Boune Legacy habre este viernes en cines de Canadá
Boune Legacy habre este viernes en cines de Canadá
Jason Bourne es el espía de la última celuloide para el siglo 21: una memoria de juergas, máquina de matar perfectamente esculpida para el que el miedo no es una opción.
Desde el inicio de la franquicia en 2002, ha sido el corazón pulsante de los superlativos películas de Bourne, que siguen al ex asesino de la CIA en su lucha por superar un grave ataque de amnesia. Entonces, ¿cómo, entonces, se graba una película de Bourne sin Bourne? Este fue el interrogante planteado cuando Matt Damon, el actor que lo jugó con ímpetu como en los últims tres cuotas, decidió en 2010 que no iba a volver para una cuarta.
Desafíado con mantener de la franquicia, el director Tony Gilroy, quien tenía una mano en secuencias de comandos de las anteriores películas de Bourne, ha subido con una solución interesante: en lugar de una refundición de la función, ya que las películas de James Bond con tanta frecuencia lo hace, The Bourne Legacy nos presenta a un hombre completamente nuevo en marcha, Aarón Cross. Jugado con estoicismo férreo por Jeremy Renner, Cross pertenece a un programa clandestino, no muy diferente a Treadstone de Bourne, llamada Final, en la que los operarios altamente capacitados están “mejorado” por medio de dos pastillas: una cápsula de color verde, lo que mejora su estado físico rendimiento, mientras que una azul aumenta la función cerebral.
Al tener lugar precisamente en el mismo tiempo que El ultimátum de Bourne (2007), The Bourne Legacy comienza prometedora, revoloteando de ida y vuelta entre los fantasmas de la agencia pánico sobre el paradero de Bourne y Cross en una misión de supervivencia en las tierras heladas de Alaska.
Luego se convierte empantanada por un familiar juego del gato y el ratón: gracias a Bourne revelaciones sobre Treadstone, despiadado coronel Eric Byer (Edward Norton), decide dar por terminado el programa de Resultado de inmediato. Lo que significa asesinar a todos sus científicos y agentes actuales… Lo que significa golpear fuera a Cross… Bourne no es el único agente en la carrera.
Para añadir a la miseria Cross, él está fuera de esas pastillas para mejorar el poder (“Si no lo hace por virus, que va a quedarse sin cerebro”, dice el personaje Cross). Se necesita la ayuda de la Dra. Marta Shearing (Rachel Weisz ), una fugitiva que sabe dónde se mantienen las cápsulas.
Gilroy, al hacerse cargo de las labores directivas de Paul Greengrass, está más interesado aquí en el servicio a un drama de personajes sobre la desesperación – en este caso, una adicción a las drogas – que un thriller de espionaje electrizante. No funciona. Demasiado largo, demasiado complicado y con un villano tan trillado que se desvía hacia la parodia, The Bourne Legacy carece de la inteligencia de sus predecesores.
Por supuesto, también se falta el carisma magnético de Damon, que Renner, aunque deja ver, pero no puede aspirar a igualar. Si este es el legado de Bourne, debería modificar su testamento.
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