Dependiendo del juez, se aceptan o no casos de refugio en Canadá

Dependiendo del juez, se aceptan o no casos de refugio en Canadá

Muchos solicitantes de refugio en Canadá pueden perder su caso dependiendo del juez que les corresponde, dice investigación que pide más equidad en los procesos sin importar de que país vengan.

TORONTO.- Cada vez son menos las peticiones de refugio que son aceptadas en Canadá y en gran parte ello depende del juez que le corresponde al caso y el país de origen del peticionario, según se desprende de una investigación realizada por un académico quien descubrió que hay jueces que en un año no aprobaron ni un solo caso, mientras otras aprobaron hasta el 80 por cientos de los procesos que tenían a su cargo lo que considera podría ser inconsistente con los procesos que deben enfrentar los refugiados.

La probabilidad de éxito de la petición de un refugiado para permanecer en Canadá, depende en gran parte de quien es el que conoce el caso en inmigración, más específicamente en el Immigration and Refugee Board (IRB), al menos así queda evidenciado luego de un análisis de los datos de 2011 de los procesos.

Según el profesor de la Universidad de York, Sean Rehaag, quien pidió datos e información al IRB de todos los casos del 2011, él pudo encontrar que hay jueces que no aprobaron ni uno solo caso durante este periodo y otros por el contrario muchos.

Para el investigador queda claro que muchas de las personas que han denunciado malos procesos en los casos de refugio pueden tener alguna razón y se basa para ello en lo que encontró.

En el análisis realizado por Rehaag, se pudo establecer que uno de los jueces, Daniel McSweeney, no aprobó ninguno de los 127 casos que le fueron adjudicadas en 2011, lo extraño según el investigador es que en el 2007, cuando el ingresó al IRB tuvo una tasa de aceptación de hasta el 42,47 si por ciento, pero luego fue disminuyendo años tras año.

Otro de los jueces que tiene una baja aceptación de refugiados es David Mc Bean, según la investigación se pudo establecer que aprobó dos de los 108 casos que escuchó el año pasado y también que había rechazado todos los 169 casos que había manejado entre el 2008 y el 2010.

Por el contrario existen otros jueces destacados por la aceptación de los casos de refugio, entre ellos  Jacques Fortín, que aprobó 81,3 por ciento de las 269 decisiones que debió tomar el año pasado  y Wolman Harriet, que aprobó el 77,8 por ciento de los 189 casos.

Para Rehaag los resultados de su estudio realizado a lo que pasó en el 2011 son similares a las estadísticas compiladas a partir de que 2006 al 2010, lo que demuestra que existe algún tipo de inconsistencias en la  toma de decisiones que sigue la Junta de Refugiados.

Pese a ello aclaro que “Es importante tener en cuenta”, que parte de la variación en la aceptación o no aceptación de casos también es debido a la especialización miembros IRB, a quienes le son adjudicados determinados procesos.

Dijo que por ejemplo a algunos miembros se les asigna un gran número de casos denominados rápidos, que por lo que general son decisiones positivas, ya que el peticionario cumple con todos los requisitos, pero del mismo modo hay otros jueces que se especializan por regiones geográficas, en donde se puede dar que los procesos tienen altos o bajos de reconocimiento de los casos de refugio.

Pese a esta aclaración para el investigador esos factores que en determinados momentos pueden afectar la aceptación o no aceptación de casos de refugiados por parte de un juez, muestran también enormes diferencias en las decisiones que se toman de cada caso.

Para él lo que es más preocupante y problemático, es que una de esas decisiones puede significar la vida o la muerte de alguien, porque si no se reconoce  la condición de refugiado de una persona que si cumple y realmente está siendo perseguida, la persona va a ser devuelta a su país de origen y será posiblemente torturados, perseguidos o asesinados. “Eso es lo que realmente me preocupa “, dice Rehaag, quien señala que no hay manera de apelar la decisión de un juez, porque si un juez dice que no que el demandante es deportado.

Para el profesor los diputados deberían tener en cuenta estos puntos para la nueva ley de inmigración que cambiará el proceso de solicitud de refugio o asilo en Canadá. Proyecto de ley C-31 introduce una junta de apelación y una nueva legislación que probablemente será aprobada este verano.

Ministro de Ciudadanía, Inmigración y Multiculturalismo, Jason Kenney, quien inició una profunda reforma del sistema de los refugiados de Canadá, dice que será más equitativo.

Según el ministro de Inmigración y Ciudadanía, Jason Kenney, la nueva Ley tendrá en cuenta todas las críticas al programa de refugiados, porque los que se busca es el más alto punto de referencia en la equidad. “Lo que proponemos va más allá de nuestras obligaciones en virtud ya sea de la Carta Canadiense de Derechos y la Convención de la ONU sobre los Refugiados”, dijo.

En diálogo con los medios de comunicación el Ministro dijo que si él fuera un defensor de los refugiados, apoyaría los cambios porque por fin se pone en marcha la División de Apelación de los Refugiados, un completo recurso de casación, que está basado en los demandantes que son rechazados.

Pese a ello los críticos consideran que el proyecto no es tan bueno porque creará un gran problema, y es que las personas o solicitantes de refugio que llegan de los denominados países seguros, que son los de más alta tasa de rechazo, no se le permitirá apelar en caso de no ser aceptada su petición.

La nueva norma afectará a muchos inmigrantes peticionarios de refugio de países como México, un país con una tasa de rechazo de 82,9 por ciento del total, que seguramente será designado como país seguro, a pesar de que Canadá aceptó 1.043 solicitantes de asilo de México en 2011. El año pasado México fue el país con el mayor número de solicitantes de refugio en Canadá – 6114.

Para los organismos defensores de los refugiados lo que pasará es que muchas personas que serán rechazas con la nueva Ley se quedarán en la clandestinidad al no tener derecho a apelar.