Dos personas mueren durante el fin de semana mientras cazaban

Dos personas mueren durante el fin de semana mientras cazaban

El alce es uno de los animales más codiciados entre los cazadores canadienses

ALBERTA.- La policía ha iniciado una investigación después de que dos personas resultasen muertas mientras cazaban en incidentes separados en Saskatchewan y Alberta, respectivamente.

Un hombre natural de Prince Albert, de 36 años de edad,  murió como consecuencia de varios disparos durante la noche del viernes, cerca de Porcupine Plain, en el este de Saskatchewan. La policía dice que fue asesinado por su padre, de 63 años de edad, que lo confundió con un animal silvestre en una zona muy boscosa.

La división de Delitos Mayores de la Real Policía Montada de Canadá (RCMP en sus siglas en inglés) junto con la oficina del forense de Saskatchewan, se encuentran investigando.

En un incidente separado pero que ocurrió en el mismo día, una joven fue baleada y muerta mientras cazaba con su familia al sur de Grande Prairie, en Alberta.

La joven fue intervenida en la escena del crimen con carácter de urgencia por los servicios médicos antes de que la trasladaran al hospital. Sin embargo, murió al poco de llegar al centro sanitario.

El comisario Roy Kennedy de la policía de Edmonton dijo en su comparecencia ante los medios que la RCMP ya ha puesto en marcha una investigación.

“Estamos interpretando la situación desde todos los ángulos posibles”, dijo Kennedy.

Por desgracia, según apuntaron los agentes, los accidentes de esta características suelen cobrarse varias víctimas al año en Canadá.

Sobre todo porque la munición que usan los cazadores es muy potente (necesaria si se quieren derribar venados, alces u otros animales similares), y cuando, por accidente, una de estas balas impacta en el cuerpo de un humano la herida suele ser mortal.

Además, según explicó la policía, la mayoría de ocasiones estos accidentes se dan en la montaña o en el medio del monte, por lo que los servicios médicos tienen invertir mucho tiempo en recorrer las grandes y a menudo complicadas distancias que les separan del herido. Un tiempo que resulta vital.