La violencia familiar se sigue cebando con las mujeres
La violencia familiar se sigue cebando con las mujeres
OTTAWA.- La empresa estatal de estadística, Statistics Canada, publicó este martes su último informe sobre el estado de la violencia familiar en el país, que indica un aumento de la violencia entre parejas de novios frente a las parejas de cónyuges.
Según los datos registrados por la policía, alrededor de 99.000 canadienses fueron víctimas de violencia familiar en el 2010. De éstos, casi el 50% de las agresiones fueron cometidas por el cónyuge (él o ella).
Un 17% adicional de los casos fueron cometidos por un padre, un 14% por un miembro de la familia extendida, el 11% por un hermano y un 9% por un niño, generalmente un niño en edad adulta.
A diferencia de otras formas de crimen violento, el riesgo de convertirse en una víctima de la violencia familiar fue más del doble para las mujeres que para los hombres.
El principal factor detrás de este aumento en el riesgo se ha relacionado con el mayor porcentaje de mujeres víctimas de la violencia conyugal. En 2010, las mujeres mayores de 15 años representaron el 81% de todas las víctimas que denunciaron violencia conyugal ante la policía.
En 2010, la policía informó de aproximadamente 48.700 víctimas de la violencia conyugal. La violencia de noviazgo, aunque no entre dentro de la definición de violencia familiar, se examina junto con la violencia conyugal en el contexto de “violencia de pareja”. En 2010, la policía informó sobre 54.100 víctimas de la violencia en el noviazgo en personas mayores de 15 años.
Entre la violencia conyugal y la de noviazgo, la policía informó de cerca de 103.000 víctimas de “violencia infligida por la pareja” en 2010.
La tasa de violencia en el noviazgo por cada 100.000 habitantes fue un 65% superior a la tasa de la violencia conyugal. Este fue el caso tanto para hombres como para mujeres.
En cambio, en 2010 hubo 65 homicidios cometidos por el cónyuge (esposo/esposa) y 24 por la pareja (novio/novia). La tasa de homicidios entre parejas ha ido en descenso durante los últimos 20 años. Esta disminución fue más pronunciada en el caso de las mujeres.
Las tasas de violencia familiar a nivel provincial y territorial siguieron el mismo patrón que la delincuencia en general. Ontario registró la tasa más baja de denuncias de violencia familiar en el 2010, seguido por Prince Edward Island. Los territorios, Saskatchewan y Manitoba registraron las tasas más altas.
Por primera vez, también se han dado a conocer las estadísticas de violencia familiar según el censo de áreas metropolitanas. En 2010, las tasas más altas fueron en Saint John, Saskatoon y Kelowna. Las más bajas se dieron todas en Ontario: Ottawa, Peterborough, St. Catharines-Niagara, Kitchener-Cambridge-Waterloo y Guelph.
De acuerdo con los resultados de la Encuesta Social General sobre Victimización, con datos del 2009, las víctimas de delitos conyugales violentos eran más propensas a reconocer que fueron victimizadas por primera vez en edad infantil. Este era el caso para las víctimas de agresiones físicas y sexuales.
En 2009, más de la mitad (52%) de las víctimas conyugales informaron que sus hijos escucharon o vieron los ataques contra ellas en los últimos cinco años. Esto representa un aumento de nueve puntos desde el 43% en el 2004, la última vez que se realizó la Encuesta Social General sobre Victimización.
Los niños tenían más probabilidades de ser testigos de violencia conyugal cuando la víctima era una mujer. La probabilidad de que los niños presenciasen violencia se intensificó también cuando la víctima conyugal estaba separada de su pareja.
Las agresiones conyugales presenciadas por los niños también tienden a ser más graves en comparación con los asaltos donde los niños no están presentes. Por ejemplo, las víctimas conyugales que denunciaron la presencia de niños durante el asalto tenían más del doble de probabilidades de declarar que habían sido lesionadas.
La participación de la policía fue casi cuatro veces mayor cuando los niños habían sido testigos de violencia conyugal. Además, el uso de los servicios sociales fue más del doble entre las víctimas de violencia conyugal que informaron que sus niños habían presenciado la violencia.
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