Más redadas y acusaciones de corrupción en Québec
Más redadas y acusaciones de corrupción en Québec

El magnate de la construcción Tony Accurso abandona el cuartel de la policía de Québec el pasado mes de abril tras responder a acusaciones de fraude fiscal.
MONTREAL.- La investigación sobre los casos de corrupción urbanística en Québec tuvo este martes dos frentes.
Por un lado, las compañías de construcción en Laval, que fueron registradas nuevamente dentro de la Operación Martillo y, por el otro, la Comisión Charbonneau, donde declaró por último día el ex magnate de la construcción y testimonio estrella del proceso, Lino Zambito.
La acción empezó este martes por la mañana con la intervención policial a tres empresas de construcción situadas al norte de Montreal.
La entrada de los agentes de Sureté du Québec en las sedes de Construction DJL, en Boucherville, Asphalte Desjardins, en Terrebonne, y G. Giuliani Inc, en Laval coincidió con el anuncio de la retirada del magnate de la construcción Tony Accurso, sospechoso de tratar con la mafia siciliana de Montreal y cuyas empresas también fueron objeto de registro por parte de la escuadra de lucha contra la corrupción de Québec (UPAC en sus siglas en francés).
Casi a la vez que la policía provincial efectuaba las órdenes de registro, Accurso envió una carta a sus empleados diciendo que su presencia se había convertido en una distracción para el funcionamiento de sus empresas.
“Después de darle muchas vueltas desde hace más de un año, he decidido retirarme completamente del mundo de los negocios”, leía el comunicado en el que Accurso explicaba que había decidido ceder sus empresas a personas “más jóvenes y con más energía capaces de superar los retos del futuro”.
Accurso, que lleva 30 años en el mundo de la construcción, ha sido arrestado dos veces por supuestos vínculos con el crimen organizado y se enfrenta a cargos de fraude fiscal. Dos de sus compañías, Louisbourg Construction y Simard-Beaudry, fueron suspendidas a principios de año por evasión de impuestos. El conglomerado de empresas del grupo Accurso cuenta con más de 3.500 empleados.
Mientras tanto, en la Comisión Charbonneau, el ex constructor Lino Zambito afirmó que era un secreto a voces entre las empresas de construcción que el alcalde Gilles Vaillancourt era corrupto y que se quedaba alrededor de un 2,5 por ciento de todos los contratos de construcción en Laval.
Zambito también reveló que las empresas de ingeniería que trabajaban para Terrebonne, una de las compañías intervenidas este martes, vendían información privilegiada a determinadas empresas para que pudieran ganar licitaciones de contratos.
Este lunes por la tarde, el alcalde Vaillancourt negó las acusaciones, alegando que él nunca había aceptado dinero de Zambito o de cualquier otro contratista a cambio de contratos de obras públicas.
La oposición política en Laval, que no cuenta con ningún escaño en el Consejo Municipal, manifestó que era hora de que la provincia retirara la financiación de varios proyectos en la ciudad, especialmente los nuevos complejos deportivos.
“Esperamos que se paralice hasta que estas denuncias no hayan sido desmentidas”, dijo Emilio Migliozzi, de Mouvement Lavallois, en referencia al nuevo pabellón de la localidad.
“Si vemos la luz al final del túnel y no hay más denuncias, hagámoslo y construyamos el complejo, pero ahora mismo no creo que sea adecuado hacerlo”, apuntó Migliozzi.
La apertura de Place Bell está programada para el 2014. Los gobiernos provinciales y municipales han presupuestado $120 millones para el centro, que gestionará el mismo grupo que administra el Bell Centre en Montreal.
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