Los inmigrantes cobran menos que los canadienses
Los inmigrantes cobran menos que los canadienses

Los inmigrantes podrían solventar el descenso demográfico y cubrir la demanda de mano de obra en ciertos sectores.
OTTAWA.- El grupo de investigación canadiense Instituto Fraser ha publicado un informe que concluye que los recién llegados a Canadá perciben salarios más bajos que el canadiense medio. Este dato pondría en cuestión las recientes declaraciones del Ministerio de Inmigración que hablan del buen nivel de vida del inmigrante.
La Encuesta da Población Activa de Statistics Canada, sobre la que el Instituto Fraser ha basado su estudio, muestra que la mediana de ingresos por hora de los inmigrantes es muy inferior a los ingresos de una persona nacida en Canadá. Hasta el 2010, un inmigrante ganaba 6,30 dólares por hora, muy por debajo de lo que percibía un ciudadano canadiense.
La investigación también cuestiona la aparente facilidad de los recién llegados a la hora de acceder al trabajo, puesto que su tasa de desempleo alcanza casi el 15 por ciento, mientras que el paro entre los canadienses no ha superado el 11 por ciento en el período 2008-2010.
El censo indica que los inmigrantes llegados entre 1987 y 2004 costaron a la economía canadiense alrededor de $16 mil millones al año. Esos mismos inmigrantes tan sólo cobraron el 70% de lo que recibían sus compañeros canadienses. La contribución fiscal del inmigrante, en función de su salario, también fue menor.
El ministro de Inmigración, Jason Kenney, aseguró que los recién llegados están consiguiendo empleos mejor remunerados y eso repercute en el aumento de su nivel de vida.
Los sectores más liberales consideran que el coste de mantener a los inmigrantes que acaban de llegar al país se compensa con su contribución en impuestos a lo largo de los siguientes años. En ese sentido, los inmigrantes cubrirán los gastos de su estadía inicial y contribuirán al pago de las pensiones de los canadienses.
Los mismos liberales recuerdan el influjo de la inmigración europea y norteamericana en los años 70, que permitió a Canadá vivir un ‘boom’ económico.
Los más conservadores quieren una disminución de la inmigración alegando su alto coste para el estado. Cuestionan los argumentos del gobierno, que estima en un cuarto de millón de personas al año el número de inmigrantes necesarios para combatir la escasez de mano de obra.
Según la tendencia más pesimista, la entrada de 250.000 nuevos inmigrantes cada año durante la próxima década obligaría a contratar 5.329 médicos para atender bien a toda la población.
Por otra parte, algunos especialistas atribuyen a los inmigrantes la congelación de los salarios, un aspecto ha beneficiado a las empresas, que pagan al inmigrante mucho menos de lo que pagarían a un canadiense.
En este sentido, el Ministerio de Inmigración está tramitando una reforma que permitiría la entrada de trabajadores temporales, que serán contratados por las empresas a un menor coste de lo que gana un canadiense.
El ministerio justifica esta decisión sobre la base que Canadá necesita cubrir puestos de obreros cualificados ante la falta de demandas en la industria petrolera. La otra cara de la moneda sería la reducción del salario de los canadienses, que se verían obligados a bajar sus honorarios para competir con los trabajadores temporales.
La inmigración representa alrededor de dos tercios del crecimiento de la población. Sin los recién llegados, Canada Statistics prevé que el crecimiento del país podría estancarse de aquí a 20 años.
También existe un debate sobre la necesidad de hacer crecer la población, para mantener una fuerza laboral fuerte, o dejar que disminuya, lo cual podría tener efectos positivos para el medio ambiente y la economía, al menos para reducir las cifras de empleo.
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