El Gobierno reabre el debate sobre el matrimonio homosexual
El Gobierno reabre el debate sobre el matrimonio homosexual
Un abogado del Gobierno federal argumenta que las uniones homosexuales llevadas a cabo en Canadá pueden no ser válidas legalmente para parejas extranjeras. El primer ministro aseguró este jueves que no tiene intención de cambiar la ley. La legislación federal establece el requisito de residencia para que un matrimonio de extranjeros pueda divorciarse legalmente en Canadá, pero no para que una pareja se pueda casar en el país.

La aprobación de la ley sobre matrimonios sexuales, en el año 2005, hizo que miles de parejas extranjeras de gays y lesbianas hayan viajado a Canadá para contraer matrimonio
El Popular. Toronto.- El primer ministro, Stephen Harper, aseguró este jueves que su gobierno no tiene intención de modificar la actual legislación sobre matrimonios entre personas del mismo sexo en Canadá, a pesar de que, según publicó el diario The Globe and Mail, un abogado del Ejecutivo ha presentado un documento legal en el que argumenta que las uniones homosexuales llevadas a cabo en Canadá no son válidas legalmente para parejas extranjeras, si en su país de origen no se reconoce este derecho.
“Cuando llegamos al gobierno hubo una votación al respecto. No tenemos ninguna intención de reabrir este tema”, dijo Harper, añadiendo que no conocía los detalles del caso que ha dado lugar al debate.
El caso en cuestión que motivó la acción del abogado del Gobierno es el de una pareja de lesbianas no identificadas que se casaron en Canadá en el año 2005 y se separaron después, en 2009. Una vive ahora en Florida, Estados Unidos, y la otra, en el Reino Unido. Ambas quieren conseguir el divorcio, pero, por un lado, el Estado de Florida no reconoce las uniones del mismo sexo, y, por otro, aunque en el Reino Unido sí están reconocidas las uniones civiles entre homosexuales, las autoridades británicas no reconocen el matrimonio canadiense.
La pareja acudió a los tribunales el pasado mes de junio para solicitar el divorcio en Canadá, a pesar de que, según los requerimientos de la ley federal, es necesario haber tenido el permiso de residencia en Canadá durante al menos un año para poder divorciarse legalmente en el país, algo que la pareja no cumple.
La pareja argumenta que esta normativa es discriminatoria y reclama 30.000 dólares en concepto de daños y perjuicios al Gobierno provincial de Ontario, en el caso de que su matrimonio se acabe considerando como no válido.
El problema es que, además del requisito de la residencia, el abogado del Gobierno federal citó otra razón para negarse a conceder el divorcio: El letrado argumentó que no están legalmente casadas.
Los documentos publicados este jueves muestran que el Gobierno argumentó que “para que un matrimonio sea legalmente válido bajo las leyes canadienses, las partes del matrimonio deben cumplir tanto las exigencias del lugar donde se celebró el matrimonio […], como los requisitos del lugar de residencia de la pareja con respecto a poder contraer matrimonio entre sí”. Es decir, en este documento el Gobierno indica que para que el matrimonio (homosexual, en este caso) sea válido, el país de origen de la pareja debe reconocer también la unión.
Las leyes de Canadá sobre matrimonio no establecen el requisito de residencia canadiense, pero las leyes de divorcio sí lo hacen. Por tanto, las parejas del mismo sexo que viajan a Canadá para casarse porque no pueden hacerlo en sus países de origen, corren el riesgo de no poder obtener los medios legales para divorciarse en caso de que su relación se deteriore.
La pareja señala que esta “brecha involuntaria” en la legislación debe ser rectificada por los tribunales de justicia.
La abogada de la pareja, Martha McCarthy, dijo a la cadena pública CBC este jueves que el argumento presentado por el Gobierno en este caso es “un ‘shock’”. “Casi me caigo de la silla cuando lo leí”, dijo McCarthy, una abogada con una larga experiencia en casos de matrimonios del mismo sexo.
McCarthy señaló que, aunque no cree que el debate sobre matrimonios del mismo sexo siga vivo políticamente en Canadá, sí es preocupante la postura del abogado del Gobierno federal con respecto al tema del divorcio en este caso, ya que “supone un intento de diferenciar entre residentes y no residentes con la posible intención de hacer lo políticamente conveniente”.
“Espero que la postura del abogado del Gobierno no tenga éxito. Sería una gran vergüenza para este país, que ha sido líder en el mundo en la igualdad de derechos para gays y lesbianas”, afirmó McCarthy.
Harper, por su parte, no comentó nada acerca de este caso, si bien aseguró que pedirá a sus funcionarios que le proporcionen más detalles sobre el mismo.
El caso, sobre el que se pronunciará el próximo mes un juez de la Corte Superior de Ontario, podría afectar a más de 5.000 parejas de los Estados Unidos y otros países que en los últimos seis años han acudido a Canadá para casarse.
La parlamentara del NDP Olivia Chow manifestó este jueves que el Gobierno está enviando “señales confusas sobre si realmente apoya o no el matrimonio entre homosexuales”. “Creo que el señor Harper se esconde detrás de la ley y que está usando una puerta trasera para decirle a esta pareja: ‘lo siento, pero ya no reconocemos legalmente vuestro matrimonio’, lo cual es tremendamente vergonzoso y convierte a Canadá en el hazmerreír del mundo”, dijo Chow.
Mientras, los liberales, que estaban en el Gobierno cuando se aprobó la ley sobre matrimonios del mismo sexo en Canadá, en el año 2005, acusaron al Ejecutivo conservador de Stephen Harper de estar utilizando un procedimiento judicial para erosionar, de forma silenciosa, los derechos de los homosexuales.
El líder interino del Partido Liberal, Bob Rae, dijo que “me parecería realmente extraño que ésta sea la nueva posición del Gobierno de Canadá. Hemos permitido, e incluso alentado, a la gente de fuera de Canadá que venga a este país a casarse, y dar macha atrás ahora, decir que solo estábamos bromeando, que no fueron matrimonios legales… Ese argumento no tiene ningún sentido para mí”.
Ante la polémica surgida, el ministro de Justicia, Rob Nicholson, aseguró a través de un comunicado este jueves por la tarde que el Gobierno clarificará las leyes para permitir que las parejas del mismo sexo que no son residentes en Canadá pero que se casaron en el país puedan divorciarse si así lo quieren.
Pero ni Nicholson ni ningún otro miembro del Gobierno señalaron si Ottawa considera válidos los matrimonios homosexuales celebrados en el país desde el año 2004 entre extranjeros.
El Ministerio de Justicia no contestó a las preguntas de la agencia Efe sobre la validez de los matrimonios homosexuales entre extranjeros no residentes, medida que según fuentes consultadas podría afectar a centenares de uniones entre parejas latinoamericanas del mismo sexo.
La postura del Ministerio de Justicia deja en el limbo a unas 5.000 parejas homosexuales extranjeras, muchas de ellas procedentes de países latinoamericanos, que no residen en Canadá pero que se han casado en el país desde 2005.
La decisión no afecta a los matrimonios entre parejas del mismo sexo celebrados entre personas canadienses o que residen en el país.
En 2004, los tribunales canadienses anularon de hecho la prohibición de celebrar bodas homosexuales al declarar que la definición clásica del matrimonio, que se refiere exclusivamente a la unión entre un hombre y una mujer, era anticonstitucional.
Un año después, el entonces Gobierno liberal aprobó una ley confirmando la legalidad de los matrimonios homosexuales, lo que abrió las puertas para que miles de parejas del extranjero acudiesen a Canadá a oficializar su unión.
La ley fue aprobada con la oposición del Partido Conservador de Stephen Harper, entonces en la oposición pero que en 2006 llegó al Gobierno.