El mejor caldo de la Rioja empapa Toronto
El mejor caldo de la Rioja empapa Toronto
TORONTO.- Emplazada en el corazón de Logroño, capital de La Rioja y cuna del mejor vino español, la empresa Bodegas Franco Españolas también quiere “regar” con sus mejores caldos la ciudad de Toronto.
Ese es el motivo por el que el Director de Exportaciones de la compañía, Juan Carlos Llopart, descorchó el lunes pasado, en un local de Yorkville, algunas de las mejores botellas de la firma.
El objetivo era presentar los vinos en sociedad. Durante la cata los expertos pudieron paladear y valorar el catálogo de botellas que Llopart desplegó delante de todos mientras desbrozaba las características de los vinos y los catadores saboreaban y apuntaban apresuradas notas. A juzgar por sus rostros, parecían satisfechos.
Llopart llegó a Canadá en 1984 para desempeñar labores en la embajada española. Desde entonces visita el país con frecuencia. “Ahora llevaba cuatro años sin venir, pero eso no es lo normal. Suelo visitar Toronto con asiduidad”. La ciudad forma parte de su trabajo y de su vida. “Incluso mis hijos han venido aquí para participar en campamentos de verano y aprender inglés”. Sus visitas, salvo cuando trabajaba para la embajada, siempre han estado relacionadas con el vino y la enología.
El zumo de uvas le ha llevado a recorrer Canadá y Estados Unidos, donde ha tendido puentes con otras bodegas y empresas especializadas por los que seguir haciendo circular este brebaje, en un flujo constante.
Hace unos años le ofrecieron abrir el mercado de Norteamérica para Bodegas Franco Españolas, aceptó y en eso está ahora. “Nuestra intención es seguir creciendo en esta parte del mundo”. Ontario, a decir del propio Llopart, es una provincia que se presta a ello. Más abierta y con más posibilidades, contra lo que a primera vista pueda parecer, que otras provincias como Quebec, y que de momento esta acogiendo bien los caldos de Bodega Franco Españolas.
En cuanto a la empresa en sí, Bodega Franco Españolas fue fundada en 1890. Según se explica en la página web de la empresa, el origen de la misma data del siglo XIX, cuando una plaga arruinó los viñedos de Francia. Los bodegueros de Burdeos se trasladaron a España en busca de nuevas tierras para “la elaboración y crianza de sus vinos mundialmente conocidos”. Es precisamente en ese año, 1890, cuando Frederick Anglade Saurat, de la bodega “Anglade” de Burdeos funda, junto a asociados españoles, Bodegas Franco-Españolas.
Ya a comienzos del siglo XX la actividad de la firma empieza a tomar vuelo. “En 1917 las mujeres eran las encargadas de etiquetar y poner mallas a las botellas, mientras que los hombres se encargaban de introducir las botellas en las cajas y de su traslado”, se explica en el portal web de la empresa.
En 1925 la bodega terminó de dar el salto de calidad cuando el Rey de España por aquel entonces, Alfonso XIII, visitó las instalaciones. A medida que transcurrían los años el número de socios españoles iba aumentando, pero la bodega seguían conservando la esencia y artesanía francesas.
Entre 1926 y 1929 “Nace la Denominación de Origen Rioja y Bodegas Franco Españolas es pionera en introducir publicidad en el mundo del vino”.
En 1956 el premio nobel Hernest Hemingway, gran amante del vino de la Rioja (y, en general, de la cultura española), visitó las bodegas. Por aquel entonces el novelista americano convertía en leyenda todos los bares, restaurante y establecimientos que visitaba. Bodegas Franco Españolas no fue una excepción.
En 1990 las bodegas cumplieron 100 años, cifra que se celebró poniendo en marcha un ambicioso plan de inversión que se rubricó el año pasado, con “el lavado de cara” al que se sometió la empresa y a través del cual “se renovó la imagen de sus marcas más emblemáticas”.
Algunos de los vinos más populares de la bodega, entre los que figuran varios de los que Llopart puso de gala esta semana, son el “Rioja Bordón”, el “Royal Reserva”, el “Barón D’Anglade” o el Bárbaro, “Rioja Bordón Blanco Joven”, “Excelso Gran Reserva”, “Viña Soledad”, “Finca El Encinal” o “Diamante C.V.C.”, del que la propia Reina de Inglaterra, Isabel II, envió una nota de agradecimiento por las tras botellas que recibió como obsequio por sus 60 años en el trono.
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