Las autoridades estaban advertidas sobre lo peligroso que era el hombre que mató a una niña de 5 años
Las autoridades estaban advertidas sobre lo peligroso que era el hombre que mató a una niña de 5 años

Phoenix pasó la mayor parte de su vida en hogares de acogida antes de ser devuelta a su madre, Samantha Kematch, en 2004.
WINNIPEG.- Los trabajadores sociales dieron una clara advertencia sobre la tendencia a la violencia de Karl McKay, antes de que golpease hasta la muerte a la joven Sinclair Phoenix, según ha revelado este miércoles la investigación sobre el asesinato de la niña.
McKay tenía ya un largo historial de agresiones y violencia doméstica cuando obtuvo en abril de 1999 la libertad. Durante la reunión que una funcionaria del gobierno mantuvo con él, ésta reconoció que salió de su encuentro con el agresor “muy asustada”.
“Ciertamente sentí ese día que él era una persona muy enojada y que mi seguridad estaba en riesgo, y que no sería seguro para nadie reunirse con él a solas”, declaró Miriam Browne miércoles.
“Sentí en todo momento que el Sr, McKay podía llegar a ser violento conmigo a pesar de que estábamos en una oficina. Me sentí intimidada físicamente por él. Esa fue una circunstancia muy inusual, que nunca antes me había pasado”.
Dos días después de la reunión, Browne escribió a la trabajadora social que se ocupaba de McKay advirtiéndole de que tenía serias preocupaciones por la seguridad de la pareja del hombre así como por la de sus dos hijos.
A pesar de esa carta, y muchas otras advertencias, McKay siguió acosando y maltratando a Phoenix Sinclair sin que nadie lo impidiera. En 2004 empezó una relación con la madre de Phoenix, Samantha Kematch.
Phoenix pasó la mayor parte de su vida en hogares de acogida antes de ser devuelta a su madre, Samantha Kematch, en 2004. Meses más tarde, la niña de cinco años de edad, fue golpeada hasta la muerte por Kematch y el novio de ésta, Karl McKay, en el sótano de la casa de la familia. Kematch y McKay fueron declarados culpables de asesinato en primer grado.
La investigación estudia ahora por qué el departamento de Bienestar del niño de Manitoba no protegió a Phoenix, ¿por qué la pequeña fue devuelta a Kematch, ¿por qué su expediente fue cerrado a pesar de la repetición del abuso que sufrió, y por qué su muerte no fue detectada hasta nueve meses más tarde, cuando un familiar llamó a la policía.
A pesar de su preocupación por su ex mujer, Orobko, el padre, tenía esperanzas en recuperar la custodia de Phoenix. Declaró que elaboró una orden para obtener la custodia de la pequeña. La orden también implicaba que la madre se sometiese a una evaluación psicológica y asistiese a clases de paternidad.
El objetivo era ver si Kematch desarrollaba habilidades de crianza y ponía fin a sus problemas psicológicos, explicó el padre.
“La probabilidad de que todas esas cosas se consiguiesen eran remotas. Pero yo guardaba la esperanza”.
La investigación ya ha escuchado que Kematch tuvo un pasado turbulento. Durante su juventud perteneció a una banda de delincuentes juveniles. Robó coches, atracaba y se fugó de varias casas de acogida. Meses después de cumplir los 18 años dio a luz a Phoenix.
Otra trabajadora social testificó el pasado septiembre que la pequeña carecía de los artículos necesarios para su cuidado.
En la zona de donde es natural Kematch, el barrio de Winnipeg, North End, abundan historias como la suya. Se trata de una de las zonas urbanas más pobres de la ciudad, con grandes tasas de analfabetismo, adicción a las drogas y violencia.
La investigación aún tiene que profundizar en por qué los trabajadores de bienestar infantil sacaron a Phoenix del lugar de acogida en el que se encontraba y se la devolvieron a su madre.
“Que nadie pierda de vista el hecho de que es por eso que estamos aquí. La pieza central de nuestro trabajo, como un homenaje permanente a la corta vida de la pequeña Phoenix Sinclair, es la protección de todos los niños”, declaró el abogado Ted Hughes.
“Es importante avanzar sin demora de aquí en adelante y preocuparnos por el bienestar de los niños a lo largo de Manitoba.”, apuntó.
El Gobierno de Manitoba y Unión General de Trabajadores perdió una batalla legal para limitar el alcance de la investigación, y luego perdió una batalla para ocultar la identidad de los trabajadores sociales que van a declarar.
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