Los presos pagarán más por comida y alojamiento
Los presos pagarán más por comida y alojamiento
OTTAWA.- Las prisiones se preparan para una subida de precios que afectará directamente al bolsillo de los presos. El ministro de Seguridad Pública, Vic Toews, anunció este miércoles la implantación de nuevas medidas que permitirán ahorrar al contribuyente $10 millones al año.
El incremento del coste del alojamiento y de la comida entrará en vigor en 2013 y afectará a los reclusos con el estipendio más alto. Además de la subida del alquiler, los prisioneros tendrán que pagar por el uso del teléfono.
Las nuevas medidas anunciadas por el gobierno prevén eliminar los incentivos económicos para los presos adscritos al programa CORCAN, que permite a los reos trabajar en manufactura, construcción, imprenta, lavandería y el sector textil. Toews asegura que existe una “alta demanda” para participar en este programa, por lo que no hay necesidad de pagar a los condenados.
Otro cambio será el traspaso de los servicios de restauración, que pasará de manos privadas a comités de presos, como ya ocurre en el 85 por ciento de las cárceles canadienses.
El gobierno también espera reducir costes modificando el sistema de compra de bienes, que se hará de forma colectiva y no individual, ahorrando tiempo a los funcionarios de prisiones.
Los internos con un salario medio verán como el 30 por ciento de sus ingresos irán destinados a pagar la celda y la comida. Esto supondrá un coste a los presos de entre $1.58 y $2.08 por día.
Toews justifica estos cambios en su voluntad de conseguir un sistema judicial más justo y equilibrado. Expresó su intención de extender el programa CORCAN, que ofrece a los reclusos experiencia laboral real. La supresión de los incentivos económicos supondrá un ahorro de $1,7 millones, según responsables del Ministerio de Seguridad Pública.
“Quiero poner énfasis en educación, formación profesional y salud mental” aseguró Toews, que se mostró partidario de los programas de inserción laboral, diciendo que ayudan a los presos a asumir responsabilidades y a apoyar a sus familias.
El gobierno anunció recientemente su intención de cerrar Kingston Penitentiary, al este de Ontario, y Leclerc Institution, en Québec. Los internos serán trasladados a otras prisiones federales del país.
Los recortes también afectaron a Lifeline, un programa de reintegración que asistía a los prisioneros en libertad.
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