La nueva política bancaria de EE UU “perjudica a Canadá”
La nueva política bancaria de EE UU “perjudica a Canadá”

Las reformas bancarias propuestas en Estados Unidos están destinadas a combatir los excesos que condujeron a la crisis financiera de 2008
El Popular. Ottawa.- El ministro de Finanzas, Jim Flaherty, y el gobernador del Banco de Canadá, Mark Carney, se han quejado formalmente a sus homólogos estadounidenses y han denunciado que las reformas bancarias propuestas en Estados Unidos, destinadas a combatir los excesos que condujeron a la crisis financiera de 2008, podrían perjudicar a los bancos, negocios e inversores canadienses, e incluso al propio gobierno.
En una carta enviada este lunes al secretario del Tesoro de EE UU, Timothy Geithner, el ministro canadiense de Finanzas advierte de que las reformas podrían tener “un alcance extraterritorial sin precedentes, y significativos efectos transfronterizos en Canadá”.
Por su parte, Carney dirigió otra carta al presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, en la que señala que los cambios previstos pueden tener “efectos no deseados” en el sistema financiero canadiense.
El gobernador del Banco Canadá también expresa su temor a que la nueva normativa, la llamada ley Volcker, pueda debilitar la resistencia de los bancos internacionales y de las compañías de seguro, en lugar de fortalecerla.
Flaherty explica que las reformas prohibirán a un banco canadiense patrocinar un fondo de inversión si este fondo fue comprado o vendido a titulares canadienses de acciones que hayan sido, aunque sea de manera temporal, residentes en EE UU.
Mientras, Carney recordó que los bancos canadienses juegan “un papel fundamental”, no sólo en los préstamos a las empresas nacionales, sino también en ofrecer a los inversores compradores y vendedores para sus acciones en las empresas canadienses. Esta actividad bursátil suministra alrededor de dos tercios de las necesidades globales de financiación de las empresas canadienses.
Las reformas propuestas limitarían a los bancos y al gobierno canadienses la posibilidad de llegar a determinados acuerdos con bancos o compañías de seguros estadounidenses.
Carney destacó que aproximadamente el 20% de toda la deuda de los gobiernos federal y provinciales de Canadá está en manos de no residentes, y que, del total de las transacciones de bonos canadienses realizadas con no residentes, las dos terceras partes se realizan con estadounidenses.
Las reformas tienen por objeto reducir la exposición de los bancos de EE UU que poseen depósitos en efectivo personales y de negocios, frente a los riesgos derivados de las operaciones especulativas. Estos depósitos, en gran medida, están asegurados por los contribuyentes estadounidenses.

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