Un hijo de los Shafia defiende a sus padres en el juicio
Un hijo de los Shafia defiende a sus padres en el juicio

Mohammad Shafia, su esposa Tooba Mohammad Yahya y el hijo de ambos, Hamed Mohammad Shafia, llegan a la Corte de Kingston donde se celebra el juicio, este lunes por la mañana. Foto: Jessica Rubinger / CBC
El Popular. Redacción.- El quinto hijo de la familia Shafia (de un total de siete hermanos) testificó este lunes en el juicio que se celebra en Kingston, Ontario, contra sus padres y uno de sus hermanos, acusados de haber dado muerte a otras tres hijas de la familia y a la primera mujer del padre.
El testigo, cuyo nombre no puede publicarse por razones legales, tenía 15 años de edad cuando murieron sus hermanas. Ahora tiene 18. Este lunes defendió a sus padres, a quienes no veía desde hace tres años: “Cuando leo los periódicos siento que no conozco a estas personas, es como si estuvieran inventando unos personajes. Nada de lo que dicen es cierto”, declaró.
La actitud del testigo contrastó con la mostrada por él mismo en un vídeo del interrogatorio al que fue sometido por la Policía poco después de la muerte de sus hermanas. En el vídeo, grabado la misma noche en que fueron detenidos sus padres y su hermano, y que se mostró al tribunal también este lunes, el joven admite que había problemas en casa, y describe una ocasión en que fue abofeteado repetidamente por su padre.
Mohammad Shafia, de 58 años; su esposa Tooba Mohammad Yahya, de 41, y el hijo de ambos, Hamed Mohammad Shafia, de 20, se enfrentan a cuatro cargos de asesinato premeditado. Están acusados de haber dado muerte a tres hermanas adolescentes, hijas de Mohammad Shafia y Tooba Mohammad Yahya (Zainab, de 19 años; Sahar, de 17, y Geeta, de 13), y a la otra esposa de Mohammad Shafia, Rona Amir Mohammad, de 50 años de edad.
Los cuerpos de las cuatro mujeres fueron hallados en un auto sumergido que fue encontrado en junio de 2009 en una esclusa del Canal Rideau, en Kingston. La Policía no descartó la posibilidad de que se trate de un crimen de honor.
La hija mayor de la familia mantuvo una relación con un joven paquistaní, lo que habría contravenido los deseos de sus padres, de origen afgano, y quienes, según la Fiscalía, desaprobaban el comportamiento de las adolescentes y que estas tuvieran novios.
Los acusados, residentes en Montreal, se han declarado inocentes y alegan que se trató de un accidente. La acusación mantiene que el accidente se simuló para encubrir los cuatro asesinatos. El juicio comenzó a mediados de octubre.
En el vídeo del interrogatorio que pudo ver el tribunal este lunes, el quinto hijo de los Shafia dice al agente: “¿Tengo que decir lo triste que me siento por sus muertes? He visto sus cuerpos… He llegado a pensar en el suicidio, pero tenemos que mantenernos fuertes por nuestros padres, que han perdido ya a cuatro miembros de la familia”.
Más adelante el joven describe un altercado familiar, ocurrido una noche en la que él y dos de sus hermanas habían llegado tarde a casa: “Nos preguntaron que dónde habíamos estado, y entonces yo les dije: ‘Iros a la la mierda’ [‘piss off’], sólo son las ocho’, y entonces él [el padre] empezó a pegarme. Me decía ”¡Cállate, cállate!, y cada vez que yo hablaba, él me abofeteaba”.
Sin embargo, este lunes, en el juicio, el testigo suavizó la versión de estos hechos: “Cuando llegamos, mi padre nos preguntó que dónde habíamos estado. Empezamos a ponernos a la defensiva y a hacer cosas para que se cabreara cada vez más, hasta que nos dio bofetadas a mí y a mis hermanas”, declaró. El joven aclaró, no obstante, que no fueron golpes fuertes y dijo que esa fue la única vez que había pasado.
En el vídeo, el interrogador finalmente le dice que la Policía sospecha que sus padres y su hermano son los responsables de la muerte de sus hermanas y de Rona.
El chico lo rechaza: “No, con todo respeto, ¿me puede decir si hay alguna prueba, alguna huella… algo? […]. Sinceramente, ¿cómo podría una madre, un hermano, cualquier ser humano, matar a otro ser humano así…?”.
A continuación, el joven explica que, en todo caso, él era el hermano más problemático. “De ser asesinado alguien, ¿por qué no yo?”, dice.
Cuando el joven entró este lunes por la mañana en la sala del tribunal, su madre le saludó con la mano, y su padre se echó a llorar.
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