Canadá urge a sus ciudadanos a salir de Siria cuanto antes
Canadá urge a sus ciudadanos a salir de Siria cuanto antes
El ministro de Exteriores advirtió de que, como consecuencia de las sanciones impuestas por la Liga Árabe contra el régimen de Damasco, el número de vuelos va a empezar a reducirse, lo que limitará las posibilidades de salir del país árabe. Ottawa organizará una “evacuación voluntaria” a lo largo del próximo mes.

Un grupo personas grita consignas durante una manifestación de apoyo al gobierno sirio, en la Plaza Sabe Bahrat de Damasco, el pasado 9 de diciembre. La situación en Siria dio un paso más hacia el conflicto armado con la muerte este jueves de al menos 27 miembros del Ejército y de las fuerzas de seguridad a manos de desertores en la provincia meridional de Deraa. Foto: Youssef Badawi / Efe
Agencias. Ottawa.- El Gobierno federal pidió este jueves a los ciudadanos canadienses que se encuentran en Siria que abandonen este país lo antes posible, según informó el ministro de Asuntos Exteriores, John Baird, quien agregó que una “evacuación voluntaria” sería organizada durante el próximo mes.
Baird justificó la petición en las sanciones impuestas por la Liga Árabe contra el régimen Damasco, que implicarán la reducción de la mitad de los vuelos comerciales hacia Siria. Cerca de 1.500 canadienses están inscritos en la embajada del país, pero el total de residentes se estima en 5.000.
“La situación en Siria continua en deterioro. Las nuevas sanciones impuestas por la Liga Árabe implicarán una reducción de los vuelos con origen en Damasco a partir de hoy, los canadienses en Siria van a tener pronto pocas formas de abandonar el país de una forma segura”, afirmó Baird.
“Recomendamos encarecidamente a los canadienses abandonar Siria inmediatamente mediante cualquier medio de transporte mientras tengan todavía la posibilidad”, agregó el jefe de la misión diplomática.
Las instancias competentes, en primer lugar la embajada canadiense en Damasco, deben organizar “una evacuación voluntaria durante el próximo mes”, agregó.
En un comunicado adjunto, el Ministerio de Asuntos Exteriores dijo que “si la situación sigue deteriorándose, los servicios de la embajada podrían ser recortados sin advertencia” y Baird no descartó un cierre de la misión.
Por otra parte, Baird respondió con un rotundo “no” cuando, en una rueda de prensa, se le preguntó si era una opción la intervención militar de la OTAN en Siria, similar a la que derrocó el régimen de Muammar al Gadafi en Libia, tras el estallido de revueltas populares.
El pasado domingo, la empresa petrolera canadiense Suncor Energy Inc. anunció la suspensión de sus operaciones en Siria, tras la imposición de sanciones económicas al régimen del presidente Bashar al Assad.
La empresa, con sede en Calgary, y una de las grandes del sector, estaba sometida a una fuerte presión para que saliese de Siria, desde que entraron en vigor las nuevas sanciones de la comunidad internacional, a principios de este mes.
“La compañía está trabajando en un plan para sacar del país a sus expatriados en condiciones de seguridad, manteniendo a sus empleados sirios y determinando la mejor forma de apoyar a los empleados originarios de Siria en este momento extremadamente difícil para su país”, indicó Suncor.
Hace una semana, el ministro de Relaciones Exteriores, John Baird, dijo que la retirada de Suncor de Siria supondría un perjuicio para los ciudadanos sirios comunes.
“La situación actual en Siria es muy preocupante, y nuestros pensamientos están con el pueblo sirio, en la esperanza de un retorno a la paz tan pronto como sea posible”, dijo el presidente ejecutivo de Suncor, Rick George, en declaraciones recogidas por la agencia The Canadian Press.
Según cifras de Naciones Unidas, alrededor de 5.000 personas han muerto desde que comenzaron los levantamientos contra el régimen de Assad, hace nueve meses.
El pasado mes de agosto, Canadá amplió las sanciones económicas contra Siria impuestas en mayo por el Gobierno federal. El paquete de medidas restrictivas incluye la prohibición de viajar a los asociados con el gobierno de Damasco, la inmovilización de activos, así como la congelación de las exportaciones e importaciones hacia y desde el país, explicó Baird.
Por otra parte, Rusia presentó este jueves en el Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto de resolución sobre Siria que anima al Gobierno del presidente Bashar al Assad a iniciar reformas en el país y pide el cese de la violencia “por ambas partes”, así como el respeto a los derechos humanos.
“Creemos que el Consejo de Seguridad tiene que actuar”, dijo ante la prensa el embajador ruso, Vitaly Churkin, quien además preside este mes el Consejo, mientras que diplomáticos occidentales señalaron que el proyecto no es suficientemente contundente contra el mandatario sirio.
Churkin detalló que el texto presentado expresa la “necesidad urgente de detener la violencia, respetar los derechos humanos y agilizar las reformas en el país”, al tiempo que respalda “los esfuerzos de la Liga Árabe para solventar la crisis en colaboración con las autoridades sirias”.
“Necesitamos aprobar una resolución en el Consejo que termine con la violencia y la crisis que vive Siria, y ayudar a ese país seguir el camino de las reformas políticas”, indicó el embajador ruso, al tiempo que consideró que el papel del Consejo debe ser “no el de exacerbar el conflicto, sino el de relajarlo”.
En los meses que dura la represión en Siria, el Consejo ha sido incapaz de aprobar una resolución de condena a Damasco por la oposición de Rusia y China, que en octubre pasado ejercieron su derecho a veto para oponerse a un texto presentado por Francia, Reino Unido, Alemania y Portugal, con el apoyo de Estados Unidos.