Estudiantes suspenden profesores de colegios profesionales
Estudiantes suspenden profesores de colegios profesionales
TORONTO.- Cuando está a punto de empezar un nuevo curso académico, este lunes se difundieron algunas quejas recogidas por los alumnos de los colegios profesionales en el 2010 y 2011. Los estudiantes alegaron una falta de profesionalidad en el nivel de enseñanza en estas instituciones cada vez más populares.
“La maestra es muy degradante y menosprecia a sus estudiantes diariamente. Está usando constantemente un lenguaje grosero y ofensivo”, leía una denuncia presentada por un estudiante en el campus de Everest College en Mississauga, una de las más ‘castigadas’ por el alumnado.
Entre las numerosas reclamaciones, abundaron las denuncias de un comportamiento poco profesional o, directamente, la falta de conocimientos de los profesores.
También hubo acusaciones de que algunas escuelas no contaban con el equipo necesario para implementar determinados programas de formación y que los instructores no cumplieron con el número de horas lectivas establecidas por ley.
Los documentos, obtenidos por The Canadian Press mediante el acta de libertad de información, recogen 47 denuncias formales hechas por los estudiantes al Ministerio de Formación, Colegios y Universidades de Ontario en 2010 y 2011.
Las carreras en las universidades privadas -o colegios profesionales- funcionan de forma independiente pero tienen que estar registradas por la provincia y se rigen por las reglas establecidas en las leyes provinciales.
Si un estudiante tiene un problema que la escuela no es capaz de resolver, puede presentar una queja ante el ministerio, que decidirá si la escuela cumple con la Ley de Carreras en Colegios Privados (Private Career Colleges Act).
El ministerio tiene varias opciones para obligar a la escuela a cumplir la normativa, incluyendo la emisión de una orden de cumplimiento, una sanción administrativa o la suspensión o revocación de inscripción de la escuela, lo que comporta un cierre del centro.
La mayor parte de las quejas -alrededor del 36 por ciento- se centraron en Everest College, que cuenta con unos 5.000 estudiantes y opera 16 escuelas de la provincia, con sedes en Toronto, Mississauga, Thunder Bay y Ottawa.
Entre las denuncias, destaca una contra un instructor del campus de Mississauga, acusado de profanar insultos en clase, de llamar “baby” y “muñeca” a las chicas y de impartir tan sólo la mitad de las horas lectiva. “Creo firmemente que su aliento olía a alcohol” afirmó una estudiante.
“Desde que llegué a esta escuela, me han recetado antidepresivos y he tenido dificultades para dormir, causándome una gran cantidad de estrés”, refrendó la alumna.
Un estudiante en el campus de Scarborough comentó que las aulas no disponían del material necesario para dar clase. Es el caso del maniquí utilizado para las radiografías, que se rompió, o los ordenadores, que estaban constantemente fuera de servicio.
Un estudiante de la escuela de Barrie explicó que el centro había incumplido con su promesa de una instrucción formal y práctica. En vez de eso, los matriculados se toparon con un maestro incapaz de responder a las preguntas de sus pupilos en las pocas ocasiones que daba clase.
“Desde que comencé en el Everest, he descubierto que me han engañado”, expresaba una denuncia. “El programa es estrictamente autodidacta y la sala de materiales ya no tiene ningún material. Básicamente, dedico mis horas de clase a leer un libro”, continuaba la reclamación.
El portavoz del ministerio de Colegios Privados y Universidades, Gyula Kovacs, dijo que no podían emitir ninguna información acerca de la situación de estas denuncias hasta que esta fuera pública.
“Si la queja al Superintendente sugiere que la conducta del profesor es un problema y la escuela es incapaz de solucionarlo, la queja será examinada”, dijo Kovacs en un correo electrónico. “Sin embargo, el Ministerio sólo tiene la facultad de resolver las quejas que tengan que ver con el incumplimiento de la Ley”, añadió el portavoz ministerial.
Por el momento, no existen órdenes de cumplimiento o sanciones administrativas en relación a los casos de Everest College.
Rupert Altschuler, presidente divisional de la escuela, dijo que el ministerio no encontró que su institución estuviera incumpliendo las reglas establecidas en la Ley durante el año académico 2010 a 2011.
“Everest College funciona de acuerdo con las directrices ministeriales, se toma muy en serio las quejas y actúa sobre cada cuestión inmediatamente”, dijo Altschuler en un correo electrónico. “La universidad tiene un programa muy bien promovido y aprobado por el ministerio para la gestión y la resolución de problemas con los estudiantes”.
Carol Stanford, vicepresidenta regional de operaciones de Everest, dijo que todos los instructores de la escuela cumplen -y, en algunos casos, superan- los requisitos mínimos establecidos por la Ley de Carreras en Colegios Privados.
“Cualquier comportamiento poco profesional es inaceptable en el Everest”, zanjó Stanford.
Además de Everest College, hubo quejas de profesores incompetentes en el Colegio Evergreen y en la Escuela de Negocios de Canadá (Canadian Business College).
“Mis conocimientos tras graduarme de este curso son pobres”, recoge una denuncia presentada por una estudiante de la Escuela de Negocios de Canadá en septiembre de 2010. “Yo no estoy calificada para solicitar la posición para la que me dijeron que iba estar preparada al completar su programa”, argumentó la estudiante, que señaló que el docente era “inexperto” y “no podía responder a las preguntas cuando se le preguntaba”.
En enero, el Ministerio emitió una orden de cumplimiento a la escuela por haber estado ofreciendo programas no autorizados y por haber contratado a instructores que no cumplían con los requisitos necesarios, además de utilizar declaraciones falsas en la publicidad.
Jeffrey Nicholson, portavoz de la Escuela de Negocios de Canadá, espera que la orden de cumplimiento sea levantada.
“La universidad ha manifestado desde el principio que la mayor parte de las alegaciones recogidas en la orden de cumplimiento eran completamente falsas o, por lo menos, infundadas”, dijo Nicholson. “Hemos cumplido con todos los fallos que el Ministerio había detectado y hemos tomado todas las medidas para corregir o aclarar lo que sea necesario corregir”, espetó Nicholson, que indicó que el instructor objeto de la denuncia era un ex ingeniero de software en una importante empresa de tecnología y que contaba con el certificado adecuado.
Serge Buy, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Colegios Profesionales, dijo que el número total de denuncias es bajo teniendo en cuenta el número de estudiantes que se matriculan cada año en colegios profesionales.
“Aunque yo preferiría tener cero quejas, creo que si nos fijamos en el número total de estudiantes, no creo que sea algo malo”, justificó. “Recibimos quejas sobre el sector público, de parte de estudiantes que vienen cansados con ese sistema y que deciden cambiarse al sector privado”, agregó.
Según el ministerio, más de 67.000 estudiantes asisten a colegios privados profesionales en Ontario, una cifra que multiplica los 30.000 estudiantes matriculados en el 2010.
En British Columbia, unos 50.000 estudiantes están matriculados en universidades privadas, mientras que en Nova Scotia, hay alrededor de 3.000 alumnos en estas instituciones de enseñanza profesional.
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