La policía de BC reduce el uso de las taser

La policía de BC reduce el uso de las taser

El año en el que los agentes asesinaron a Dziekanski la policía utilizó sus Taser hasta en 640 ocasiones. Durante el año pasado las pistolas eléctricas sólo se usaron 85 veces.

VICTORIA.- El uso de armas Taser (pistolas que dan descargas eléctricas) ha bajado hasta en un 87 por ciento entre la policía de British Columbia desde que Robert Dziekanski, un inmigrante polaco, muriese en el aeropuerto de Vancouver, en octubre de 2007, después de que varios agentes de la Real Policía Montada de Canadá (RCMP, en sus siglas en inglés) le propinasen descargas eléctricas repetidas veces.

Desde aquel accidente, que saltó a los medios de todo el mundo, el comité gubernamental (integrado por todos los partidos políticos de la provincia) exigió examinar la política y regulación en el uso de las Taser. El año en el que los agentes asesinaron a Dziekanski, el 2007, la policía utilizó sus armas Taser hasta en 640 ocasiones. Durante el año pasado, sin embargo, las pistolas eléctricas sólo se han usado 85 veces.

El asistente de viceministro de Justicia, Clayton Pecknold, asegura que, de un tiempo a esta parte, los agentes están limitando el uso de estas armas, y agotan otras posibilidades antes de recurrir a las descargas eléctricas.

Los funcionarios del Ministerio de Justicia confirmaron que la policía del comité parece estar confiando más en sus habilidades verbales y en el uso de herramientas físicas como las porras cuando se trata de situaciones potencialmente peligrosas.

Por otra parte, los trabajadores del gobierno también afirman que los disparos de pistola no han aumentado desde que el uso de las taser se ha limitado.

El comité se reúne estos días para redactar un paquete de normas definitivo entorno al uso de esta herramienta. Es decir, en qué casos estará permitido su uso y en cuáles no.

Los expertos alegan que las taser son armas muy poderosas y que conceden una gran ventaja al policía frente al delincuente (como tiene que ser, explican), sin embargo, precisamente por su peligrosidad, el uso tiene que reducirse a situaciones muy concretas y las veces que sea estrictamente necesario, no como ocurrió en el aeropuerto de Vancouver, donde Dziekanski fue agredido “demasiadas veces”.