La reunión entre Harper y los jefes de las Primeras Naciones, rodeada de polémica
La reunión entre Harper y los jefes de las Primeras Naciones, rodeada de polémica
OTTAWA.- Los planes del encuentro entre Stephen Harper con los líderes de las Primeras Naciones están rodeados de confusión.
Después de una semana de reuniones frenéticas, malentendidos y cancelaciones entre los jefes, consejeros, y altos funcionarios del gobierno para planear una reunión de cuatro horas entre el primer ministro y los líderes nativos para este viernes, varios grupos de las Primeras Naciones han denunciado el proceso por el que se está llevando a cabo dichos acuerdos.
Algunos de estos jefes han declarado que solo se reunirán con Harper en su propio terreno. Esta afirmación no es unánime y no está secundada por todos los grupos nativos, por lo tanto equivale a un claro rechazo a la autoridad del primer ministro.
“La puerta está abierta. Esperamos que el primer ministro ministro venga a nuestro territorio a reunirse con nostros”, dijo Murray Clearsky, jefe de una de las naciones al sur de Manitoba.
Una tras otra, todas las regiones nativas han declarado su apoyo a la jefa Attawapiskat, Theresa Spence, en su llamado a rechazar un encuentro con Harper a menos que él o el gobernador general David Johnston vengan a negociar a territorio aborigen
“Esto no es simplemente unas exigencias sobre la ubicación y condiciones de la reunión. La Jefa Theresa Spence se limita a establecer una llamada a la verdad y a la integridad del primer ministro”, dijo Isadore Day, un jefe del norte de Ontario. “Ella lucha en nombre de los más de un millón de pueblos indígenas en este país”.
Sin embargo, al principio del día, los jefes habían superado las tensiones regionales y habían acordado la lista concreta de demandas que querían presentar ante Harper.
Ellos quieren ver una escuela y agua potable en cada reserva. Quieren que Ottawa se comprometa a llevar a cabo una investigación nacional sobre los cientos de desaparecidos y sobre las niñas y mujeres indígenas desaparecidas. Ellos quieren un compromiso político de alto nivel para modernizar y aplicar los tratados de modo que las Primeras Naciones puedan participar de la riqueza de recursos de Canadá. Quieren una financiación estable que ayude a crecer a la población y mejor la calidad de vida.
Además, quieren que Harper derogue las partes más importantes de sus dos proyectos de ley presupuestarios, que dicen sacrificar la protección ambiental de la extracción de recursos de las Primeras Nciones.
“Esto no es una organización perfecta y no soy una persona perfecta. Acepto una parte de responsabilidad y he respondido a las críticas”, dijo Atleo, uno de los líderes aborigen, ante un salón lleno de bulliciosos jefes y delegados.
“Tenemos que seguir unidos defendiendo nuestros intereses. No podemos dividirnos en un momento tan crucial como este”, remarcó.
Lo que no dijo es si en todas las reuniones con Harper estarán representados todos los territorios aborígenes.
Luego salió de la sala de conferencias, indicando que trabajaría durante toda la noche con su ejecutivo con el fin de averiguar la mejor manera de avanzar.
Algunos de sus aliados insistieron en que se reunirá con los ministros del gabinete de Harper y con el propio Harper durante este viernes por la tarde, en privado, en la oficina del primer ministro y con una delegación relativamente pequeña de los jefes.
“Tenemos la intención de seguir adelante con la reunión”, dijo el Jefe Regional de BC Jody Wilson-Raybould.
Otros sugirieron que se envíe una delegación de mujeres para cumplir con Harper y negociar futuras reuniones con todos los jefes.
Atleo sugirió que él llevaría a cabo la reunión del viernes con Harper, y que luego presionaría para que se celebra una reunión más amplia el 24 de enero, además de conseguir el compromiso por parte del gobierno de celebrar reuniones amplias y abiertas con los jefes con mayor frecuencia.
“Necesitamos que se comprometan a sentarse con nosotros de forma regular y continua. Vamos a transformar esta relación debido a que el futuro de nuestros hijos depende de todos estas reuniones”, dijo.
Otros jefes, sin embargo, mantienen que el único camino legítimo para cualquier reunión es que esta se celebre en territorio aborigen y con todos los líderes.
Primer ministro e indígenas canadienses se reúnen para solucionar crisis
Julio César Rivas
Toronto.- La reunión que mantuvieron este viernes el primer ministro Stephen Harper, y líderes indígenas del país arrojó pocos resultados concretos pero dejó de manifiesto la división del movimiento indígena y la crispación contra el Gobierno.
El ministro de Asuntos Indígenas, John Duncan, quien presidió el encuentro, dijo tras la reunión que Harper “participó durante toda la reunión y mantuvo una discusión franca con todos los participantes”.
Pero a la reunión sólo asistieron una veintena de líderes indígenas, incluido el presidente de la Asamblea de Primeras Naciones, que agrupa las 630 tribus del país, Shawn Atleo, después de que un gran número de Grandes Jefes rechazara participar en el encuentro.
Entre los ausentes a la reunión estuvo la jefa tribal Theresa Spence, quien hoy cumplió 31 días en huelga de hambre en las cercanías del Parlamento canadiense y que se ha convertido en la líder espiritual del movimiento de base “Se acabo el hacer nada”, que en las últimas semanas ha convocado decenas de manifestaciones.
Spence y los líderes de tribus del centro y oeste de Canadá rechazaron acudir al encuentro con Harper por la negativa del Gobierno canadiense de que a la reunión asistiese el Gobernador General del país, David Johnston.
Mientras, en las principales ciudades del país, “Se acabó hacer nada” convocó decenas de manifestaciones pacíficas. Las mayores concentraciones se produjeron en Toronto y Ottawa, donde centenares de personas se manifestaron a las puertas del Parlamento.
Los manifestantes reclamaban el respeto a los derechos y territorios tradicionales de las tribus indígenas así como mayores inversiones sociales y económicas en las comunidades aborígenes que sufren los mayores índices de desempleo, pobreza y problemas sanitarios y sociales del país.
Esos mismos problemas fueron los que Harper y Duncan discutieron con los líderes indígenas que participaron en la reunión.
“Aunque estamos satisfechos con la discusión constructiva que se produjo hoy, todavía hay más trabajo que hacer para mejorar las condiciones de vida y las oportunidades económicas para las comunidades indígenas” dijo Duncan durante una rueda de prensa tras el encuentro.
Duncan añadió que Harper ha aceptado reunirse con Atleo “en las próximas semanas para discutir futuras medidas”.
Pero el resultado de la reunión no parece que vaya a calmar al movimiento “Se acabo de hacer nada”, y muchos de los líderes indígenas del país.
Antes del encuentro, la organización Jefes de Ontario, que reúne las tribus de la provincia más industrial del país, demandaron la presencia de Harper y Johnston en el hotel de Ottawa en el que estaban reunidos y amenazaron con organizar bloqueos de carreteras y vías férreas a partir del 16 de enero.
El Gran Jefe Gordon Peters dijo que los indígenas bloquearán el transporte de mercancías y advirtió de que iniciarán una campaña internacional para que grupos extranjeros sepan que sus inversiones en el país “no son seguras”.
Mientras, en la zona atlántica del país, grupos indígenas bloquearon vías férreas, lo que obligó a la suspensión del servicio de pasajeros en la provincia de Nueva Escocia.
Spence inició su huelga de hambre hace un mes para solicitar una reunión de Harper y Johnston, quien ejerce como Jefe de Estado en representación de la reina de Inglaterra, para tratar la penosa situación económica y social de muchas comunidades indígenas.
Harper y Johnston se negaron durante semanas a atender las demandas de Spence, lo que desencadenó protestas por todo el país convocadas por “Se acabó el hacer nada”.
La presión popular obligó al primer ministro canadiense a aceptar una “reunión de trabajo” con los líderes indígenas pero sin la presencia de Johnston, un acto simbólico que sin embargo para muchos grupos indígenas era fundamental.
Los tratados que rigen las relaciones entre las tribus y Canadá fueron firmados originalmente por la corona británica por lo que los indígenas consideran que el representante de la reina Isabel de Inglaterra, que es la monarca de Canadá, debería estar presente.
En vez de eso, Johnston decidió mantener una “cena ceremonial” con los líderes indígenas tras su reunión con Harper.
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