Macri congela el sueldo del Gobierno y prohíbe contratar a familiares para mejorar su imagen
Macri congela el sueldo del Gobierno y prohíbe contratar a familiares para mejorar su imagen
Mauricio Macri tuvo un arranque de año mucho más complicado de lo esperado. La oposición, muy debilitada, se está tratando de rearmar. El año acabó con una polémica reforma de pensiones que provocó graves enfrentamientos entre manifestantes y policías en el Congreso. El dólar sube desde entonces, algo que siempre asusta a los argentinos. Y la inflación no da tregua, con nuevas subidas de luz, combustible, sanidad privada. En este contexto, el presidente estaba bajando en las encuestas y ha decidido tratar de frenar esa sangría con un gesto simbólico: ha congelado su sueldo y el de unos 500 altos cargos –lo que equivale a una bajada de salario fuerte en un país con un 25% de inflación-, ha ordenado despedir al 25% de los cargos de confianza del Gobierno, y prohíbe que los ministros puedan tener parientes en el Ejecutivo.
El presidente, que acaba de volver de un viaje a Davos, Rusia y Francia, arrancó el curso con fuerza y con un mensaje de respuesta a todos los análisis políticos y las encuestas publicadas en las últimas semanas en las que se ha instalado la idea de que Macri ya ha asumido que es imposible hacer un cambio de fondo en Argentina y se limitará al pragmatismo de modificar lo que pueda sin buscar reformas profundas que le enfrenten a los sindicatos y puedan generar otro enfrentamiento brutal en las calles como el diciembre.
Macri niega la mayor y trata de disipar el pesimismo que se está instalando otra vez en Argentina, un país que ha pasado la mayor parte de su historia reciente convencido de que lo suyo no tiene remedio. El presidente rechaza ese pesimismo. “El cambio va en serio. Lo que nos hemos propuesto es mucho más que un cambio económico, es un cambio cultural. Queremos cambiar la cultura del poder en Argentina. Todos tenemos que ceder algo en función del conjunto. Hay que abandonar para siempre la idea de que no se puede cambiar el país”, insistió visiblemente molesto por esos análisis que cada vez se leen con mayor crudeza en los medios, incluso entre analistas que han apoyado este cambio.
El presidente, los ministros y los altos cargos en Argentina tienen sueldos altos para lo que es habitual en un país con enormes diferencias salariales, donde hay un 30% de pobreza y hay millones de personas que pese a trabajar y tener un salario no son capaces de garantizarse una vida digna. Macri cobra 200.000 pesos brutos al mes (poco más de 10.000 dólares) y los ministros alrededor de 150.000 (7.500). Sin embargo, en el mundo de la élite de la empresa privada en el que se mueven buena parte de los ministros, esos salarios no son de los más altos. La congelación tendrá un efecto fuerte porque en un año la inflación se puede comer más del 20% del sueldo.
La reducción de asistentes y equipo de trabajo es aún más significativa, y según el presidente supondrá un ahorro de 1.500 millones de pesos al año (75 millones de dólares). El macrismo fue muy criticado cuando llegó al poder porque no redujo ni el número de ministerios ni los cargos de confianza del kirchnerismo, después de criticar durante años que se utilizaba la administración como “aguantadero de la política”. Ahora el ajuste es fuerte y supondrá despidos de más de 500 personas en todos los centros del poder importantes. “La austeridad tiene que partir de la política”, insistió. Un gesto simbólico que no resuelve el problema importante que tiene Argentina con el déficit público pero sí lanza un mensaje de que Macri está dispuesto a combatir el pesimismo y la desilusión que se ha instalado en una parte de sus votantes.


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