McGuinty amenaza a los maestros con convocar el parlamento
McGuinty amenaza a los maestros con convocar el parlamento
TORONTO.- El Primer Ministro de Ontario, Dalton McGuinty, se mostró tajante este jueves en su deseo de forzar un acuerdo con los profesores de la provincia, que se enfrentan a una posible congelación salarial.
El gobierno estableció el 31 de agosto como fecha límite para que los maestros de primaria y de secundaria firmasen un nuevo convenio con las juntas escolares locales. En el caso de cumplirse el plazo sin acuerdo, el gobierno de McGuinty tomaría “todas las medidas necesarias”, incluyendo avanzar la próxima sesión parlamentaria al mes de agosto. El Premier quiere garantizar que se entren en vigor las restricciones fiscales de la provincia y que el año escolar empiece sin interrupciones.
“Nos estamos desviando”, dijo McGuinty este jueves durante una visita en una escuela de Waterloo (Ontario). “Sé que lo que les pido a los maestros y a las juntas locales no es fácil, pero tenemos una responsabilidad compartida para sacar esto adelante”, declaró.
Si se supera el plazo establecido sin que haya acuerdo, se aplicarán los convenios vigentes que contemplan aumentos salariales, poniendo en jaque las medidas de austeridad escolar. McGuinty aseguró que su gobierno introduciría leyes para impedir que esto sucediera. No quiso explicar lo que supondría esta legislación pero recordó que su gobierno de minoría tenía potestad de convocar la legislatura de forma anticipada.
El nuevo tono de confrontación que empleó este jueves el Premier contrasta con la relación cordial que su gobierno ha mantenido hasta ahora con los maestros y las juntas escolares. El déficit de $15 billones ha contribuido a enfriar las relaciones.
En marzo, el gobierno informó a los profesores de su intención de imponer una congelación salarial de dos años con la intención de absorber el déficit de $15 billones que tiene la provincia. A cambio, el gobierno prometió preservar las guarderías a jornada completa, así como proteger los logros alcanzados en anteriores negociaciones, como la limitación del tamaño de las clases de primaria o un mayor tiempo de preparación de las lecciones.
McGuinty presumió que no había habido ninguna huelga de maestros durante los nueve años de los liberales en el poder.
“Hemos establecido una relación de colaboración y colegial con nuestros maestros”, algo que contrastaba, según McGuinty, con el conflicto laboral que era común bajo el régimen conservador-progresista. “Quiero que recuerden el número de escuelas que se cerraron en Ontario. Quiero que recuerden el número de días de clases que perdieron nuestros estudiantes. Las huelgas fueron un elemento habitual del panorama educativo en ese momento”, espetó el actual Premier.
Sin embargo, los sindicatos de profesores y las juntas escolares acusan al gobierno de McGuinty de alarmista al sugerir que el inicio del nuevo año académico está en peligro. Arguyen que las negociaciones suelen comenzar al principio del año escolar, sin alterar la vida académica de los estudiantes.
Este lunes, el ministro de Educación, Laurel Broten ya amenazó a los docentes de la provincia, sugiriendo que el Gobierno introduciría una legislación si no estaban dispuestos o eran “incapaces” de alcanzar un acuerdo con los consejos escolares antes de finales de agosto.
Los sindicatos de profesores prometieron negociar con las juntas escolares locales, tras abandonar la mesa de negociación provincial.
Las juntas escolares se encargan de contratar a los docentes pero el financiamiento de sus salarios y sus primas proviene del Ministerio de Educación, que ha reafirmado su poder en las últimas negociaciones.
El Ministerio de Educación llegó a un acuerdo con los maestros católicos prescindiendo de las juntas escolares católicas. El acuerdo supuso una congelación salarial de dos años para 45.000 profesores, que también renunciaron a tres días de paga por desarrollo profesional. Ahora esperan que el resto de profesores y sindicatos acepten la misma medida de austeridad.
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