Sin hipótesis claras sobre la explosión en Pemex
Sin hipótesis claras sobre la explosión en Pemex

Las últimas 24 horas han sido dramáticas para los familiares de los 33 muertos y 121 heridos que ha dejado hasta el momento una catástrofe que ha conmocionado a la sociedad mexicana.
México.- Las autoridades de México no han descartado ninguna hipótesis sobre la explosión en la sede central de Petróleos Mexicanos (Pemex) que el jueves causó al menos 33 muertos y 121 heridos, y deja abierta hasta la posibilidad de un atentado.
“El Gobierno está determinado a encontrar la verdad de los hechos, sea cual sea. Si se trata de un accidente, si se trata de una imprudencia, si se trata de un atentado, sea lo que sea”, afirmó el fiscal general de México, Jesús Murillo Karam.
La explosión sacudió el corazón de la empresa más importante del país, que genera el 40 por ciento de los ingresos del fisco, al que aporta el 70 por ciento de sus ventas, y que emplea a unas 150.000 personas.
Mientras siguen las labores en el complejo corporativo de Pemex, en el barrio capitalino de Anzures, los peritos comenzaron hoy las labores para rescatar pruebas que indiquen qué causó la fuerte explosión que destruyó parcialmente uno de los edificios.
En las tareas participan expertos nacionales y extranjeros, civiles y militares, que realizan sus actividades mientras equipos de rescate intentan llegar a los lugares más recónditos, que tuvieron que ser apuntalados para reforzar su estructura.
El director general de Pemex, Emilio Lozoya, declaró hoy que todo apunta a que la explosión se debió a un accidente de naturaleza aún desconocida, aunque también dijo que “todas las líneas de investigación están abiertas”.
Murillo Karam, sin embargo, fue más cauto aún, pidió tiempo para sacar conclusiones del peritaje y ofreció transparencia para “no dejar nada a la imaginación”.
“Estamos trabajando sobre todas las posibilidades, no vamos a desechar ninguna”, insistió Murillo en la rueda de prensa que ofreció al lado de los escombros del edificio que se vio severamente dañado por la explosión.
El titular de la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía) llamó la atención sobre algo que también ha sorprendido a las autoridades sanitarias: no hay rastros de fuego, no hay heridos por quemaduras y hasta los papeles de la zona dañada aparecieron sin daños.
“Fuego no hay, pero esto no nos lleva a decir definitivamente que sucedió por una causa o por otra”, señaló.
La cadena de televisión Milenio apuntó la posibilidad de que la tragedia la haya ocasionado un viejo depósito de gas halón, para extinguir incendios, que estaba en desuso desde hace varios años y que no había recibido la atención adecuada.
Pero Murillo dijo que, en principio, tal acumulación de gas no existía, aunque, en la misma línea de dejar abiertas todas las posibilidades, también indicó que no podía aceptar ni rechazar esa eventualidad.
“No vamos a desechar ninguna (hipótesis), y vamos a procurar que esta investigación se dé de la forma más transparente”, recalcó.
El siniestro, uno de los más graves en la historia de Pemex, creada en 1938 poco después de la nacionalización de los recursos petroleros, ha conmocionado al país, que ya sufre desde hace varios años una ola de inseguridad por las acciones del narcotráfico que cada año causa miles de muertos.
Se trata de la tragedia más grave a la que se enfrenta el presidente Enrique Peña Nieto, que asumió el poder el pasado 1 de diciembre y que se ha comprometido a una “transformación” de México que implica, entre otras cosas, una reforma de Pemex.
Peña Nieto anunció que México estará en duelo nacional durante tres días. “México está en luto y está en duelo”, afirmó el gobernante en una reunión con empresarios, poco después de visitar a víctimas de la tragedia de Pemex.
El Parlamento mexicano, que hoy comenzó su período legislativo, abrió sus sesiones con un minuto de silencio en homenaje a las víctimas, a la vez que se hicieron llamamientos para el “pronto” esclarecimiento de los hechos.
En tanto, en el sitio del siniestro fue rescatada este mediodía la última víctima hasta ahora, aunque no se descarta que, mientras continúan las labores en el edificio destruido, pueda haber alguna más.
“No vamos a parar de buscar”, agregó Murillo.
Dolor, angustia y prisas entre los familiares
Paula Escalada Medrano
México, 1 feb.- Los alrededores de los hospitales y la morgue donde fueron llevados los heridos y muertos por el incidente en la torre Pemex se llenaron este viernes de caras de preocupación y ojos encharcados de los familiares, que esperan la evolución de sus seres queridos o bien que les entreguen sus cuerpos para poder velarlos.
Las últimas 24 horas han sido dramáticas para los familiares de los 33 muertos y 121 heridos que ha dejado hasta el momento una catástrofe que ha conmocionado a la sociedad mexicana y que comenzó este jueves a las 15.40 hora local (21.40 GMT).
Desde que vio la noticia en televisión, Mónica Durán vivió momentos complicados por no poder localizar a su esposo, Marco Antonio Sigler, que trabajaba en el edificio B2 de este complejo corporativo de Petróleos Mexicanos, donde sucedió la presunta explosión.
Tuvo la suerte de que unas horas después recibió una llamada de una enfermera que, a petición de su marido, le comunicó que estaba vivo, herido con múltiples contusiones y fracturas, en el hospital de Pemex en Azcapotzalco.
“Todo fue un caos, la gente estaba histérica, queriendo saber de su gente, en el hospital no te podían dar información, aparecían unas listas inciertas porque te decían que estaba aquí y a la mera hora no estaba y tenías que irte a otros hospitales a tratar de localizar a tu paciente”, contó esta mujer a las puertas del hospital.
Ahora su esposo se encuentra grave, pero estable y pudo contarle a su mujer sus recuerdos sobre el suceso.
“Lo único que recuerda es que estaba entrando en la oficina donde labora y hubo una explosión, se oyó un estruendo muy fuerte, voló una puerta que lo impactó contra un mueble y ahí perdió el sentido. No supo nada más hasta que estaba en la ambulancia camino del hospital”, contó.
El caos y la lenta información es una de las principales quejas de los familiares de personas como Margarita Falcón, que a dos años de jubilarse tuvo la mala suerte de “estar en el momento y lugar equivocado”, contó su sobrino Miguel Araico.
“Tuvimos que ir buscando y buscando hasta que llegamos aquí porque realmente no había mucha información, no hubo mucho apoyo yo siento”, apuntó en las puertas del Servicio Médico Forense (Semefo), a la espera de recibir el cadáver de su tía.
“Sigue en trámite, no entiendo por qué tenga que ser tan largo, porque mi tío reconoció el cuerpo en la madrugada y no nos lo entregan”, añadió.
Margarita Guevara ya recibió los cuerpos de su cuñada Graciela, de 50 años, y su sobrino Raimundo, de 33 años, y en sus brazos llevaba una bolsa con la ropa que le pondría a su “casi hermana”, una chaqueta rosa.
Madre e hijo trabajaban juntos en la torre, en el departamento de recursos humanos ubicado en el sótano y tras las autopsias que se han realizado a todos los cadáveres ha podido saberse que murieron de un infarto él y de un golpe en la cabeza ella.
Otra media familia se quedó en la torre, Irving Omar Martínez y su pequeña hija de nueve años, Dafne Sherlyn Martínez, que estaba visitando a su padre en su oficina porque tenía que hacer una tarea para el colegio en la que explicara a qué se dedicaba su progenitor.
Historias tristes y duras como la de Daniel, que deja a una niña de nueve años y que, según contó su madre a las puertas del Semefo le entregaron su cuerpo “tal y como lo sacaron de los escombros”. “No lo pude reconocer sino pro las botas que traía”, dijo.
A la espera del cadáver de su hijo, en las puertas de la morgue gritaba a todos los coches fúnebres que salían con ataúdes. “¿A quién llevan?”, preguntaba, hasta que uno le respondió que sí, que llevaba a su hijo.
Explosión en Pemex es la peor tragedia de la empresa de este siglo
México, 1 feb.- La explosión ocurrida el jueves en la sede central de Petróleos Mexicanos (Pemex), que causó 33 muertos y 121 heridos, es la peor tragedia que sufren instalaciones de la empresa pública en los últimos veinte años tras la sufrida en 1992 cuando fallecieron 210 personas.
Según el último saldo oficial, la explosión que sufrió la sede corporativa, en esta capital, causó 33 muertos y 121 heridos. Aún no se han establecido las causas, aunque las hipótesis apuntan hacia un accidente de origen todavía desconocido.
La siguiente es la cronología de los accidentes más graves sufridos por Pemex en la historia reciente de esta compañía, fundada en 1938:
– El 18 de septiembre de 2012 se registró una explosión y un incendio en la en una planta de gas de Pemex Exploración y Producción (PEP) ubicada a 19 kilómetros de Reynosa, en el nororiental estado de Tamaulipas, que dejó un total de 30 muertos y decenas de heridos.
– El 19 de diciembre de 2011 una fuga de combustible, explosión y un incendio en un oleoducto de Pemex en la población de San Martín Texmelucan, en el estado de Puebla, dejó 30 muertos y 52 lesionados además de 5.000 evacuados y 80 casas afectadas.
– El 23 de octubre de 2007, dos plataformas marinas colisionaron en el Golfo de México, con un saldo de 18 personas muertas y dos desaparecidas, y hubo una de las mayores fugas de crudo de un pozo petrolero.
– El 17 de octubre del 2006 la explosión e incendio del buque tanque Quetzalcóatl, anclado en la Terminal Marítima de Pajaritos, dejó ocho muertos, un desaparecido y 14 lesionados.
– El 18 de noviembre de 1998, el choque de dos helicópteros que transportaban personal de Pemex a las plataformas petroleras en las costas del estado de Campeche, en el Golfo de México, dejó un saldo de 22 muertos.
– El 22 de abril de 1992, en Guadalajara, capital del estado de Jalisco, una fuga de gasolina de un ducto de Pemex se vertió al subsuelo y al sistema de drenaje, lo que causó una explosión que dejó unos 210 muertos.
– El 19 de noviembre de 1984, en la peor tragedia en la historia de Pemex, la explosión de un depósito de gas en San Juanico, en el Estado de México, vecino al Distrito Federal, dejó, según fuentes oficiales, medio millar de muertos, aunque de manera extraoficial se habló de más de 2.000.
Según los reportes, una fuga de gas provocó una explosión en cadena de varios de estos depósitos que generó una bola de fuego de centenares de metros en una zona muy habitada.
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