Una alpinista de Toronto muere en el Everest
Una alpinista de Toronto muere en el Everest
KATMANDÚ.- Shriya Shah-Klorfine figura entre las tres personas que murieron el pasado sábado mientras descendían la cumbre del Everest en lo que se describe como “condiciones de hacinamiento”.
“Mi esposa era una persona que vivió la vida al máximo y tenía una energía y una vitalidad incontenibles”, dijo este lunes su esposo Bruce Klorfine en un comunicado enviado por correo electrónico a The Canadian Press. “Murió buscando sus sueños, y con la satisfacción de haberlos logrado”.
Shah-Klorfine es la primera mujer canadiense de origen surasiático en colgar la bandera de Canadá en el pico más alto del mundo.
“Su ambición era llegar a ser la cuarta mujer canadiense en realizar el ascenso y así animar a los jóvenes y ayudar al hospital SickKids”, rezaba el comunicado que colgaba en la web la expedición de Shah-Klorfine al Everest.
Se presume que los tres escaladores murieron por agotamiento y mal de altura, problemas que también podrían haber sufrido los dos desaparecidos que quedan por identificar.
La cifra de muertos abrió el debate sobre el exceso de expediciones en el Everest, especialmente en la “zona de muerte”, cerca de la cima.
Se calcula que 150 alpinistas trataron de llegar a la cima entre el viernes y el sábado, ya que se apresuraron aprovechar un resquicio de buen tiempo en una temporada que, por lo general, nos ha sido propensa para la escalada. Muchos de los aplinistas habían estado esperando durante varios días en un pequeño campamento aguardando su oportunidad de intentar la cumbre.
Las otras dos víctimas, además de Shah-Klorfine, son el médico alemán Eberhard Schaaf y la montañista surcoreana Won-bin. Los dos escaladores desaparecidos son un chino y su sherpa nepalí.
“El sábado se produjo un atasco en la montaña. Los escaladores siguieron subiendo hasta las 14.30 horas, lo cual es muy peligroso”, dijo el alpinista nepalí Gyanendra Shrestha, representante de la federación de montañistas de su país.
Normalmente, se recomienda a los escaladores subir antes de las 11 de la mañana. El área justo por encima del último campamento en la vertiente sur se llama “zona de la muerte” por su fuerte pendiente de hielo, las condiciones peligrosas y el bajo nivel de oxígeno.
“Con el tráfico, los escaladores tuvieron que esperar demasiado para alcanzar el camino final y sometieron su cuerpo a condiciones de altitud más tiempo del debido. Creemos que muchos de ellos llevaban una pequeña cantidad de oxígeno, sin prever el tiempo de demora”, dijo Shrestha.
Nacida en Katmandú, Nepal, hace 33 años, Shah-Klorfine creció en Mumbai, la India y se mudó a Canadá para estar con su marido y empezar un negocio de importación, SOS Splash of Style Inc.
Pronto se integró a su país de adopción participando en varios grupos sociales y políticos como el Partido Conservador de Canadá, donde formó parte del consejo de administración de Toronto-Davenport.
“Este es mi sueño y mi pasión, quiero hacer algo por mi país”, había escrito Shah-Klorfine en su página web.
La temporada de escalada en el Everest se extiende desde finales de marzo hasta la primera semana de junio. El gobierno de Nepal no pone límites a la cantidad de escaladores que pueden acceder a la montaña, la más grande del mundo con 8.850 metros de altura.
El viernes y el sábado se anunciaron las mejores condiciones de la temporada, aunque había una alerta de tormenta de viento para el sábado por la tarde.
Ang Tshering, ex presidente de la Asociación de Montañismo de Nepal, dijo que el gobierno debe imponer horarios para evitar más embotellamientos en la cumbre.
Tshering dijo que la fiebre por llegar a la cima hizo que muchos escaladores gastaran su energía en la subida y quedaran agotados para el descenso.
El día más mortífero en el Everest fue el 10 de mayo de 1996, cuando ocho personas perdieron la vida. Entonces, se atribuyó la catástrofe a una tormenta de viento que sorprendió a los montañeros por la tarde.
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