El inglés y el francés ceden terreno en Canadá

El inglés y el francés ceden terreno en Canadá

La inmigración está cambiando el paisaje lingüístico de Canadá.

OTTAWA.- Los idiomas oficiales de Canadá están cediendo terreno frente a las lenguas vernáculas de los inmigrantes, especialmente aquellos de la comunidad asiática, según indican los últimos datos del censo publicado este miércoles.

Los resultados señalan que uno de cada cinco canadienses habla en su hogar un idioma que no es el inglés o el francés.

Desde cantonés al swahili, alrededor de 6,6 millones de personas reconocieron hablar una lengua no oficial del país, de acuerdo al censo de 2011 elaborado por Statistics Canada.

La agencia nacional de estadísticas identificó más de 200 idiomas diferentes, lo que sugiere que el mito del bilingüismo está dando paso a la realidad del multilingüismo. Entre los “idiomas inmigrantes”, el tagalo-filipino, mostró el mayor incremento en popularidad.

Aunque los datos del censo registran un leve descenso en el número de hablantes de inglés y de francés, la cantidad de personas bilingües aumentó ligeramente.

Cerca de 5,8 millones de canadienses se sienten capacitados de conversar tanto en inglés como en francés. Comparado con el último censo de 2006, esa cifra supone un ligero avance, pasando del 17,4 por ciento de la población al 17,5 por ciento en 2011.

Sin embargo, el estudio sugiere que los idiomas no-oficiales están minando la popularidad del francés.

El número de canadienses que pueden hablar francés es cercano a los 10 millones de personas, pero esa cifra está disminuyendo en proporción a la población canadiense.

Ana Pérez-Leroux, una profesora de lingüística en la Universidad de Toronto, sospecha que la percepción del bilingüismo anglo-francés como un activo puede estar disminuyendo en las ciudades canadienses.

“Algunas de las estadísticas que he visto sugieren que el valor económico de ser bilingüe en lengua francesa no es tan grande en ciudades anglófonas como Vancouver y Toronto”, afirmó Pérez-Leroux.

El anterior censo apuntó que el número de personas que consideraban el francés como su lengua materna era ligeramente superior al número de alófonos auto-identificados.

Esta tendencia llevó a los analistas a suponer que el número de canadienses de habla francesa disminuiría en el nuevo censo, unas previsiones cumplidas pero con matices.

En efecto, el francés ha experimentado algunas pérdidas, pero sigue siendo uno de los idiomas más utilizados en Canadá después del inglés.

Aproximadamente 22 millones de personas reconocen hablar inglés con frecuencia en casa, mientras que el francés es la lengua habitual de 7 millones de personas.

La provincia de Québec sigue albergando la mayoría de francoparlantes, con cerca del 94,4 por ciento de la población capaz de conversar en el idioma de Voltaire.

Tras la victoria en las elecciones del pasado mes de septiembre, el Parti Québecois de Pauline Marois ha dado pasos para proteger el francés mediante una aplicación más estricta de las leyes lingüísticas de la provincia.

En su campaña electoral, Marois propuso que se impidiera a las empresas operar en inglés dentro de la provincia y que se obligara a los inmigrantes a asistir a instituciones educativas de lengua francesa.

Entre tanto, el español se ha consolidado como la tercera lengua más hablada en los hogares de Montreal, la ciudad principal de Québec, alcanzando el 3 por ciento de la población.

La presencia del español también aparece en otras grandes capitales, como Ottawa, donde el castellano supera al chino con cerca de 15.000 parlantes (1 por ciento de la población), y Calgary, que tiene 22.595 hispano-parlantes (2 por ciento de la población).

De acuerdo al censo de Statistics Canada, los cinco principales idiomas no oficiales del área metropolitana de Toronto son el cantonés (8,1 por ciento), el italiano (3,1 por ciento), el punjabi (2,9 por ciento), el tagalo (2,3 por ciento) y el español (2,2 por ciento).

La lengua de Cervantes pierde un puesto respecto al anterior censo debido al empuje del tagalo, el idioma de los filipinos, que han consolidado su presencia a lo largo del país gracias a la fuerte ola migratoria.