El cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio ha sido elegido nuevo Papa
El cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio ha sido elegido nuevo Papa

El nuevo pontífice, jesuita de 76 años, es el 266 Papa de la Iglesia Católica y el primero de América Latina.
Ciudad del Vaticano.- El cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio ha sido elegido Papa y ha escogido el nombre de Francisco.
El nuevo pontífice, jesuita de 76 años, es el 266 Papa de la Iglesia Católica y el primero de América Latina.
Sucede a Benedicto XVI, quien renunció el pasado febrero.
El anuncio de la elección del 266 papa de la historia de la Iglesia lo hizo el primer cardenal de los diáconos (el Protodiácono), el francés Jean Louis Tauran.
El nuevo pontífice fue el segundo más votado en el cónclave de 2005, en el que fue elegido el alemán Joseph Ratzinger, Benedicto XVI.
La reforma de la curia, entre los retos del papa Francisco
Juan Lara
Ciudad del Vaticano.- El papa Francisco tiene que afrontar importantes retos dentro de la Iglesia, como son una mayor colegialidad, la reforma de la curia, para hacerla más eficaz y transparente, y potenciar la nueva evangelización en un mundo cada vez secularizado.
El pontífice debe proseguir con el desarrollo del Concilio Vaticano II, que no está agotado, y potenciar el ecumenismo en aras de la unidad de los cristianos.
Debe afrontar, asimismo, los casos de clérigos pederastas, siguiendo las líneas de tolerancia cero adoptada por Benedicto XVI, la escasez de vocaciones, el celibato sacerdotal, una mayor presencia de la mujer en las instituciones de la Iglesia y la mejora de las relaciones con el Islam y, sobre todo, con los judíos.
En un mundo cada vez más secularizado, donde la religión, como denunció en numerosas ocasiones el papa Ratzinger, se pretende relegar al ámbito privado, el 266 sucesor de san Pedro tiene que trazar las líneas para recuperar ese espacio y contar con una mayor participación laica.
La descristianización de Occidente, sobre todo de Europa, llevó a Benedicto XVI a crear un dicasterio para la Nueva Evangelización y para ello convocó un sínodo de obispos.
El papa Francisco debe canalizar las propuestas de los prelados, entre ellas una catequesis adecuada y el uso de nuevos lenguajes para mostrar a Cristo.
La Iglesia que se encuentra tiene pendiente el asunto de la colegialidad, es decir la relación entre la Curia y los episcopados nacionales, uno de los puntos que quedaron sin resolver en el papado anterior.
Numerosos obispos consideran que hay que potenciar el gobierno común de la Iglesia y aumentar las atribuciones de las conferencias episcopales, mientras que en la curia vaticana son muchos los que piensan que debe prevalecer el Gobierno central de la Iglesia.
El camino hacia la colegialidad es largo y según el teólogo heterodoxo Hans Kung, Roma sigue exhibiendo una Iglesia fuerte, absolutista, que reúne en sus manos los poderes legislativos, ejecutivos y judicial, que no tiene en cuenta la universalidad de la misma.
La reforma de la curia romana es urgente, sobre todo tras estallar el escándalo Vatileaks, que desveló intrigas y enfrentamientos en la curia, y tras comprobarse como no funcionó cuando Benedicto XVI levantó la excomunión al obispo lefebvriano Richard Williamson, cuando era conocido su negacionismo del Holocausto, y él lo desconocía.
Otro punto es la escasez de vocaciones y la consiguiente disminución de sacerdotes. Cada día hay más parroquias sin sacerdotes y éstos tienen que cubrir varios pueblos.
Ante este problema, vuelve a surgir el asunto del celibato.
Benedicto XVI defendió el celibato sacerdotal y mantuvo cerradas las puertas del sacerdocio a los homosexuales, aunque concedió más dispensas que su predecesor a clérigos para que se casasen.
El papel de la mujer es otro punto pendiente. Benedicto XVI, como Juan Pablo II, resaltó en numerosas ocasiones la labor de la mujer, pero ahí quedó e insistió en que no puede ser ordenada sacerdote.
Visto que no parece que los tiempos estén maduros para el sacerdocio femenino, las mujeres exigen una mayor participación en las tareas de la parroquia, al igual que los laicos.
Otro problema pendiente es la admisión a los sacramentos de los católicos divorciados y que se han vuelto a casar.
Según el Consejo Pontificio para los Textos Legislativos esa prohibición es “ley divina”, es decir que ni siquiera la Iglesia puede modificar.
La moral sexual es otro punto candente. La Iglesia es contraria a las relaciones prematrimoniales y al uso de anticonceptivos.También rechaza el uso de preservativos contra el sida y considera la homosexualidad como una desviación.
Las relaciones con el Islam sufrieron un retroceso con Benedicto XVI, tras recoger en un discurso la cita del emperador bizantino Manuel II Paleólogo “Mahoma no había traído nada novedoso excepto la orden de extender la fe mediante la espada”.
Con los judíos las relaciones se deterioraron tras la decisión de Benedicto XVI de revocar la excomunión al obispo que niega el Holocausto judío, tras declarar “Venerable” -primer paso a la santidad- a Pío XII, al que acusan de haber callado ante el Holocausto, y la recuperación de la plegaria del Viernes Santo en la que se pedía, antes del Concilio Vaticano, la “conversión” de los judíos.
El papa Francisco debe proseguir, por expreso deseo de Benedicto XVI, las negociaciones con los lefebvrianos, que desataron un cisma en 1988, al ordenar a cuatro obispos sin el permiso del pontífice y que no reconocen el Concilio Vaticano II.
También tiene que seguir el camino de Benedicto XVI en defensa de la naturaleza. Ratzinger ha sido uno de los pontífices que ha mostrado mayor sensibilidad por la ecología, denunciando la erosión, la deforestación, el expolio de los recursos minerales y de los océanos.
(Biografía)
Jorge Mario Bergoglio, el cardenal argentino que será el papa Francisco I
Ciudad del Vaticano.- El cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, se convirtió en el pontífice número 266 de la Iglesia Católica, en sustitución del ya papa emérito Benedicto XVI, quien hizo efectiva su renuncia el pasado 28 de febrero.
Bergoglio nació el 17 de diciembre de 1936 en la capital argentina, en el seno de un matrimonio de italianos formado por Mario Bergoglio, un empleado ferroviario, y Regina.
Creció en la capital argentina y fue ahí donde comenzó a estudiar y se diplomó como técnico químico, pero poco después eligió el sacerdocio, decisión que le hizo acceder al seminario del barrio bonaerense Villa Devoto.
En 1958 comenzó el noviciado en la Compañía de Jesús, por lo que se trasladó a Santiago de Chile, donde llevó a cabo estudios humanísticos, y en 1964 regresó a Buenos Aires para dedicarse a la docencia de Literatura y Psicología en el colegio de El Salvador.
Cursó estudios de Teología entre 1967 y 1970 en la Facultad de Teología del colegio de San José, en San Miguel de Tucumán (norte de Argentina).
Su sacerdocio comenzó el 13 de diciembre de 1969, año en el que se desplazó a España para cumplir su tercer “probandato” (periodo que sirve para preparar intelectualmente a los jóvenes sacerdotes) en la Universidad Alcalá de Henares de Madrid.
La docencia desempeñó un papel muy importante en la biografía del cardenal Bergoglio, ya que impartió lecciones en multitud de colegios, seminarios y facultades.
En 1972 regresó a Argentina, después de su época en España, para comenzar como maestro de novicios en Villa Barilari, en la localidad de San Miguel, al norte del país.
Además, entre 1980 y 1986, fue profesor en la Facultad de Teología de San Miguel y rector del colegio máximo de la Facultad de Filosofía y Teología, cargos que compartió con el de párroco de la iglesia Patriarca San José, también en la localidad de San Miguel.
En 1986 regresó a Europa, concretamente a Alemania para ultimar su tesis doctoral, pero fue trasladado a la ciudad de Córdoba para ejercer como director espiritual y confesor de la Compañía de Jesús.
Su nombramiento como obispo llegó el 20 de mayo de 1992, cuando el papa Juan Pablo II le designó obispo de la Diócesis de Auca y obispo auxiliar de la diócesis de Buenos Aires.
Cinco años más tarde, en 1997, fue nombrado arzobispo coauditor de Buenos Aires y en 1998, tras la muerte del arzobispo y cardenal Quarracino, se convirtió en el arzobispo de Buenos Aires.
Bergoglio ha tenido una gran presencia en la Conferencia Episcopal Argentina, institución que ha presidido durante seis años, de 2005 a 2011, y entre sus publicaciones más conocidas se encuentran “Meditaciones para religiosos” (1982), “Reflexiones sobre la vida apostólica” (1986) y “Reflexiones de esperanza” (1992).
El cardenal argentino, quien recibió la púrpura de manos de Juan Pablo II el 21 de febrero de 2001, es miembro de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, del Consejo Pontificio por la Familia y de la Comisión Pontificia por América Latina.
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