Solo un 30% aprovechan las tareas cotidianas para ayudar en la educación de sus hijos
Solo un 30% aprovechan las tareas cotidianas para ayudar en la educación de sus hijos
Un estudio revela que, a pesar de que el 70 por ciento está de acuerdo en que los padres son los mejores profesores de los hijos, solo un 30 por ciento de los padres canadienses convierten las tareas cotidianas en momentos para el aprendizaje.

La gran mayoría de los padres desearía poder dedicar más tiempo a colaborar en la educación de sus hijos
El Popular. Redacción.- La educación de los hijos va mucho más allá de ayudarles a realizar sus deberes escolares. Aparte de cuestiones más obvias, como los valores o el comportamiento en público, el aprendizaje infantil incluye un sinfín de aspectos cotidianos (desde cómo leer señales en una calle hasta cómo freír un huevo o coser un botón, pasando por cómo funciona una cuenta corriente) para los que los padres canadienses aseguran no tener tiempo.
De acuerdo con una encuesta publicada este martes, la gran mayoría de los padres y madres del país desearía poder dedicar más tiempo a colaborar en la educación de sus hijos, pero, a pesar de sus buenas intenciones, se sienten demasiado presionados por sus tareas diarias y su trabajo como para poder hacerlo.
La encuesta se llevó a cabo con preguntas a un millar de personas a lo largo y ancho del país. El 70 por ciento se mostró de acuerdo en que los padres son los mejores profesores de sus hijos, pero tan solo un 30 por ciento (menos de tres de cada diez encuestados) indicaron que son capaces de convertir las actividades cotidianas en ocasiones para un aprendizaje más profundo.
Según señaló Margaret Eaton, presidenta de ABC Life Literacy Canada (ABC Vida y Alfabetización Canadá), la organización que encargó el sondeo, estos resultados muestran “todo un panorama de oportunidades perdidas”.
“Si bien resulta alentador que tres de cada diez padres canadienses aprovechan siempre sus compras, sus viajes o las actividades deportivas para ayudar al aprendizaje de sus hijos, lo cierto es que todavía hay un 70 por ciento que están desaprovechando esos momentos”, indicó Eaton en declaraciones realizadas junto con los resultados de la encuesta.
“Están perdiendo oportunidades muy importantes de convertir momentos triviales en un tiempo para el ejercicio de la mente”, añadió, subrayando además que “no es complicado aprovechar las tareas cotidianas para enseñar a los niños”.
Otra conclusión destacada de la encuesta, llevada a cabo por Ipsos Reid, es que, pese a que la educación infantil se ha extendido ya de forma muy importante al ámbito digital, solo el 22 por ciento de los padres utilizan la computadora con sus hijos todos los días.
El sondeo revela también, por otra parte, que, en general, los padres de Quebec y de las provincias atlánticas de Canadá dedican más tiempo que los del resto del país a trabajar en la expresión escrita de sus hijos (ayudándoles a realizar redacciones, por ejemplo). El 22 por ciento de los encuestados en la provincia francófona y en las de la costa este aseguran que lo hacen al menos una vez por semana.
Además, casi la mitad de los padres de la Columbia Británica señalan que llevan a sus hijos a la biblioteca al menos una vez al mes, mientras que los de la costa atlántica, Saskatchewan y Manitoba los llevan “menos de una vez al mes”.
De cara al Día Nacional de la Alfabetización en la Familia, que se celebra el 27 de enero, Eaton sugiere que las familias canadienses dediquen algo de tiempo a pensar en cómo convertir las situaciones cotidianas de la vida en oportunidades de aprendizaje para sus hijos.
Más de la mitad de los padres, por ejemplo, no aprovechan nunca el manejo de sus cuentas bancarias para explicarles a sus hijos nociones básicas sobre la actividad financiera. Y menos de uno de cada cinco aprovechan el momento de hacer la colada para enseñar a sus hijos cosas acerca de los colores o de las medidas.
“Cuando viajes con la familia en automóvil, aprovecha para hacer juegos de asociación de palabras con las letras de las matrículas, y cuando vayas de compras intenta hacer la suma con tu hijo antes de que el cajero te la diga. El aprendizaje puede ocurrir en cualquier lugar y en cualquier situación. La clave es hacer que sea algo divertido”, afirma Eaton.
Las opciones son muchas: Puzzles, juegos de mesa, pero también actividades físicas, como incorporar algún tipo de actividad más mental al juego del escondite. O no limitar la hora del cuento nocturno a una simple lectura, sino invitar al niño a que participe, estimulando su creatividad y su imaginación, haciendo que colabore en la narración de la historia. Y, en el poco probable caso de que se disponga de más tiempo, incluso convertir el cuento en una pequeña obra teatral. Todo es ponerse.