2011: Nostalgia en la pantalla; indignación y crisis; y en este país, algunos cambios notables
2011: Nostalgia en la pantalla; indignación y crisis; y en este país, algunos cambios notables
No sé si uno pueda calificar a priori un periodo de tiempo concreto como es un año, pero a riesgo de que aquí a cinco años pueda quedar como equivocado, me atrevería a decir que este año que termina será recordado como uno que marcó un anuncio de cosas a venir que serán de gran importancia, más que como un año de grandes eventos. Pero como digo, prefiero ser prudente en esto y no anticipar demasiado.
Antes de internarme por los acontecimientos mundiales sin embargo, muchos de ellos con un sello más bien oscuro, prefiero dar lugar a mis propias preferencias en materia de actividades que reflejan la creatividad humana, principalmente dos de mis favoritas, el cine y la música.
En cuanto al arte cinematográfico -como se verá en mis preferencias por las mejores películas del año- recojo con satisfacción un cierto aire de nostalgia que se ha visto en las dos que sitúo en los primeros lugares: el rescate de la figura del primer gran creador del cine mudo, Georges Mélies, además de todo el encanto que los mecanismos de relojería reflejan en el excelente film “Hugo”, mientras que por otra parte “The Artist” lleva esa búsqueda en la creatividad fílmica de antaño al extremo, al realizarse en estilo de una cinta muda.
Pero déjenme empezar mi lista de favoritos en sentido inverso:
En el número 10 coloco al film argentino “El hombre de al lado” (Mariano Cohn y Gastón Duprat, 2009, pero exhibido en Montreal sólo este año). Una historia insólita, con toques imprevisibles y que da un crudo y triste recuento de una cierta realidad humana.
Número 9: “The Lincoln Lawyer” (Brad Furman, EE.UU., 2011). No un tema nuevo por cierto, pero el caso del abogado que busca su propia reivindicación moral está bien tratado en esta película, excepto por un innecesario alargamiento del film al final.
Número 8: “Page One; A Year Inside The New York Times” (Andrew Rossi, EE.UU., 2011). Un muy buen documental enfocando el tema del futuro del periodismo en el formato papel, pero además otros temas que tocan la integridad de los medios.
Número 7: “Hanna” (Jon Wright, EE.UU., Alemania-Francia, 2011). Por sus elementos de una ficción que sin embargo no están lejos de las prácticas de los servicios de inteligencia.
Número 6: “The Ides of March” (George Clooney, EE.UU., 2011). Aporta una incisiva visión de la moralidad imperante en las altas esferas de la política estadounidense, sin necesariamente caer en la pontificación: de algún modo no hay “buenos”.
Número 5: “The Help” (Tate Taylor, EE.UU., 2011). Un film que presenta un enfoque muy honesto de las relaciones entre los patrones blancos y sus criadas negras en la década de los 50 en el sur de Estados Unidos.
Número 4: “La piel que habito” (Pedro Almodóvar, España, 2011). Un film polémico, que no todos han gustado, pero que a mí me parece un excelente ensayo sobre los temores que tenemos respecto del cuerpo. En cierto modo el retorno a una temática anterior de este director español.
Número 3: “Midnight in Paris” (Woody Allen, España-Francia, 2011). El genial director ahora alejado de Nueva York como escenario de sus filmes, nos entrega aquí una historia centrada en un medio urbano, plena de poesía y sutil humor.
Número 2: “The Artist” (Michel Hazanavicius,Francia, 2011). Un film mudo, como se hacían hace un siglo, que nos transmite toda la emoción y el desgarro de los personajes, un triunfador actor de cine mudo desplazado del estrellato cuando llega el sonido. Sin duda una movida audaz y atrevida del realizador, que ha tenido sus frutos en un éxito de público y crítica.
Número 1: “Hugo” (Martin Scorsese, EE.UU., 2011). En esta adaptación de una historia para niños Scorsese nos ha sorprendido con su versatilidad y el poético tratamiento de la trama del niño en busca de desentrañar los misterios escondidos en antiguos mecanismos de relojería y que en última instancia lo llevan a desentrañar un misterio aun mayor, el de un gran creador del cine mudo.
Montreal es siempre muy prolífico en materia de espectáculos musicales, el Festival Internacional de Jazz, las Francofolies y el Festival de las Luces de Montreal testimoniaron una vez más esa condición de plaza privilegiada para los espectáculos musicales, tanto en su modalidad clásica, como en la popular y la folklórica.
En materia de artistas visitantes debo destacar la excelente actuación del grupo vocal The Swingle Singers siempre originales en su capacidad para recrear con sus voces la amplia gama de instrumentos orquestales. Otro grupo, probablemente el conjunto coral más famoso del mundo, el Coro Alexandrov del Ejército Rojo de Rusia, nos deleitó con sus temas que abarcan desde el folklore a temas clásicos, y para el público local, algunos temas populares del repertorio quebequense. También en materia de danzas tradicionales y folklóricas, la presencia del Ballet Folklórico Nacional de Chile (BAFONA) fue una delicia tanto para el público latinoamericano como canadiense.
En materia de música clásica cabe destacar la inauguración de la tan esperada sala de conciertos de la Orquesta Sinfónica de Montreal. La Maison simphonique como ha sido bautizada, posee una excelente acústica en una sala que aunque de grandes dimensiones, trasunta calidez por su interior enmaderado.
Bueno, pero no todo es armonía en este mundo: la primavera árabe iniciada en Túnez y luego en Egipto, comenzó con grandes esperanzas. Hacia fines de año, viendo que por un lado los grupos que parecen salir gananciosos son los fundamentalistas islámicos, uno sólo puede pensar que la idea de democracia—siempre un concepto ajeno para los pueblos árabes—los continuará eludiendo. Por otro lado la vergonzosa intromisión occidental a través de la OTAN en Libia, logró su objetivo de asesinar a Muammar al Gadafi, pero allí también son los grupos fundamentalistas los que se han hecho cargo del país.
En mayo “los indignados” se tomaron las principales plazas en Madrid y otras ciudades españolas. El descontento coincidía además con las protestas de los griegos cuya crisis financiera al final ha sido puesta en la cuenta de los trabajadores. Hacia septiembre el descontento llegó a Nueva York mismo, bajo la consigna de “Ocupar Wall Street”, un movimiento que también se extendió a las principales ciudades canadienses. Queda por verse ahora si este proceso de efervescencia social resultará en cambios efectivos. Por eso decía al comienzo que este puede ser un año que quede como de comienzo de cosas importantes. (Como también puede suceder que nada pase, también tengo que ponerme en el peor de los casos.)
En América Latina uno de los movimientos más interesantes ha sido protagonizado por la juventud estudiantil en Chile. Al fin del año escolar reina una situación de suspenso, escuelas secundarias aun tomadas, el año perdido en algunos casos, pero una voluntad de seguir luchando aun muy fuerte y que luego del verano del hemisferio sur seguramente el movimiento se retomará con renovados bríos. Lo que se inició como demandas puntuales por mejoramientos en liceos y universidades públicos, llegó en un momento a cuestionar todo el modelo económico neoliberal en vigor desde los tiempos de la dictadura de Pinochet así como la estructura constitucional también heredada de la dictadura.
Finalmente en Canadá, tiempos de cambios notables: el Nuevo Partido Democrático (NPD/NDP) se constituyó en la oposición oficial, bajo el liderazgo de Jack Layton. Lamentablemente su muerte ahora ha sembrado ciertas dudas sobre el futuro de ese partido. Por ahora sin embargo, las perspectivas son aun promisorias.
Aparte de Layton en este país y Gadafi ya mencionado en Libia, hubo otro muerto notable este año, justo a finales, el líder norcoreano Kim Jong Il, que ha sido sucedido por su hijo menor Kim Jong Un (esto de una dinastía comunista me parece extraño, pero por otro lado no caigo en la histeria occidental de demonizar al fallecido Kim, después de todo George W. Bush fue mucho peor, bueno no ha muerto todavía, pero dudo que de aquí a cuando ello ocurra se reivindique). Un muerto en sentido figurado—políticamente—fue el ex capo del Fondo Monetario Internacional (FMI) Dominique Strauss Kahn, apresado en Nueva York por asalto sexual a una camarera, finalmente absuelto, aunque la sombra de una duda como diría Hitchcock, lo acompañará siempre.
Feliz Año 2012 a todos mis lectores.