‘Take Shelter’, ‘Declaration of War’
‘Take Shelter’, ‘Declaration of War’
Take Shelter
Estados Unidos, 2011
Un film escrito y dirigido por Jeff Nichols
Precedido por la excelente recepción lograda en el festival de Sundance y con el premio de la crítica internacional obtenido en el de Cannes, este segundo largometraje de Jeff Nichols impresiona por la solidez de su guión y por la eficiente forma en que se narra el difícil tema que aborda.
Teniendo como contexto una pequeña ciudad rural de Ohio donde transcurre la acción, la primera escena enfoca el rostro de Curtis (Michael Shannon), un hombre de poco más de 30 años quien parado y absorto observa fijamente los amenazadores nubarrones que cubren el cielo mientras las primeras gotas de lluvia van cayendo sobre su rostro. Cuando entra a su hogar, todo parece adquirir un aire normal al verlo interactuar con su familia integrada por su abnegada esposa Samantha (Jessica Chastain) y Hanna (Tova Stewart), su hijita de 6 años que padece de insuficiencia auditiva. Gradualmente, se aprecia que Curtis comienza a distraerse mentalmente durante sus horas de trabajo donde se desempeña como obrero de la construcción, pero con todo reina una calma inquietante que precede al drama que se avecina. Eso empieza a manifestarse con las visiones apocalípticas que comienza a experimentar mientras duerme, al punto tal que al despertarse cree sentir que lo soñado tiene visos reales. En los días que le siguen, las pesadillas nocturnas se le vuelven recurrentes y más angustiosas con la consecuencia de escupir sangre y experimentar incontinencia urinaria que llega a descubrir cuando despierta; ocultando lo que le ocurre a su señora, decide ver a su médico de familia quien le recomienda visitar a un psiquiatra, aunque no llega a hacerlo.
La única inconsistencia del libreto es que resulta difícil de aceptar que Samantha, pese a estar compartiendo la misma pieza y una misma cama con su marido, demore en darse cuenta de lo que le está ocurriendo. Ella recién se impone de la situación, cuando como efecto de las visiones que lo acosan, Curtis decide utilizar parte del terreno de la casa para la construcción de un refugio subterráneo que pueda proteger a su familia frente a posibles tornados; para financiar la obra, utiliza los escasos ahorros de la unidad familiar, que estaban destinados para un implante quirúrgico al que debía ser sometida su hija a fin de restablecer parcialmente su sordera.
El film es un absorbente estudio clínico de una persona afectada por una marcada obsesión que llega al nivel de esquizofrenia, aunque sin quedar establecida su causa; solo se llega a saber que la madre (Kathy Baker) de Curtis -cuando él era aún pequeño- tuvo que dejar a su familia para ser internada por problemas mentales de similares características. Más allá de esa conjetura, lo cierto es que el perturbador relato de Nichols concentra la total atención del espectador a lo largo del desarrollo, realzado en gran medida por la extraordinaria interpretación de Shannon. Este actor se identifica por completo con el hombre taciturno y emocionalmente reprimido que atormentado por el pánico va transitando por un peligroso sendero hacia la locura; los delirios, alucinaciones y ansiedades del personaje que encarna adquieren un nivel de notable realismo, sólo comparable a la maravillosa actuación de Jack Nicholson en “The Shining” (1980) componiendo un rol parecido. Otra contribución importante es la de Jessica Chastain como la devota madre que además de tener que ocuparse de la discapacidad física de Hanna debe cargar también con la aflicción de su marido; esta joven actriz que en solo dos años se ha destacado interpretando diferentes papeles (entre ellos, “The Debt”, “The Three of Life”, “The Help), reafirma aquí su capacidad con la notable expresividad que emana de su rostro y la acabada naturalidad que transmite en cada una de las situaciones que le toca intervenir.
Además de su calificado elenco, es apreciable la meticulosidad con que Nichols abordó pequeños detalles que circundan a la anécdota central; en tal sentido su guión refleja algunos interesantes aspectos de la vida familiar, el entrañable amor de los padres a su hijita, la importancia de disponer de un seguro de asistencia médica para afrontar ciertas enfermedades mientras uno está trabajando y cómo ese beneficio desaparece cuando se llega a perder el empleo. También es destacable cómo el realizador se valió inteligentemente de los efectos visuales generados por computación, sin abusar de los mismos, para dramatizar los desvaríos de Curtis.
Sin saber si el realizador tuvo asistencia de médicos o psiquiatras para describir tan acabadamente la historia de un esquizofrénico, lo cierto es que lo que se expone es tan vívido como inquietante logrando que la película quede grabada en el espectador mucho después de concluida. Puede que por su particular tema TAKE SHELTER no resulte demasiado atractivo para todo tipo de público; de todos, sus importantes valores artísticos lo convierten en un film de óptima calidad y uno de los mejores vistos en el transcurso del año.
Declaration of War (La guerre est déclarée)
Francia, 2011
Un film de Valérie Donzelli.
Aunque el duelo de haber perdido un hijo o estar por perderlo frente a una implacable enfermedad ya ha sido visto en más de una oportunidad, esta película tiene la característica de ser parcialmente autobiográfica donde la realizadora Valérie Donzelli traslada al cine los dramáticos años vividos al lado de su compañero Jérémie Elkaim en la lucha entablada para combatir el cáncer cerebral que afligió al pequeño hijo durante varios años.
El relato de ficción se basa en el guión escrito por ambos y también ha sido animado por ellos aunque los nombres utilizados sean diferentes. Todo comienza cuando Romeo (Elkaim) y Julieta (Donzelli) se conocen en un club nocturno y hacen referencia a la coincidencia de llamarse como los protagonistas del drama shakesperiano. Dicho encuentro produce el inmediato flechazo del amor a primera vista y lo cierto es que la vitalidad, entusiasmo y alegría de vivir que los anima se contagia fácilmente al público que los observa y que simpatiza con ellos.
La felicidad de la pareja se refuerza con la llegada de Adam (César Desseix), un infante que al poco tiempo de nacer llama la atención por estar llorando en forma permanente sin que sus padres puedan llegar a calmarlo; sin embargo, en un comienzo nada parece predecir que esa anomalía refleje aspectos que lleguen a alarmar; no obstante, cuando el bebé comienza a vomitar sin aparente causa, es sometido a un escáner cerebral que delata la presencia de un tumor maligno.
¿Cómo se reacciona frente a un drama semejante donde está en juego la vida de un hijo? A partir del temible veredicto, comienza para la pareja la etapa más dura tratando de aunar toda la fuerza posible y desplegando la máxima energía en el difícil trance de querer combatir todos los inconvenientes que presenta el tratamiento anticanceroso; todo ello dentro de un contexto donde las manifestaciones de solidaridad, apoyo y estímulos que surgen de sus familiares y amigos adquieren un importante rol.
El mérito de la realizadora es haber abordado el relato desdramatizándolo a través de situaciones de espontáneo humor. Aunque el film no deja de ilustrar la maquinaria burocrática del sistema hospitalario francés, la narración privilegia más el esfuerzo realizado por los padres conviviendo con la enfermedad del pequeño antes que enfatizar en los procedimientos médicos.
Los momentos de máxima tensión así como de profunda emoción surgen cuando Adam debe ser sometido a la intervención quirúrgica y los padres tratan de mantener una actitud esperanzadora con relación a la supervivencia del niño. Lo importante es que todo queda expuesto con sobriedad sin que el inherente aspecto sentimental de la situación planteada llegue a desbordar.
Tanto Donzelli como Elkaim se manifiestan con completa naturalidad; aunque este hecho no llega a sorprender al reproducir la odisea por la que atravesaron, con todo resulta audaz y valeroso que ellos mismos hayan resuelto representarse a sí mismos; también resulta inobjetable la actuación del pequeño Desseix y es muy emotivo apreciar el breve rol de Gabriel Elkaim encarnando, ya crecido, al hijo verdadero de la realizadora y de Jérémie.
El tono de liviandad del film utilizado por Donzelli, la simpatía que despiertan sus reales personajes y la atractiva banda sonora lo convierten, a pesar de su tema, en un terapéutico cuento de hadas que reafirma en todo momento el amor a la vida.
DVD
Submarine
Gran Bretaña-Estados Unidos, 2010
Dirección: Richard Ayoade
Distribución: Alliance Vivafilm (2011)
Esta es una de esas raras comedias británicas donde el familiar tema del proceso de madurez de un adolescente adquiere matices especiales debido a la ingeniosidad con que Richard Ayoade lo abordó en su primer largometraje como realizador.
Adaptado de una novela de Joel Dunthorne, el guión de Ayoade enfoca a Olivier Tate (Craig Roberts), un muchacho galés de 15 años de edad que además de una imaginación singular que se evidencia en su mundo interior es también dueño de una sensibilidad especial en lo que concierne a su núcleo familiar. Así, una de sus preocupaciones es tratar de salvar el matrimonio de sus padres que se encuentra afectado por la rutina y frustración de su madre (Sally Hawkins) y la impasibilidad e indiferencia demostrada por su padre (Noah Taylor); el hecho se agrava con los encuentros que su madre mantiene con un excéntrico vecino (Paddy Considine) que fuera un antiguo amor de su juventud y es por eso que Olivier no guardará escrúpulos de actuar contra él con tal de evitar que sus padres se separen. El otro motivo que inquieta a Olivier es tratar de perder su virginidad con Jordana (Yasmin Paige), el primer amor de su vida, con quien mantiene una relación sentimental un poco complicada debido a los problemas de sus padres y a la enfermedad que aqueja a la madre de su novia.
Con un humor sutil, irónicos diálogos y una estilística narrativa que visualmente adopta un tono surrealista, el realizador logró un film poético, melancólico y esencialmente cálido describiendo muy bien la dicha, sinsabores, temores y otras inquietudes que afectan el período de la adolescencia. Todos los actores se desempeñan correctamente aunque claramente se destaca Craig Roberts llevando en sus espaldas el peso de este refrescante relato. Muy buena es la banda sonora con las canciones de Alex Turner.
Entre sus extras, el DVD presenta algunas escenas eliminadas y/o extendidas así como un breve material adicional donde los actores y el director se refieren a los personajes animados y a algunos aspectos en torno al proceso de creación del film.
La banda sonora es en inglés con subtítulos optativos en español e inglés.