City Hall se llena de música, arte y gastronomía latina
City Hall se llena de música, arte y gastronomía latina
TORONTO.- La sala ovalada de City Hall albergó este jueves el inicio del Mes de la Herencia Hispánica, una iniciativa que pretende aunar bajo una misma bandera la comunidad hispano-latina residente en Toronto y, de paso, dar a conocer su arte y su cultura ancestral al resto de conciudadanos.
La inauguración de la exposición de arte ecuatoriano sirvió de pretexto para festejar los avances que está experimentando la comunidad a nivel político y evidenciar las buenas relaciones entre los hispanohablantes y las autoridades locales.
La ceremonia, oficiada con soltura por la señora Lita González-Dickey, empezó con el himno nacional al clarinete de Patricio Viera, miembro de la Asociación de Ecuatorianos de Ontario.
Acto seguido, subió al estrado el consejero César Palacio, principal promotor del Mes de la Hispanidad y firme defensor de un “plan de acción representativo” que equipare la comunidad latina a la de sus vecinos.
Tras él, llegó el turno del alcalde Rob Ford, que agradeció la contribución del pueblo hispano a la ciudad y elogió la labor de Palacio, cuyo trabajo “va más allá de sus obligaciones”. Ford dio paso al embajador de Ecuador en Canadá, el señor Andrés Teran-Pascual, el cual manifestó su voluntad de estrechar lazos entre la capital ecuatoriana y Toronto.
Puso el ejemplo del programa de comercio por desarrollo, que ha permitido a empresas canadienses participar en infraestructuras públicas como el aeropuerto de Quito. El parlamentario Ted Opitz respaldó el tratado Toronto-Quito y cedió la palabra a Duberlis Ramos, presidente de la recién formada Hispanic Canadian Heritage Council.
Por último, se dio la bienvenida a los artistas que expondrán sus cuadros en City Hall hasta el 13 de abril. Ellos son Jaime Pérez, Luis Aguirre y Yorqui Llacxaguanga, que no pudo asistir a la inauguración debido a unas inundaciones.
La muestra presenta tres artistas de estilos diferentes pero con un denominador común: Ecuador. La influencia ecuatoriana se transmite a través de la luz, el color y las temáticas de las pinturas. Luis Aguirre, procedente de Ibarra, define sus acuarelas como una “protesta mágica” contra la destrucción del bosque del Amazonas.
Para ello, representa a mujeres -el símbolo de la fertilidad- o animales autóctonos, como el puma o los monos titi, la mayoría en “actitud de enojo” porqué “están reclamando su espacio”.
Aguirre habló del efecto de la luz -que cae de forma perpendicular- sobre el arte hecho en su país, llegando incluso a modificar el concepto de color y la visión del entorno.
Esta posición privilegiada, “en la mitad del mundo”, permite a artistas como Jaime Pérez, de la ciudad de Baños, poder tratar con colores cálidos, dando un toque exótico a su estilo realista y figurativo. Su trabajo, no exento de crítica social, se centra en las comunidades indígenas, especialmente los niños de la Amazonia.
La pobreza del país queda retratada en una serie de cuadros que muestran manos trabajadoras que “piden, esperan, reciben y se conforman”.
La exposición de los tres artistas sirvió de telón de fondo para un acontecimiento lúdico y reivindicativo que busca dar voz al millón de hispano-canadienses que, además del idioma, comparten costumbres, raíces e intereses comunes.
Muestra de ello fue la degustación gastronómica, la mezcla de nacionalidades del grupo de baile Siempre Felices -vestidos para la ocasión con trajes tradicionales ecuatorianos-, y los variados ritmos de la formación musical Combinación Latina.
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