La CELAC y el SELA
La CELAC y el SELA
La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC, es apenas el propósito, noble para algunos y político para otros, de crear un organismo intergubernamental de ámbito regional, substituto del Grupo de Rio y de la Cumbre de América Latina y del Caribe -CALC- que promueva la integración, cooperación y desarrollo de los países latinoamericanos y del Caribe, cuya creación fue propuesta por el Presidente mexicano el 23 de febrero de 2010 en la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe celebrada en la ciudad de Playa del Carmen, Quintana Roo, México.
La I Cumbre de la CELAC, en la que se protocolizó la voluntad política de los Estados presentes (33 en total) de constituirse en organismo internacional, según algunos jefes de gobierno como respuesta a la ineficacia de la OEA y según la mayoría de ellos como necesidad común de integración, se celebró entre el 2 y el 3 diciembre próximo pasado en la ciudad de Caracas, Venezuela. La II Cumbre de la CELAC se celebrará en Chile en 2012, la III en Cuba en el 2013 y la IV en Costa Rica en el 2014.
No obstante las buenas intenciones de los gobernantes, el organismo no tiene aún vida jurídica debido a que no ha sido pactado en un Tratado Internacional debidamente ratificado por los Congresos de los respectivos países
La población total de la población que quedaría integrada en la CELAC sería aproximadamente de 550 millones de habitantes y el territorio comprendería una extensión de más de 20 millones de kilómetros cuadrados.
Para un grupo crecido de “librepensadores” americanistas la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños – CELAC – cuya intención se protocolizó en Caracas a principios de este mes de diciembre no pasó de ser una versión ampliada y “politizada” del “Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe” –SELA- creado el 17 de octubre de 1975 en ciudad de Panamá, promovida aquella, con el pretexto histórico de la inspiración del Libertador Simón Bolívar, auspiciada ideológicamente desde La Habana por los hermanos Castro Ruz y materializada por el líder del socialismo del siglo XXI y Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías.
Lo que no puede negarse es la habilidad política de estos últimos que, aprovechando la bien intencionada propuesta del primer mandatario mexicano de crear un organismo de integración exclusivamente latinoamericana y del caribe, la más o menos uniforme debilidad de las economías latinoamericanas y caribeñas (con algunas pocas excepciones) el evidente bajo nivel de desarrollo humano de sus pueblos y los lazos espirituales comunes de su pasado histórico, lograron convocar a los 33 Estados de la región “no anglosajones”, alrededor de temas de interés común y prioritario como el desarrollo social, la cooperación sur-sur, la integración económica y un frente común en la lucha por la conquista de las metas del milenio, entre otros.
Los esfuerzos por crear en América un organismo independiente e imparcial que permita en su interior la libre expresión de los pueblos sin la influencia determinante de los Estados Unidos o de Canadá, los dos colosos de la economía en nuestro continente y uno de ellos la mayor potencia político-militar del mundo, no han sido pocos; unos han fracasado en su intento y otros se mantienen técnicamente vivos, así política y jurídicamente desfallezcan.
Uno de estos últimos es precisamente el Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe -“SELA”- creado –como lo dije arriba- mediante el Convenio de Panamá suscrito hace 36 años por 25 de los 36 Estados que hoy aparecen signando la creación del nuevo organismo – CELAC- que lo subsumió, porque los objetivos del “SELA” constituyen parte integrante del conjunto más amplio de objetivos de la “CELAC”. Veamos ¿por qué?
Los objetivos generales del “SELA” podríamos sintetizarlos en cinco fundamentalmente, todos ellos incorporados en la Declaración de Caracas del 3 de diciembre pasado, que creó la “Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe” “CELAC”:
1. Promover la cooperación regional, con el fin de lograr un desarrollo integral, auto sostenido e independiente…;
2. Apoyar los procesos de integración de la región y propiciar acciones coordinadas de éstos, o de éstos con Estados Miembros del SELA y en especial aquellas acciones que tiendan a su armonización y convergencia, respetando los compromisos asumidos en el marco de tales procesos;
3. Promover la formulación y ejecución de programas y proyectos económicos y sociales de interés para los Estados Miembros;
4. Actuar como mecanismo de consulta y coordinación de América Latina para formular posiciones y estrategias comunes sobre temas económicos y sociales ante terceros países, agrupaciones de países y en organismos y foros internacionales;
5. Propiciar, en el contexto de los objetivos de cooperación intra-regional del SELA, los medios para asegurar un trato preferente para los países de menor desarrollo relativo y medidas especiales para los países de mercado limitado y para aquellos cuya condición mediterránea incide en su desarrollo, teniendo en cuenta las condiciones económicas de cada uno de los Estados Miembros.
El contenido y filosofía de la Declaración de Caracas creando la CELAC es, por supuesto, mucho más amplia y abarca expresiones más genéricas y comprensivas de temas más variados, con expresiones más críticas del orden económico mundial, como era de esperarse de sus promotores y autores; constituye, si embargo, un buen paso adelante en materia de integración de naciones con identidades culturales similares, con ancestros raciales análogos, así mantengan diversidad ideológica marcada.
El devenir de la historia, la dinámica de las negociaciones de un Tratado final, los vaivenes de la política y la acción de la opinión de lo diferentes Estados expresada a través de sus congresos, de los medios, de los trabajadores y empresarios, etcétera, decantará los términos de un acuerdo comprensivo de las buenas intenciones de todos y excluyente de los elementos de perversidad que a veces se filtran en este tipo de instrumentos.
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