Los argentinos lloran a las víctimas y piden responsabilidades
Los argentinos lloran a las víctimas y piden responsabilidades

Un ciudadano busca los nombres de amigos y parientes en las listas de heridos del accidente ferroviario del pasado miércoles, y que fueron destinados a diferentes hospitales, en Buenos Aires. La tragedia se prolongó este jueves con la angustiosa búsqueda de pasajeros desaparecidos y la confirmación de las identidades de algunos fallecidos, entre ellos al menos siete ciudadanos de países vecinos. Foto: Cézaro De Luca / Efe

Vista del tren accidentado en Buenos Aires. El siniestro dejó un saldo de 50 muertos. En la tragedia, ocurrida en la estación de Once, más de 700 personas resultaron heridas. Foto: Martín Quintana / Efe
Efe. Buenos Aires.- Los argentinos lloraban este jueves la muerte de medio centenar de personas en una de las mayores tragedias ferroviarias que ha sufrido el país y pedían establecer responsabilidades por un accidente que ha puesto de manifiesto la precariedad del servicio y la falta de control estatal sobre la gestión privada.
Un día después del siniestro que dejó 50 muertos -al menos diez de ellos extranjeros- y más de 700 heridos en Buenos Aires, las autoridades concluyeron las tareas de identificación de las víctimas, aunque decenas de personas buscan aún a varios pasajeros en los hospitales de la ciudad.
Entre los fallecidos, fuentes oficiales han confirmado cinco ciudadanos paraguayos, dos bolivianos, dos peruanos y un chileno.
El Ejecutivo de la presidenta argentina, Cristina Fernández, adelantó este jueves que se presentará como querellante en la causa abierta por el accidente y que se reserva posibles acciones administrativas en el futuro.
“Acá no se generan esquemas de protección para nadie”, dijo el ministro de Planificación, Julio De Vido, en una rueda de prensa que había desatado intensos rumores sobre la posibilidad de que el Gobierno retirara la concesión a la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA), responsable de la línea donde se produjo el accidente.
El tren siniestrado pertenece a la red de cercanías de Buenos Aires gestionada por TBA, propiedad de los hermanos Cirigliano, uno de los grupos de transporte más poderosos del país, relacionados por la prensa local con el exministro Ricardo Jaime, investigado por corrupción.
En medio de la polémica, Roque Cirigliano afirmó hoy que el tren “estaba en buenas condiciones” y calificó el servicio como “aceptable”, en una breve visita a la estación de Once, el escenario del siniestro.
“¿Cincuenta muertos te parece aceptable?”, le increpó uno de los pasajeros, mientras el directivo abandonaba el recinto precipitadamente en medio de la indignación de los viajeros.
En la estación, una de las tres más concurridas de la capital argentina, decenas de personas recogían hoy firmas para denunciar “el estado de los trenes”.
“Algunos trenes están rotos y los frenos no andan”, denunció Lisa Tejeda, una de las personas que participaba en la petición de firmas. “No me sentí segura en los trenes de la TBA. Si ayer pasó esto, hoy puede pasar lo mismo”, lamentó.
El auditor general de la Nación, Leandro Despouy, recordó hoy que el informe realizado por la Auditoría en 2008 sobre “las deficiencias que presentaba el servicio” en esa línea demostró que “la situación era desastrosa”, en especial el sistema de frenos.
“Están dadas las condiciones para que el Estado pueda proceder a la rescisión de la concesión” de TBA, porque el accidente fue “consecuencia directa del incumplimiento de normas básicas”, señaló Despouy, en declaraciones a Radio Continental.
“Si no se hacen las inversiones se pone en peligro al usuario. No funciona el sistema de control”, afirmó el dirigente de la Unión Ferroviaria Rubén Sobrero, quien advirtió que los pasajeros “corren peligro”.
Para Eduardo Mondino, exdefensor del Pueblo argentino, “esto no es un accidente, tiene responsabilidades políticas y funcionales”.
Las críticas han salpicado también a la presidenta Cristina Fernández, quien suspendió su actividad oficial, decretó dos días de duelo nacional con la bandera a media asta y suspendió las fiestas de carnaval, pero no ha hecho ninguna declaración pública tras el accidente.
En las puertas de la morgue, Juan Frumento lloraba por la muerte de su hijo de 32 años:”La responsabilidad es de los que tienen a su cargo la dirigencia del país, que son los que tienen que tener el transporte en condiciones y no lo hacen”.
“Creen que con decir que vamos a poner a media asta la bandera ya es suficiente. Vayan y controlen a TBA. No solo somos un vaso de agua y un psicólogo, somos seres humanos con derechos”, sollozaba la tía de otro joven muerto en el accidente del miércoles.
Las redes sociales no se quedaron atrás en las críticas al Gobierno y a la gestión privada de los servicios públicos.
“Estamos buscando a cristina fernández. se perdió ayer después del accidente de Once. somos 40 millones de locos. gracias por difundir”, apuntaba un “tuitero” en alusión al silencio de la presidenta.
“Es un hecho, las vacas tienen mejor sistema de transporte que nosotros”, concluía una argentina indignada en su cuenta de Twitter.
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