La Corte Suprema tumba el regulador financiero nacional propuesto por el Gobierno
La Corte Suprema tumba el regulador financiero nacional propuesto por el Gobierno
El máximo tribunal de Canadá señaló que la intención de Ottawa de establecer un organismo único para regular el mercado de valores en todo el país es incompatible con la Constitución. La decisión supone un duro golpe para el Ejecutivo conservador, que mantiene que la falta de un sistema uniforme de regulación supone una debilidad para el sistema financiero canadiense. El ministro de Finanzas señaló que el Gobierno “respeterá” la opinión de la Corte.

El ministro de Finanzas, Jim Flaherty, era el principal impulsor del nuevo regulador financiero único
El Popular. Ottawa.- La Corte Suprema de Canadá asestó este jueves un duro golpe al Gobierno federal al determinar, en una decisión adoptada por unanimidad, que la propuesta del Ejecutivo conservador de crear un organismo regulador nacional del sistema financiero en todo el país “no es válida” según la Constitución canadiense.
Al tribunal no le ha convencido el argumento del Gobierno de que la creación de un regulador único para el mercado de acciones forma parte del poder que le otorga la Constitución para regular las finanzas y el comercio del país.
El Supremo entiende que Ottawa no puede situarse por encima de la jurisdicción de las provincias en las operaciones diarias del mercado de valores, y asegura que el Gobierno federal no ha sido capaz de probar su tesis de que el mercado ha cambiado tanto que las provincias no son ya capaces de llevar a cabo una política de regulación eficaz.
Alberta, Quebec y otras provincias mantienen que la regulación del mercado de valores entra dentro de sus competencias para legislar sobre los derechos civiles y de la propiedad en sus propios territorios.
No obstante, la Corte Suprema recuerda que el Gobierno tiene autoridad para establecer mecanismos nacionales de regulación cuando considere que existe un riesgo global para la economía del país.
El ninistro de Finanzas, Jin Flaherty, respondió este jueves que el Gobierno “respetará” la decisión del Supremo. “Esta claro que no podemos seguir con esta legislaicón. La revisaremos cuidadosamente y actuaremos en consecuencia”, dijo.
Canadá es prácticamente la única economía desarrollada en el mundo que no tiene un solo regulador nacional para regir las empresas que quieren vender acciones y emitir bonos u otros productos financieros al público. En Canadá, la industria de valores se rige por una mezcolanza de 13 diferentes reguladores locales que operan en todo el país.
Los que critican el sistema actual consideran que ha dado lugar a complicaciones innecesarias y a superposiciones normativas.
Algunos de los organismos internacionales más importantes, como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) o el Fondo Monetario Internacional (FMI), apoyan la creación de reguladores financieros nacionales, al igual que la Asociación Canadiense de Banqueros, que regula el sector bancario.
Sus defensores, empezando por el propio ministro de Finanzas, afirman que de este modo se desalienta la delincuencia de cuello blanco, al encontrarse con muchas más dificultades. Flaherty viene sosteniendo desde el año 2006 que una oficina reguladora única animaría a los inversores y mejoraría la salud de la economía en general.
Los detractores de esta medida, en cambio, recuerdan que la presencia de un regulador financiero único en Estados Unidos (la Securities and Exchange Commission -Comisión del Mercado de Valor-, con sede en Nueva York) no logró evitar la crisis financiera de 2008 en este país, y ha servido de poco a la hora de sancionar a los responsables.
Pese a que la decisión de la Corte Suprema no supone un mandato legal, ya que su carácter es consultivo (el Gobierno planteó una cuestión de constitucionalidad al alto tribunal), los expertos coinciden en señalar que la respuesta significa, en la práctica, el fin de la propuesta del Gobierno.
La propuesta había recibido el apoyo de Ontario y, de forma más marginal, de la Columbia Británica, Saskatchewan, Manitoba y New Brunswick. Alberta y Quebec estaban en contra.
El Gobierno reconoce que este tipo de regulación financiera corresponde, originalmente a las provincias, pero señala que el mercado financiero ha evolucionado en los últimos años de ser un asunto local a ser una realidad nacional con capacidad para afectar a la economía de todo el país.