gobiernos, tanto el federal como el provincial, porque no hayan sido capaces de no tomar ninguna decisión para asegurarse de que estas personas viven en un lugar decente”, indicó la líder interina del principal partido de la oposición. “Es una situación inaceptable en un país como Canadá”, añadió.
En declaraciones recogidas asimismo por la CBC, la doctora Heather Ringrose, que ha tratado a muchos residentes de Attawapiskat en sus 17 meses como médico de familia en la zona, dijo que a menudo se encuentra con casos de enfermedades de la piel relacionadas con la falta de agua corriente limpia. “Cada vez que vengo aquí tengo que tratar infecciones y drenar accesos en la piel. Y veo muchos casos de SARM, un tipo de infección de la piel que es resistente a los antibióticos clásicos. Una persona que no tiene agua corriente en su casa tiene más problemas para mantenerse limpia, y para deshacerse de una infección cuando está en sus primeras etapas”, dijo.
“Tengo pacientes que vienen a verme todas las semanas y que me piden que, como su médico de familia, escriba cartas a la agencia para tratar de obtener una vivienda mejor. Me dicen que hay una lista de espera de cinco años”, añadió la doctora.
Según informó la CBC este martes, dos años después de que un derrame de aguas residuales destruyese varias casas en Attawapiskat, unas 90 personas siguen viviendo en estructuras portátiles y tienen que compartir media docena de cuartos de baño. Estas estructuras no son cómodas, ni seguras, ni calientes, ni lo suficientemente grandes.
“Hay niños aquí tratando de prepararse para la escuela, pero la escuela está por muy debajo de las condiciones medias y es un horror para la gente de aquí. En realidad, no han tenido una escuela apropiada, una con taquillas, con gimnasio, desde hace nueve años. La única que tenían estaba construida sobre un enorme derrame de diésel. Los niños estaban enfermos, algunos llegaron incluso a perder el sentido. Esa escuela fue derribada finalmente y, desde entonces, los escolares acuden a una portátil”, informó Adrienne Arsenault, de la CBC.
John Duncan, ministro de Asuntos Aborígenes y del Desarrollo del Norte, emitió un comunicado el lunes diciendo que desde el año 2006, la Primera Nación Attawapiskat ha recibido aproximadamente 80 millones de dólares, y recordando que su departamento también se ha comprometido a destinar 500.000 dólares a esta comunidad, con el fin de tomar medidas inmediatas para realizar reparaciones de viviendas lo antes posible.
“Nuestro gobierno está profundamente preocupado por la situación en la nación Attawapiskat”, dijo Duncan. “He hablado con los funcionarios departamentales que se encuentran en la comunidad para celebrar una reunión con la jefa Theresa Spence y con miembros de la comunidad, e investigar por qué existen estas condiciones tan pobres, a pesar de la importante financiación que están recibiendo del Gobierno”, afirmó el ministro, en la misma línea de la respuesta parlamentaria que ofrecería, al día siguiente, Stephen Harper.
El estado financiero de esta Primera Nación para el periodo fiscal 2010-2011 registra una deuda de 11,3 millones de dólares.
La jefa de Attawapiskat, por su parte, dijo que con ese dinero la Primera Nación tiene que cubrir una amplia gama de servicios, incluyendo la educación, la salud, el agua, el alcantarillado y otras infraestructuras. Según Spence, la financiación del Gobierno cubre los gastos básicos de gestión en una reserva situada tan al norte, pero no alcanza para desarrollar proyectos importantes.
Attawapiskat no es la única Primera Nación en presentar problemas de mantenimiento y de infraestructuras. Las comunidades de Kashechewan y Fort Albany, situadas asimismo en torno a la bahía James, declararon también el estado de emergencia hace aproximadamente un mes.
Un reciente informe federal sobre la situación de la vivienda en las Primeras Naciones concluyó que la escasez que sufren muchas reservas en Canadá es un problema grave y que, además, está empeorando. De acuerdo con este informe, publicado el pasado mes de febrero, para satisfacer la demanda actual sería necesario construir entre 20.000 y 35.000 viviendas nuevas.
Los líderes de las Primeras Naciones y la oposición federal sostienen que simplemente no reciben suficiente financiación para poder mantener sus comunidades.
Sin embargo, Tom Flanagan, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Calgary, dijo a la CBC que lo que realmente está provocando esta crisis es un debate más amplio sobre la viabilidad de las reservas situadas en zonas remotas. “La pregunta que nos hacemos es si el Gobierno federal está enviando suficiente dinero, pero no es posible enviar dinero bastante como para poder hacer frente a todos los problemas que surgen en estas comunidades, donde casi nadie tiene trabajo y donde los gobiernos locales se muestran a menudo incompetentes a la hora de manejar esos fondos”, indicó Flanagan.
El anuncio de que la Cruz Roja se implicaría en la crisis se produjo el pasado domingo. “Hemos estado trabajando en estrecha colaboración con los funcionarios públicos y con la jefa [de Attawapiskat], Theresa Spence, para evaluar las necesidades, determinar el mejor curso de acción y ver cómo la Cruz Roja puede ser capaz de proporcionar apoyo”, dijo John Saunders, director provincial de gestión de desastres de la organización humanitaria.
Saunders indicó que la Cruz Roja ha determinado que algunas de esas necesidades incluyen generadores, calentadores, esteras aislantes, mantas y ropa de invierno. La Cruz Roja también prestará asistencia para la gestión de las donaciones recibidas, “ya que la comunidad se ha visto inundada con ayudas”.