La mano derecha de Tremblay, acusado de apalizar a sus socios
La mano derecha de Tremblay, acusado de apalizar a sus socios

El antiguo jefe del comité ejecutivo de la ciudad, Frank Zampino, está acusado de corrupción e intimidación en Quebec.
MONTREAL.- El que fuera la mano derecha del alcalde de Montreal, Frank Zampino, estuvo entre los funcionarios públicos más corruptos de la ciudad, según el testimonio de Elio Pagliarulo, un ex empleado municipal que declaró este lunes ante la Comisión Charbonneau, que investiga la relación entre la política, la industria de la construcción y el crimen organizado en Quebec.
Zampino, el ex jefe del comité ejecutivo de la ciudad, abandonó la política, fue detenido a principios de este año y ahora se enfrenta a cargos de fraude.
Elio Pagliarulo, un ex empleado de la construcción con información privilegiada sobre Zampino, dijo que tenía un negocio de usura en asociación con el magnate de la construcción Paolo Catania.
Pagliarulo dijo que entregó personalmente $300.000 dólares en efectivo a través de Catania, que actuó de intermediario para Zampino. Los pagos habrían sido entregados en tres cuotas de $100.000 y en una de las entregas, en el 2006, Pagliarulo coincidió directamente con Zampino.
“Tomé (el dinero) de mi cuenta personal. Sabía de antemano que estas cantidades eran para el señor Zampino”, declaró Pagliarulo.
El testigo también dijo que Zampino estaba haciendo renovaciones en su casa por valor de $200.000 dólares, concretamente para su cocina.
Pagliarulo habló de la corrupción, los vínculos con la Mafia y la manipulación de licitaciones que presenció y en los que participó mientras trabajaba con el imperio de la construcción de Catania.
También narro cómo había presenciado una espectacular pelea con sus viejos compañeros hace varios años.
Dijo que les debía dinero después de un negocio que salió mal y que fue secuestrado durante tres horas. Luego, fue golpeado y recordó que tenia los dientes y la cara tan dañada que necesitó cirugía de reconstrucción facial.
En otra ocasión, recibió flores fúnebres a casa con un mensaje: o pagaba o, de lo contrario, acabaría en la tumba.
Pagliarulo reconoció que no era la primera vez que había visto una actitud violenta en la industria. Al parecer, cuando él aun mantenía buenas relaciones con los Catania, se discutió la posibilidad de incendiar los vehículos de una compañía rival.
En cuanto a la corrupción, Pagliarulo apuntó que los sobornos eran una práctica diaria y, en un caso, llegaron a pagar la hipoteca de un ingeniero municipal.
Cuando un abogado preguntó hasta qué punto llegarían los Catanias para mantener su posición en la industria de la construcción, Pagliarulo se refirió a su propio secuestro y posterior paliza.
“Yo era su mejor amigo en ese entonces, y mira lo que le me hizo. No puedo imaginar lo haría a un extraño”, explicó.
“No te puedes meter con estas dos personas”, advirtió en referencia al padre e hijo de los Catania. “Están conectados a una familia del crimen”.
También describió las grandes fiestas organizadas por sus socios, incluyendo una fiesta en la que invitaron a la cantante Gloria Gaynor.
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