Viuda de Pablo Escobar, salpicada en caso de lavado en Argentina

Viuda de Pablo Escobar, salpicada en caso de lavado en Argentina

María Isabel Santos y su hijo Sebastián Marroquín. Quines se cambiaron de nombres.

María Isabel Santos y Sebastián Marroquín, la viuda y el heredero del extinto narcotraficante colombiano Pablo Escobar, quienes se cambiaron de nombres, han intentado mantener bajo perfil desde que fueron desterrados por la mafia, en los 90.

Sin embargo, acaban de quedar bajo el radar de las autoridades tras la captura del señalado capo colombiano José Bayron Piedrahita, alias Simón o ‘Montañero’.

Se reveló que Piedrahíta está acusado en Estados Unidos de sobornar a un agente federal para borrar sus antecedentes mafiosos. Además, que se investigaban una millonaria operación de lavado de activos a través del empresario inmobiliario Mateo Corvo Dolcet.

Ahora, el diario Clarín, de Argentina, revela que documentos en poder de las autoridades mostrarían que fueron Santos y Marroquín quienes llevaron a Piedrahita como inversor del proyecto de Corvo Dolcet en Buenos Aires.

Así consta en un documento privado, aparentemente firmado por la viuda y el heredero en una reunión en el área de Puerto Madero. En el papel se estipula que a cambio recibirían una comisión de 4,5 por ciento del total de la inversión, suma que habría sido desembolsada el 15 de febrero de 2011. Ahora se indaga si el dinero que Piedrahíta le inyectó al proyecto es de sus negocios como supuesto ganadero o de sus actividades ilícitas como mafioso, vinculado con los carteles de Medellín y de Cali.

El documento que vincula a los Escobar con Piedrahíta fue encontrado en un allanamiento a la lujosa residencia de Corvo Dolcet, horas después de la captura de Piedrahíta, el 29 de septiembre pasado.

Uno de los negocios que se establecieron con dichos dineros es el conocido ‘Café de los Angelitos’ en Buenos Aires. También se está haciendo una megainversión en el barrio El Pilar, que incluía estación de trenes propia, parqueadero para 15 mil carros y una ciudadela privada.

Como dice al viejo adagio” El zorro pierde el pelo pero las mañas”.