Estudiar en Canadá, cada vez más caro
Estudiar en Canadá, cada vez más caro

El aumento de tasas ha provocado múltiples protestas en Québec, una de las provincias más baratas de Canadá.
OTTAWA.- Un informe reciente sugiere que las tasas de matrícula son cada vez menos asequibles para muchos canadienses, obligando a un número cada vez mayor de estudiantes a asumir importantes deudas.
El informe del Centro Canadiense de Políticas Alternativas (CCPA) muestra que, desde 1990, el promedio de matrícula y tasas obligatorias para estudiantes universitarios ha aumentado un 6,2 por ciento anual, una cifra tres veces superior a la tasa de inflación.
Estudiar en una universidad canadiense cuesta, actualmente, una media de $6.186 dólares al año, una cifra que no incluye el costo de los libros, la comida o el alojamiento.
El centro de estudios pronostica que esa cifra se elevará a $7.330 en los próximos cuatro años, teniendo en cuenta el ritmo de crecimiento anual y las intenciones del gobierno de aumentar el coste de los estudios.
El informe también muestra que hay gran divergencia en el precio de la educación post-secundaria a lo largo el país. Las provincias con las tasas más bajas son Terranova y Labrador ($2.861) y Québec ($3.278), mientras que Ontario ($7.513) y Alberta ($7.061) son las que más pagan. En cuatro años, la matrícula para los estudiantes variará desde un mínimo de $2.893 en Terranova hasta un máximo de $9.231 en Ontario.
En Québec, el informe muestra que las tasas subirían a $4.472 al año en caso de aplicarse las polémicas propuestas del gobierno liberal, recientemente derrocado en las elecciones provinciales. Esa hipotética medida situaría a Québec desde la segunda más económica hasta la tercera, por detrás de Manitoba y Terranova.
El incremento de las tasas universitarias provocó en Montreal huelgas y protestas masivas durante la primavera. Ahora está por ver cómo solucionará el tema el Parti Québecois de Pauline Marois, que gobernará la provincia en minoría.
El CCPA también analizó el “costo de aprendizaje”, un índice que mide el aumento de la matrícula en relación al aumento de ingresos para una familia media. Según este barómetro, la educación universitaria es más asequible en Terranova y Québec, y menos asequible en Nova Scotia y Ontario.
La co-autora del estudio, Erika Shaker, dijo que la intención de su investigación era averiguar qué hacían los gobiernos provinciales para que la educación superior fuera más asequible para las familias de escasos recursos.
Los resultados muestran que la mayoría de las provincias no han optado por mantener los costos bajos, sino que han recurrido a esquemas para ofrecer préstamos en condiciones favorables o facilidades de pago para los estudiantes.
El problema con este enfoque, según Shaker, es que el 60 por ciento de los estudiantes entran en el mundo laboral con una deuda mediana de $27.000 y es probable que esa cifra sea mayor si se incluye la deuda privada.
“Es cierto que han aumentado las inscripciones a la universidad pero este hecho se utiliza frecuentemente como un argumento para decir que la gente puede asumir los costos”, explicó Shaker. “Pero los estudiantes se gradúan con deuda y eso va a tener un impacto duradero a la hora de emprender su vida profesional”, añadió la experta.
Según Statistics Canada, cerca de la mitad de los jóvenes procedentes de familias con ingresos medios acuden a la universidad a los 19 años, mientras que sólo un tercio de las familias humildes envían a sus hijos a la universidad a esa edad.
Shaker recordó que los jóvenes canadienses siempre son advertidos acerca de la necesidad de una educación universitaria para obtener un buen empleo pero, sin embargo, los gobiernos provinciales cargan cada vez más el coste de los estudios sobre las familias y los estudiantes.
En este sentido, la proporción de la ayuda provincial en relación a los gastos totales de la universidad se ha reducido del 84 por ciento al 58 por ciento entre 1979 y 2009, mientras que, en ese mismo período, la matrícula ha aumentado de 12 al 35 por ciento.
Si a las tasas se añaden los ingresos estancados y una creciente deuda doméstica, la nueva generación de graduados comenzará su vida laboral “en un terreno muy inestable”, según Shaker.
El alto costo de la educación post-secundaria también está aumentando la presión financiera sobre las familias que, según la experta, están obligadas a sacar una segunda hipoteca o a retrasar la jubilación para pagar la matrícula de sus hijos.
Comments (0)