Los precios se mantienen altos por culpa de los alimentos
Los precios se mantienen altos por culpa de los alimentos
La tasa de inflación no logró bajar del 2,9 por ciento en el mes de noviembre, pese a la caída de los precios interanuales de la gasolina. Los consumidores canadienses pagaron un 4,8 por ciento más por la comida, lo que supone el mayor incremento desde julio de 2009.
El Popular. Ottawa.- La inflación en Canadá se mantuvo en un 2,9 por ciento en el pasado mes de noviembre, como consecuencia del aumento de los precios de los alimentos, que compensó la caída de los precios de la gasolina, según informó este martes Estadísticas Canadá.
En el mes, los precios subieron un 0,1 por ciento en ajustes estacionales, un leve incremento con respecto a las predicciones de los analistas.
Para el periodo de 12 meses que culminó en noviembre, la tasa de 2,9 por ciento permaneció estable con respecto al mes anterior.
El alza interanual de los precios de la gasolina fue de un 13,5 por ciento en noviembre tras un incremento de un 18,2 por ciento en octubre, informó el instituto estadístico canadiense.
Los consumidores pagaron un 4,8 por ciento más por la comida, lo que supone el mayor incremento desde julio de 2009.
El costo de los vehículos de pasajeros (transporte público) y de las primas de seguros de autos, la carnes, los vegetales, el combustible, la electricidad y la vivienda subieron, mientras que los intereses de los préstamos hipotecarios bajaron.
Con respecto a los precios de los carburantes, la agencia estadística gubernamental señaló que el aumento de noviembre fue el menor incremento interanual desde el inicio de 2011.
No obstante, la evolución de los precios de la gasolina sigue siendo clave en la inflación anual, a pesar de la tendencia actual a la baja, después del máximo histórico alcanzado el pasado mes de mayo, cuando se rozó el 30 por ciento.
En general, los precios al consumidor subieron en todas las provincias en noviembre, con el mayor aumento registrado en Terranova y Labrador.
Kim Parlee, analista de BNN, señaló que si bien estos incrementos en el precio de los alimentos y del transporte no están haciendo un daño excesivo a los canadienses de clase media y clase media-alta, sí es probable que golpeen duramente a los ciudadanos de menores ingresos.
“De mantenerse estas cifras, y esta tendencia, la situación puede llegar a ser muy complicada para alguien que esté tratando de gestionar un presupuesto ajustado”, dijo Parlee a la cadena CTV News.
El Banco de Canadá prefiere mantener la inflación entre el 1 y el 3 por ciento. Pero aunque la tasa general se está acercando a ese límite superior, el banco central ha subrayado en repetidas ocasiones que no está preocupado por la inflación. A la institución le preocupa más, actualmente, que los efectos de un debilitamiento en la economía mundial acaben ralentizando también el crecimiento de la economía canadiense.
El índice del Banco de Canadá, que excluye a ocho de los componentes más volátiles del índice de precios al consumidor, tales como los costos de combustible, subió un 2,1 por ciento en los 12 meses anteriores a noviembre, el mismo aumento que se observó en octubre.
Este porcentaje supera también sus objetivos con respecto a la inflación subyacente, pero en su informe más reciente sobre el estado de la economía, el banco central dijo que espera que la inflación general se acabe reduciendo al uno por ciento para mediados de 2012. La previsión es que los precios del combustible continuarán bajando, reduciendo así su presión sobre los precios al consumo.
Cuando se conocieron los datos de inflación del pasado mes de septiembre, mes en el que se alcanzó el 3,1 por ciento, Peggy Nash, parlamentaria del NDP, pidió al Gobierno federal conservador que ayudase a los dos millones de canadienses sin trabajo o subempleados para lidiar con el aumento de los precios.
“Hay aumento de los costes de los alimentos y el carburante, que están creando una presión adicional sobre los presupuestos familiares”, dijo Nash durante la ronda de preguntas en la Cámara de los Comunes. “Los conservadores son muy generosos con las empresas petroleras, pero ¿por qué no lo son más con las familias?” añadió.
El ministro de Finanzas, Jim Flaherty, acusó entonces al NDP, principal partido de la oposición, de querer aumentar los impuestos a las empresas canadienses.