Ashley Smith intentó suicidarse apenas 12 horas después de entrar en prisión
Ashley Smith intentó suicidarse apenas 12 horas después de entrar en prisión
TORONTO.- Apenas unas horas después de ingresar en la prisión en la que habría de morir, Ashley Smith destrozó de varios cabezazos las tuberías de su celda y trató de estrangularse, según ha explicado hoy Blaine Phibbs, uno de los guardas encargados de vigilar a la joven.
Phibbs dijo ante el tribunal que tan solo 12 horas después de su ingreso en prisión Smith intentó quitarse la vida. “No estoy seguro de si lo intentó con una sábana o una toalla”, dijo.
“En un día malo, la presa podía tratar de estrangularse entre 7 y 8 veces”, recordó el vigilante. “Había que estar pendiente de ella a cada minuto”.
Después de un tiempo su comportamiento comenzó a mejorar. Sin embargo, según explicó el vigilante, muchos días iba demasiado sedada. En alguna ocasión, incluso, Smith se negó a salir de su celda cuando le abrían la puerta.
El martes, Rudy Burnnet, otro guardia encargado de vigilarle prestó declaración. Burnett, declaró que sintió “conmocionado” cuando se vio detenido frente a la policía, despojado de sus zapatos y escuchando los cargos que se dictaban sobre él.
A Burnett se le acusa de grabar en vídeo la agonía de la reclusa.
Burnett dijo durante el juicio que se sintió condenado injustamente porque entiende que él no hizo nada malo.
“No fue una situación agradable. Estaba bajo mucha tensión. Estaba muy nervioso”, dijo.
Burnet, que ahora trabaja en un centro de rehabilitación para hombres, explicó algunas de las dificultades que entraña la profesión de vigilante de seguridad en una cárcel.
“Es muy traumático”, dijo ante la corte, “y al cabo de varios años te vas insensibilizando”.
Reconoció que se apoyó en su familia y la iglesia para no caer en la desesperación.
Burnet, que fue acusado de negligencia criminal y de no luchar por salvar la vida de Smith, fue interrogado por su decisión de no dar a la policía los nombres de otros compañeros que estaban junto a él el día que la reclusa murió.
En cualquier caso, los cargos contra el ex vigilante de prisión fueron retirados hace años.
Burnet terminaba su turno de noche y se dirigía hacía casa cuando todas las alarmas de emergencia sonaron. Al llegar a la celda de Smith alguien le colocó una cámara y le dijo que lo grabase todo.
Cuando los jueces le preguntaron por qué no intervino para que la reclusa no se quitase la vida, Burnett dijo que sólo obedecía órdenes
Por otra parte, los últimos testimonios del juicio sobre la muerte de Ashley Smith revelan que los guardas tenía instrucciones de ignorar a la presa cada vez que ésta se autolesionase o lo intentara, según han revelado varios trabajadores de la prisión.
Los informes de la cárcel se refieren a Smith como una interna “violenta y muy difícil de manejar”, que intentaba con frecuencia lesionarse a sí misma y destrozar el mobiliario de la celda. Cada vez que esto ocurría, según han explicado los testigos, era necesario que los guardas entrasen en la celda
para reducirla. La mayoría de ocasiones había que recurrir a la fuerza y, como dictan las normas de prisión, el incidente debía grabarse en vídeo a fin de que quedase registrado.
Se trataba, por tanto, de un gran despliegue de trabajadores y medios cada vez que Smith montaba en cólera y los altos cargos del penal decidieron comenzar a ignorarla cuando actuase de esa manera.
La norma dictaba que los guardias sólo podían entrar en la celda cuando la joven estuviera inconsciente a causa de las lesiones que ella misma se infligía. Sin embargo, los trabajadores del penal obviaron en más de una ocasión esa orden para evitar que Smith pusiese en riesgo su vida.
“Es muy difícil escuchar gritar y llorar a un preso mientras se auto-lesiona y no hacer nada para impedirlo. Es prácticamente imposible”, dijo uno de los guardias.
El representante de la Unión de Vigilantes Penitenciarios de Canadá, Howard Rubel, explicó durante el juicio que varios vigilantes fueron sancionados por entrar en la celda de la joven para intentar socorrerla.
“Ashley Smith no era una reclusa normal. Todo el mundo decía lo mismo, era una persona especial”, explicó Rubel.
Según el representante de la asociación, los vigilantes trasladaron su inconformidad con la normativa a los altos cargos, quienes insistieron en que ésa era la forma más correcta de proceder.
“Sabemos lo que hacemos”, dijeron los directivos de prisión según la versión de Rubel.
Los directivos mantenían que el problema de Smith era de conducta” y que lo único que buscaba con ese comportamiento era llamar la atención.
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