El Gobierno prohíbe jurar la ciudadanía con el rostro cubierto
El Gobierno prohíbe jurar la ciudadanía con el rostro cubierto

Los que participen en ceremonias de ciudadanía recibirán dos advertencias para que descubran sus rostros
El Popular. Ottawa.- Toda persona deberá tener el rostro al descubierto mientras hace el juramento de ciudadanía, el último paso de la ceremonia para convertirse en ciudadano canadiense de pleno derecho. Esta nueva normativa afectará, sobre todo, a las mujeres musulmanas que, por motivos religiosos o sociales, llevan un niqab o un burka.
Aquellos que participen en ceremonias de ciudadanía recibirán dos advertencias para que descubran sus rostros. La primera será al llegar al lugar, cuando un funcionario del departamento informe del requisito a la persona. Si se niega a descubrirse el rostro, un juez se lo requerirá de nuevo en el momento de leer el juramento.
Si la persona se niega en la segunda solicitud, el juez le pedirá que abandone la sala y la posibilidad de obtener la ciudadanía puede estar en peligro. No obstante, a aquellos que rechacen mostrar el rostro ante el juez se les dará otras oportunidades para que en un futuro, y si cambian de opinión, puedan participar en otra ceremonia de ciudadanía y convertirse en ciudadanos canadienses.
Si se da el caso de que la persona se niega en cumplir esta norma y quiere permanecer con el rostro cubierto no podrá convertirse en ciudadano canadiense y su estatus en el país será de residente permanente, con lo que renunciará a su derecho a votar, postularse para un cargo y mantener determinados puestos de trabajo. Asimismo, los residentes permanentes pueden ser deportados por delitos graves.
La nueva norma, ya en vigor, requiere que un juez de ciudadanía vea las caras de las personas que van a convertirse en canadienses durante el proceso en el que se recita el juramento en voz alta. Una vez que el juramento sea completado y se haya escuchado el himno nacional, el nuevo ciudadano canadiense será libre de llevar de nuevo el rostro cubierto.
El ministro de Inmigración, Jason Kenney, dijo que ha recibido quejas por parte de diputados y jueces de la corte de ciudadanía porque les es difícil saber si las personas con los rostros cubiertos son en realidad quienes afirman ser mientras recitan el juramento a la ciudadanía.
“No podemos tener dos clases de ceremonias de ciudadanía. La ciudadanía canadiense no se trata solo del derecho a la posesión de un pasaporte y el derecho a votar”, afirmó Kenney.
Los oficiales de ciudadanía e inmigración piden que todos los que tomen el juramento lo hagan “abiertamente”, ya que es un “principio profundo que va al corazón de nuestros valores”, según definió.
Se trata de una “declaración pública de que se está uniendo a la familia canadiense y se debe de tomar libre y abiertamente”, dijo Kenney, quien calificó de “francamente extraño” que hasta ahora a las mujeres se les permitiera usar velos mientras daban sus juramentos de ciudadanía.
Esta nueva medida forma parte de un nuevo paquete de reformas más amplio del departamento de Ciudadanía e Inmigración que el ministro Jason Kenney puso en marcha. En el nuevo paquete de medidas también se va a pedir que las personas que quieran convertirse en ciudadanos tengan más conocimientos sobre Canadá y su historia.
El ministro declaró que no acepta que llevar velo sea una obligación en este caso particular donde se les pide que se lo quiten solo para hacer el juramento. Kenney dijo que cuando las mujeres musulmanas realizan el hajj, la peregrinación a La Meca requerida por su fe, se les pide que no se cubran el rostro.
Desde que el gobierno conservador subió al poder se han ido endureciendo las reglas para obtener la ciudadanía canadiense. Una de las medidas que introdujo Kenney fue la de superar pruebas de idioma para asegurar que los aspirantes a conseguir la ciudadanía canadiense son competentes en una de las dos lenguas oficiales.