La negación, la NO aceptación. La borrachera Seca
La negación, la NO aceptación. La borrachera Seca
¡La maldición del Siglo!
En mi segunda época, después de que termine mi proceso en el centro de rehabilitación donde nací, llegue al grupo, vi caras conocidas y el gordo Erick me dio las llaves de la cafetería y me hizo el cafetero en jefe, gracias a ello, no falte ni un día en los próximos 3 o 4 años que estuve militando, entrando a las 6 de la mañana, pero yo no me sentía bien, no veía mi progreso, pasaban los días y seguía igual de neurótico, peleando mañana tarde y noche con mi mujer, celoso empedernido, maniaco depresivo, intolerable, muy irritable y por supuesto farol de la calle oscuridad de mi casa, en el grupo era todo dulzura y en mi casa el huracán rugiente, el neurótico de siempre, el cavernícola emocional a todo lo que da, es decir, yo iba nada más a calentar la banca.- Juntas y juntas y no juntas nada.- No me daba cuenta de la magnitud de mi enfermedad , solo había tapado la botella, lo que hace cualquiera, dejar de tomar, sin trabajar mi ansiedad, mis defectos de carácter, sin comprender mi real sentir, mi real vivir, víctima de la borrachera seca y la verdad le puse acción, me la pasaba dando servicio, iba a la Cruz Roja en Ejército Nacional y al Hospital Español a dar el mensaje a los accidentados a consecuencia de los excesos de alcohol, me refugié en un grupo de 24 horas en Barranca del Muerto, ahí empecé a escribir La Saliva del Diablo, mi tercer libro y el primero de adicciones, fui a varias partes a hacer el cuarto y quinto paso, que es una experiencia espiritual busque y busque, pero, yo seguí igual o peor, mi mujer me decía muy enojada.- Mejor vete a drogar, estabas mejor drogado que ahora.- Estas insoportable.- Valiendo monjas, solo que sin drogarme.-
Maldita enfermedad perversa del alma.-
No quería ver mi realidad, a ciencias cierta no había detectado las causas que originaba mi tendencia alcohólica, mi obsesión compulsiva por las drogas, desconocía que mi enfermedad es genética y mis antecedentes me hacen susceptible, no sabía nada de mis defectos de carácter, que soy, don ego, no entendía de mis actitudes infantiles, ni del porqué soy tan, pero tan neurótico y en la medida que ha pasado el tiempo, he llegado entender la complejidad de mi enfermedad, saber porque estuve tan negado, en la cerrazón completa, el no aceptar ayuda de nadie, a pesar de que me estaba muriendo en vida, hundido en un mar de incongruencias y de justificaciones, hoy veo mi cruda realidad y me acepto como un enfermo emocional, así me presentó en público y me digo.- Soy maniaco depresivo, cocainómano, farmacodependiente, neurótico empedernido, celoso, adicto compulsivo, infantiloide, engañifa..-… Hipersensible, Soy un alcohólico, drogadicto en recuperación, solo por la gracia de Dios.-
Él bebé eterno
Soy un ser que no quiere crecer, que le gusta que le cambien los pañales, que le resuelvan su vida, depende para todo de su esposa o de su mamá, en el trabajo depende de sus compañeros y jefe, es un ser INUTIL, es indeciso, lo secuestra la duda, es víctima de la especulación, será o no será, lo hago o no lo hago, no sabe pedir las cosas, cuando no acepta su mujer hacer el amor, hace un drama, igual que cuando un niño se arroja al suelo y patalea en el súper porque no le compraron el balón de futbol que quería; este bebé eterno, es perezoso por naturaleza, no asume su responsabilidad ni académica ni laboral, mucho menos matrimonial, parece ser que su esposa, es su mamá, o al menos la ve de esa manera, no es pareja, es un ser distante, egocéntrico, soberbio que solo piensa en él, no cierra círculos, es hipersensible, de todo se reciente y de un piojo hace un caballero, de un mitin, hace un mitote, de un pum.- Imagínate.- Es de los que no saben guardar secretos, es chismoso, mentiroso, no logra cultivar amistades porque a todo el mundo le pone pero y ve sus defectos de carácter, son seres difíciles de tratar por su comunicación austera o nula, como bebé eterno, hago berrinches por todo y por nada, soy neurótico, violento y me enojo, la mayoría de las veces, por cosas infantiles, que no tienen la mayor importancia.- ¿Conoces a alguien así?.
Es como lavarle la cabeza al burro, pierdes el agua, el tiempo y el jabón
El chavo recién cumple 15 años, por Facebook y WhatsApp maneja un lenguaje vulgar, corriente en un renglón escribe 5 groserías, está bebiendo alcohol todos los fines de semana, dice que él puede controlar el alcohol, vive en un hogar disfuncional, trae herencia genética, el alcohol está en su sangre por parte de sus abuelos maternos, bisabuelos y padre, tíos directos han tenido serios problemas como su papá con el alcohol y las drogas, se quiere sentir muy grande con el vaso de alcohol en la mano, en sus conversaciones, habla de fiestas y birrias, cervezas y pisto, licor, habla de agarrar la jarra; este chavo parece no entender que está predispuesto a caer en las garras del alcoholismo y las drogas; hoy sé que no tengo la varita mágica, ésta carrera del infierno, es una elección personal, cada quien que asume su responsabilidad y paga las consecuencias de su inmadurez. Tengo que recordar de dónde vengo y ahora reflexionar sobre la madurez. Se es maduro, cuando no le haces daño a tu cuerpo, cuando estás consiente que el alcohol es una droga y te estás drogando, se es maduro, cuando logras mantenerte con un alto sentido de responsabilidad, y tienes la decisión de decir, no gracias, paso, se es maduro, cuando te informas de la devastadora que es esta enfermedad.- Este chavo, va a seguir siendo inmaduro, habrá de arruinar sus planes de estudio, habrá de claudicar su plan de vida, porque lo único que te deja es buenas intenciones, el alcohol te roba la esencia de existir, te convierte en un verdadero mediocre, nacido para perder, y esto no es un juego, en esta enfermedad, que cada quien atienda su problema y asuma sus propias consecuencias. La droga, me robo, mi dignidad, mi sano juicio, mi trabajo, me robo mi familia, me robo la vida misma. Si quieres recibir mensualmente mi revista digital, GAD, envíame tu correo electrónico ernestosalayandia@gmail.com a tus ordenes 614 256 85 20


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