Las familias de los veteranos consiguen más atención médica
Las familias de los veteranos consiguen más atención médica
OTTAWA.- Cuando su marido, furioso, agujereó una de las paredes de la casa de un puñetazo, Angel Dupee le dijo a sus hijos que se trataba de una broma de su padre. “Sólo estaba tratando de golpear una mosca”, dijo a sus hijos pequeños. “Papá no conoce su propia fuerza.”
Ella comenzó a excusar el comportamiento errático de su marido. Al principio se dijo que todo se debía al jet lag. Después, que se estaba acostumbrando de nuevo a la vida en familia. Pero el cabo Chris Dupee había vuelto a casa, procedente de una larga misión en Afganistán, como un hombre cambiado. La Sra Dupee dejó correr el tiempo confiando en que, poco a poco, su marido se recuperaría, pero éste acabó alejándose de su familia y convirtiéndose en alguien irascible. “Fue una constante montaña rusa”, dice la Sra. Dupee.
El veterano Dupee es uno de los 3.900 veteranos de Afganistán que, según la estimación de las fuerzas canadienses, serían diagnosticados con algún tipo de lesión por estrés ocupacional (OSI) en un plazo de cuatro años desde su regreso a casa. En total, el 13 por ciento de los 30.000 desplegados. La cifra no incluye a militares activos y veteranos afectados por los anteriores despliegues de alto riesgo, o aquellos con síntomas que pueden aparecer en el futuro.
Tampoco esas estadísticas incluyen a las cónyuges e hijos que sufren en casa, sin saber a quién recurrir para buscar ayuda. La Sra. Dupee finalmente optó por llamar al jefe de su marido en busca de asesoramiento.
“Yo no quería arruinar la carrera de Chris.”, dice. Pero ella también estaba sufriendo. “La gente no se da cuenta de lo mucho que sufrimos las parejas durante todo este proceso.”
Esos secretos provocan, en muchas ocasiones, que las familias no se atrevan a solicitar ayuda, un problema grave que una nueva campaña nacional de sensibilización pública está tratando de corregir.
La campaña, liderada por el Instituto Vanier de la Familia, está tratando de educar a los canadienses acerca de las realidades de las familias militares. La organización también está trabajando con las asociaciones de militares, médicos y proveedores de salud mental para desarrollar nuevos proyectos de formación específica para que los profesionales civiles puedan tratar a los miembros activos militares o de veteranos, o sus familias.
Después de las reiteradas críticas, los militares han desarrollado nuevos programas para reducir el estigma en torno a los problemas mentales de los veteranos.
En este sentido, el gobierno federal anunció que destinaría 11 millones para programas de salud mental en septiembre. Pero ayudar a las familias se complica porque, a diferencia de Estados Unidos, sólo los soldados son tratados por la atención sanitaria militar.
Y aunque en la mayoría de provincias ya se ha reducido el tiempo de espera que, por lo general, retrasa la cobertura de salud para las nuevas familias de militares, todavía no han llegado muchos de los servicios médicos y psicológicos a los que los militares tienen derecho, con tiempos de espera que se retrasan hasta los dos años.
Una encuesta de 2008 dirigida a las familias de veteranos demostró que casi el 30 por ciento de los cónyuges no tienen asignado un médico de cabecera. A su vez, los programas de apoyo que están disponibles para las familias no siempre coinciden entre las bases y los registros médicos, por lo que el historial clínico no se puede transferir fácilmente.
El coronel Russell Mann, director de servicios de apoyo familiar para las Fuerzas Canadienses, señala que se están expandiendo recursos on line para militares, y que se están tratando de simplificar los pasos que toman las familias para obtener ayuda. Pero las bases de datos a menudo tienen dificultades para mantenerse al día con las necesidades de salud mental. En una encuesta de 2011 dirigida al personal militar, sólo la mitad de los encuestados de las bases de Petawawa y Cold Lake, dijo que estaban satisfechos con la ayuda que habían recibido, tanto para sí mismos como para sus familias.
Greg Lubimiv, el director ejecutivo del Centro de Phoenix, que ofrece servicios de salud mental para niños a una región fuera de Ottawa dice que la mayoría de los tratamientos para el TEPT deben darse a nivel familiar, no como atención secundaria. “Es en el ámbito familiar donde [la situación] empieza a descomponerse”, dijo.
En los últimos seis años, a medida que más unidades regresan de viajes de combate en Afganistán, aumenta el número de familias de veteranos en las listas de espera de los centros médicos militares.
El último informe del auditor general, Michael Ferguson, ha demostrado que muchos ex soldados heridos no siempre reciben los servicios y cuidados a los que tienen derecho por su condición, pese a que el gobierno de Harper ha repetido en diferentes ocasiones su intención de “arropar” a los miembros de las fuerzas armadas.
Michael Ferguson vio cómo la Defensa Nacional y Asuntos de Veteranos manejó la transición a la vida civil de más de 8.000 miembros en libertad por razones médicas entre 2006 y 2011.
El informe encontró que ambos departamentos eran incoherentes a la hora de comunicar servicios, ayudas y expectativas a los soldados heridos, y como resultado muchos miembros actuales y veteranos del cuerpo militar no recibieron el cuidado esperado, o tuvieron que esperar demasiado para ello.
Aproximadamente el 25 por ciento de los soldados liberados tras haber sufrido alguna lesión no tenía ni servicios de administración, ni los planes de futuro que, se supone, se le tienen que ofrecer a
los militares.
Casi cinco años después de que el Defensor del Pueblo criticase a las Fuerzas Canadienses en contra de la Defensa Nacional por el mantenimiento de registros de mala calidad, la auditoría de Ferguson dirigió una queja similar, diciendo que el departamento no cuenta con una base de datos consolidada sobre los miembros lesionados o heridos y la información clave está a menudo ausente en los archivos existentes.
El informe de auditoría, publicado el martes, también dice que la mala calidad de los datos del departamento pone en cuestión muchos de los estudios de salud de referencia, tales como los informes del año pasado sobre la mortalidad por cáncer y estrés postraumático entre los veteranos.
“De acuerdo al personal de Servico de Salud de las Fuerzas Canadienses personal, la mala calidad de algunos datos de las Fuerzas Canadienses limita la capacidad de previsión de la demanda de servicios y la eficacia de la medida”, dijo el informe de auditoría.
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