La ola de calor pone en peligro a los más vulnerables
La ola de calor pone en peligro a los más vulnerables

Roy Fanning de pie ante el Parkdale community centre, uno de los lugares a donde se puede acudir para sobrellevar las altas temperaturas. (Foto cortesía Toronto Star)
TORONTO.- Un termómetro muestra las temperaturas cercanas a los treinta grados en una pensión situada en Dunn Ave., mientras dos hombres están sentados viendo la tele durante el sofocante mediodía del pasado miércoles.
Un ventilador de pie sopla un poco de aire hacia John Capicciotti, de 54 años, que ha vivido en la pensión de Parkdale, al sur de Queen Street West, durante alrededor de un año. Él comparte su habitación con una persona, ya veces dejan la puerta abierta ya que el pasillo es el aire acondicionado. “Hace calor, pero no es tan malo”, dice Capicciotti, que se mantiene estoicamente sobre la alerta de calor extremo expeditada por el Dr. David McKeown, director médico de salud de Toronto.
Según publica el diario Toronto Star, su amigo que lo acompaña viendo la televisión, Tim Sullivan, de 59 años, ha vivido en la pensión durante cinco años y no tiene ningún problema con el hecho de que su habitación no tenga aire acondicionado. “Lidio con él”, dice. “Yo bebo mucha agua”, y admite que suda mucho por la noche. Pero Sullivan está contento y dice que no quiere el aire acondicionado. “Yo no lo necesito”.
Glenn Francis, de 50 años, que también vive en la pensión, dice que sólo sale a la calle y se sienta a la sombra si empieza a sentirse muy caliente.
Las casas de huéspedes con licencia de la ciudad de Toronto no están obligadas a ofrecer un espacio fresco, según Victor Willis, director ejecutivo de la PARC (Parkdale Activity Recreation Centre.)
Ninguno de los hombres con los que The Star habló en la casa de huéspedes dijo que buscasen espacios públicos con aire acondicionado como centros comunitarios, centros comerciales, bibliotecas y antiguos centros cívicos que el Ayuntamiento de Toronto anuncia como lugares a los que la gente puede acudir en caso de condiciones de calor extremo.
Ahí es exactamente donde el compañero residente en Parkdale, Roy Fanning, de 48 años, se dirige cuando la temperatura y la humedad se vuelven insoportables. Él vive en una unidad de soltero subvencionada, sin aire acondicionado y por eso está muy agradecido a los lugares como Masaryk-Cowan Recreation Centre, cerca de Lansdowne y Queen St. W., donde puede refrescarse. Y con la previsión para los próximos días que anuncia máximas temperaturas desde los años 30, además de tormentas, cree que va a seguir buscando este tipo de sitios. “Vengo aquí o voy a la biblioteca u otro centro de la comunidad”, comenta. “Puede volverse insoportable en mi apartamento”, asegura.
Las personas sin hogar o con vivienda marginal, o que están tomando ciertos medicamentos, también están en riesgo de más complicaciones por el calor extremo, de acuerdo a una descripción introducida en el sitio web de la ciudad.
Pero mientras que los centros públicos de refrigeración están disponibles, las personas con problemas de salud mental pueden tener problemas para encontrarlos o usarlos, dice Lana Frado, directora ejecutivo de Sound Times, una agencia de apoyo en el Downtown que ayuda a personas con problemas de salud mental y adicciones. “Si eres un vagabundo no te van a dejar pasar el rato en el Eaton Centre”, asegura Frado.
Algunos medicamentos que la gente toma para la depresión, psicosis u otras enfermedades mentales pueden hacerlos más susceptibles al calor, la luz brillante y la deshidratación, según dice Frado.
Kevin Healey, quien ha escuchado voces en su cabeza desde hace décadas y trabaja como facilitador del grupo Hearing Voices de Toronto, tiene un poco de conocimiento de primera mano de los efectos del calor y los medicamentos.
Cuando él estaba tomando los medicamentos estabilizadores del estado de ánimo, olanzapina y lamitrogine, y tenía calor, sufrió ampollas y una experiencia de insolación. Ahora no toma ningún medicamente y asegura que trabaja duro “para mantener la calma”. “Sigo recordándome a mí mismo que hay que ir muy lento y tomar por lo menos dos veces la cantidad de agua normal”.
Los niños, vulnerables ante el calor.
Una madre Pickering ha sido llamada a comparecer después de que, presuntamente, dejara a sus niños solos en un automóvil el pasado martes.
La policía de Durham respondió a una llamada en un estacionamiento de Pickering a las 10 y media de la mañana. La persona que llamaba se quejó de que los dos hijos, de 9 años y otro de tres meses, se habían quedado solos en el vehículo estacionado durante unos 15 minutos.
El aire acondicionado estaba encendido y los niños no parecían estar en peligro, dijo la policía, pero la madre recibió dos llamamientos para declarar por haber dejado a niños menores de 16 años sin supervisión, de acuerdo a la Ley de Servicios de Niños y Familia.
La policía está advirtiendo al público sobre los riesgos para la salud y la seguridad que intervienen en este tipo de actividades, sobre todo durante los períodos de temperaturas extremas. Dijeron que el hecho de que el aire acondicionado no funcione es un riesgo, tal y como lo es que los niños puedan poner en marcha el vehículo.
El nombre de la madre se mantiene en reserva para proteger la identidad de sus hijos.

Tim Sullivan, a la izquierda, y John Capicciotti, ven la televisión en su casa de San Dunn. La falta de aire acondicionado puede hacer que las olas de calor sean aún más duras en los casos de la gente sin recursos y enfermos mentales que toman medicamentos anti-psicóticos. (Foto cortesía Toronto Star)
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